Kant
Introducción
Si la ciencia no te puede decir qué camino debes tomar, ¿eso significa que no existe ningún camino ni ningún deber que cumplir? Esta es la cuestión que se planteará la filosofía kantiana.
Para responder a esta cuestión, Kant cree que es necesario averiguar primero cómo es posible la ciencia y, a continuación, comprobar si la metafísica cumple esas condiciones, para, finalmente, establecer si es ciencia o no. De esta manera, la razón humana se estará sometiendo a crítica, con lo cual Kant mostrará que no podemos obtener conocimiento científico sobre realidades de las que no tenemos datos sensibles.
Contexto Histórico
Podemos situar a Kant como principal representante de la Ilustración en una época en la que se quería combatir la tiranía, la superstición y la ignorancia humana. El filósofo alemán demostró que no se pueden encontrar soluciones incontestables sobre problemas morales, políticos o, sobre todo, filosóficos. Dicho de otro modo, que la metafísica no sea una ciencia significará que el ser humano es capaz de tomar sus propias decisiones sobre la felicidad, el deber o la moral. Por tanto, las personas deben pensar por sí solas, haciendo uso de la razón para tomar sus propias decisiones y no someterse a un conocimiento no verdadero. De esta manera, las luces de la razón conseguirán disipar las tinieblas de la humanidad.
Desarrollo
En primer lugar, las cuestiones tratadas por la metafísica son aquellas que la ciencia no puede resolver y que el ser humano se hace de manera inherente. Esto no significa que debamos pensarlas de forma irracional, sino que debemos utilizar nuestra razón de forma distinta. Aunque nuestra razón sea única, según Kant, la podemos dividir en dos usos distintos: la razón teórica, que utilizamos en temas científicos, ya que es capaz de obtener conocimientos que estudia la ciencia (matemáticas, física), y la práctica, que se utiliza en temas metafísicos, ya que no puede obtener conocimientos que estudia la metafísica (Dios, alma, mundo).
En segundo lugar, después de esta aclaración, Kant pretende saber los límites y las posibilidades de la razón, que han demostrado que no podemos obtener conocimiento científico sobre realidades de las que no tenemos datos sensibles.
Los juicios de la ciencia se caracterizan por ser sintéticos a priori. Kant divide los distintos tipos de juicios en cuatro:
- Juicios analíticos: No amplían mi conocimiento, por ejemplo, el cuadrado tiene 4 lados, pues es un dato que ya viene con la palabra.
- Juicios sintéticos: Amplían mi conocimiento, por ejemplo, el cuadrado es rosa, ya que me informa del color del cuadrado, el cual yo no sabía y, además, podría haber sido verde.
- A priori: Son teorías que no dependen de la experiencia, es decir, pasan siempre y de la misma manera, por ejemplo, una fórmula matemática.
- A posteriori: En este caso, sí dependen de la experiencia, es decir, pueden cambiar en cualquier momento, por ejemplo, la forma de ser de una persona en momentos difíciles.
En tercer lugar, Kant explica cómo son posibles los juicios a priori en la Matemática para poder establecer por qué es una ciencia y llega a la conclusión de que lo que lo hace posible es la sensibilidad humana, capacidad de captar perceptivamente el mundo que nos rodea. Esto nos proporciona intuiciones empíricas. Éstas poseen contenido material (procede de la realidad) y elemento formal (procede del sujeto). La realidad envía al sujeto un caos de sensaciones “a priori”, pero el sujeto nunca puede conocer la realidad en sí porque no tenemos experiencia del caos y, por lo tanto, sin experiencia no hay conocimiento. Con esto, Kant defiende la condición trascendental de las matemáticas, intuiciones puras, las cuales se caracterizan por aplicar un aquí y un allí de forma objetiva, pero a su vez la forma de ordenar la información es subjetiva, aunque todos hacen lo mismo.
En conclusión, para Kant, el conocimiento sensible es objetivo, ya que el espacio y el tiempo son trascendentales, es decir, iguales y comunes para todos los hombres. Esto se demuestra porque la Matemática (que es posible como ciencia) tiene la misma validez en todas las culturas y es válida para todos los hombres.
En cuarto lugar, Kant explica cómo son posibles los juicios a priori en la Física para poder establecer por qué es una ciencia y llega a la conclusión de que lo que lo hace posible es el entendimiento, facultad de conocer mediante conceptos, que nos permite pensar la realidad. Esto nos proporciona conceptos empíricos. Éstos poseen contenido material (intuiciones empíricas) y elemento formal (categorías). Las categorías son modos mediante los cuales el hombre piensa el mundo del que no tenemos ninguna experiencia, por lo tanto, son conceptos puros, es decir, no dependen de la experiencia, y se trata del segundo concepto trascendental.
Kant afirma: “los conceptos sin contenidos son vacíos, las intuiciones sin conceptos son ciegas”, ya que el dato o la intuición sensible necesita categorías o conceptos puros para convertirse en objeto científico.
Hablando de la causalidad, desde el punto de Hume, esta es generalizada, pues vemos el efecto y no la causa, y por ello decimos que como siempre pasa, ahora también, pero puede ser que no ocurra. Por otra parte, Kant piensa igual que Hume, pero añade que el sujeto es el que pone la relación entre causa y efecto.
Según Kant, lo que conocemos mediante conceptos es objetivo, ya que las categorías son trascendentales, es decir, iguales y comunes para todos los hombres. Esto se demuestra porque la Física (que es posible como ciencia) tiene la misma validez en todas las culturas y es válida para todos los hombres.
Por último, a la pregunta: ¿Es la metafísica una ciencia? Kant defiende que no, pues la metafísica consiste en conocer al yo, el mundo y Dios, y ninguno de estos forma parte del mundo sensible ni del fenómeno (del cual sabemos que no hay ciencia más allá de él). La metafísica pretende un conocimiento de objetos “en sí” (es decir, sin estar sometidos al espacio y tiempo o a las categorías), con lo cual peca en contra de la definición de conocimiento científico y, como consecuencia, no puede haber conocimiento del noúmeno. Todo conocimiento científico se constituye como confluencia de elementos formales de la sensibilidad (espacio y tiempo) y del entendimiento (categorías). Como el yo, el mundo y Dios no son objetos sensibles, es imposible un conocimiento científico de esos temas.
Estos motivos explican que a lo largo de la historia, los filósofos, al pretender hacer de la metafísica una ciencia, hayan caído en contradicciones y trampas lógicas continuas.
Basándose en las críticas de la razón práctica, la razón en uso teórico no puede resolver cuestiones sobre el yo, el mundo o Dios, pues no tienen solución desde un uso teórico, pero sí desde la razón en uso práctico, pues contesta a las preguntas de qué debo hacer. Pero, ¿cuáles son las condiciones que hacen posible el deber?
Hay dos tipos de imperativos: los hipotéticos (obligan, pero solo a aquellos que quieren conseguir un fin que ellos mismos se proponen) y los categóricos (obligan a la voluntad, a todos los hombres). La ley moral solo puede tener imperativo categórico, que consiste en obrar moralmente, es decir, cumplir la ley por respeto. No te dice qué hay que hacer o no hacer, pero sí cómo actuar. Cuando alguien no actúa moralmente es porque han brotado imperativos hipotéticos donde habría de haber categóricos.
Las características fundamentales de una ética son: autonomía (obra bien cuando cumple el deber de su propia razón, se obedece a sí mismo, es autónomo) y universalidad (utiliza la razón, que es patrimonio de todos los seres humanos, por lo tanto, es universal).
Tras estos argumentos, Kant se pregunta: ¿Qué es lo que me cabe esperar? Para responder, utiliza postulados (son condiciones necesarias para la existencia de la expresión de la razón práctica).
- La libertad: Se exige la libertad porque el hombre puede dominar sus actos a su manera; de lo contrario, no existiría una norma que obligue (deber).
- La inmortalidad: Se exige la inmortalidad porque es necesario que el deber se pueda cumplir, y esto explica que haya otro lugar donde la inmortalidad sea posible, ya que actualmente es algo que el hombre no puede hacer.
- Dios: Se exige Dios porque es necesario un ser que garantice que el cumplimiento del deber va a hacer al hombre feliz (recompensa).
Sin estos postulados, el orden moral no tendría sentido.