Contexto Histórico: Kant y la Ilustración (Siglo XVIII)
Nos encontramos en el siglo XVIII, la época ilustrada. Ha tenido lugar la Revolución Francesa, y los ilustrados franceses como Rousseau y otros han redactado obras tan importantes como la Enciclopedia. La Ilustración significa propiamente dejarse guiar por la luz de la razón. Kant se basa en este pensamiento; afirma que, hasta ese momento, el hombre se ha comportado como un niño.
Sostiene que los gobernantes han sido tiranos y que solo la humanidad puede reparar esta situación. La Ilustración es el paso hacia la mayoría de edad del hombre. No se trata de una época ya ilustrada, sino de una época de Ilustración, en la que hay que revolucionarse, pero no de forma violenta y sangrienta, porque así solo persistiría un hombre tirano. El hombre debe luchar por su propia libertad y felicidad, y ser mejor tanto para él mismo como para su sociedad.
Según Kant, si el hombre no es libre es porque es un cobarde y un perezoso que no tiene agallas para serlo. Por eso, hay algo que todos debemos hacer: Sapere Aude (atrévete a saber). Esto implica cargar responsablemente con la propia vida, decidir qué es el bien para nuestra existencia, permitiendo al mismo tiempo que los que nos rodean hagan lo mismo. Esta es una actitud racional.
Biografía Breve
Immanuel Kant fue un filósofo alemán nacido en Königsberg durante el reinado de Federico II de Prusia, un monarca ilustrado que apoyaba la cultura. La filosofía alemana realizó una profunda reflexión sobre los acontecimientos de Francia, basándose también en el pensamiento inglés. El padre de Kant falleció pronto; vivió con su madre y fue profesor en la universidad de su ciudad natal. En sus comienzos, fue un filósofo de orientación cartesiana, pero quedó fascinado por Hume, a pesar de su escepticismo. Es en este punto donde nace el filósofo Kant que conocemos.
Teoría del Conocimiento: El Criticismo Kantiano
La teoría del conocimiento de Kant aborda los límites de lo que podemos conocer. Sigue un camino que intenta superar la dicotomía entre razón y experiencia, mezclando ideas de empiristas y racionalistas, similar en espíritu a Aristóteles pero con un enfoque nuevo. Crea así la filosofía kantiana, también denominada Criticismo. La palabra alemana Kritik significa someter algo a juicio. Un juicio ha de ser justo, y esto le permite a Kant seleccionar y sintetizar las ideas esenciales del racionalismo y el empirismo.
Parte de una tesis (racionalismo) y una antítesis (empirismo) para construir una síntesis: la filosofía kantiana. Kant admiraba a Newton, quien había revolucionado el mundo con su física. Se preguntó cómo la física había conseguido convertirse en ciencia, con la esperanza de que, si descubría su método, podría hacer de la filosofía otra ciencia.
Tipos de Juicios
Kant distingue varios tipos de enunciados o juicios:
- Juicios analíticos (a priori): Son aquellos que siempre son verdaderos porque su verdad se conoce independientemente de la experiencia (el predicado está contenido en el sujeto). Son propios del racionalismo, son verdades universales, pero no aportan conocimiento nuevo. Ejemplo: “Un triángulo tiene tres ángulos”.
- Juicios sintéticos (a posteriori): Solo se puede saber si son verdaderos comprobándolos mediante la experiencia (el predicado añade información nueva al sujeto). Son propios del empirismo, aportan conocimiento, pero su verdad no es universal ni necesaria. Ejemplo: “Esta mesa es marrón”.
Kant observa que la ciencia (como la física de Newton) no ha progresado únicamente con estos dos tipos de juicios. Los juicios que realmente han hecho avanzar a la ciencia son los juicios sintéticos a priori. En la medida en que son sintéticos, aportan información nueva; y en la medida en que son a priori, son universales y necesarios. Ejemplo: “Todo lo que sucede tiene una causa”. Kant se propone investigar cómo son posibles estos juicios para fundamentar la posibilidad de la metafísica como ciencia.
Metafísica: La Crítica de la Razón Pura
Hasta Kant, se había trabajado la filosofía a través de la razón, pero sin estudiar la propia razón. El trabajo de Kant en su obra magna, la Crítica de la Razón Pura, es estudiar la razón misma y descubrir sus límites. Analiza las facultades del conocimiento y distingue tres niveles principales, separados en dos ámbitos generales:
Uso Legítimo de la Razón (Conocimiento Fenoménico)
- Sensibilidad (Estética Trascendental): Es la facultad de recibir representaciones (intuiciones). Utilizamos dos formas puras a priori: ESPACIO y TIEMPO. A través de ellas ordenamos los datos sensibles. Esta facultad fundamenta la posibilidad de las MATEMÁTICAS como ciencia. Conocemos objetos sensibles (fenómenos).
- Entendimiento (Analítica Trascendental): Es la facultad de pensar los objetos dados por la sensibilidad mediante conceptos. Utilizamos las categorías (conceptos puros a priori, como causalidad, sustancia, unidad, etc.). Esta facultad fundamenta la posibilidad de la FÍSICA como ciencia. Permite formular juicios sobre los fenómenos.
Uso Ilegítimo de la Razón (Ámbito Trascendental)
- Razón (Dialéctica Trascendental): Es la facultad de buscar lo incondicionado, la máxima unidad del conocimiento. Opera con Ideas Trascendentales o Noúmenos (objetos de pensamiento puro, no de experiencia), como Dios, Alma y Mundo. La Metafísica tradicional intentaba conocer estos noúmenos como si fueran fenómenos, lo cual, según Kant, es un uso ilegítimo de la razón que conduce a errores.
La razón, al intentar aplicar las categorías más allá de la experiencia posible (es decir, a los noúmenos), cae inevitablemente en contradicciones.
Los Noúmenos o Ideas Trascendentales
Kant identifica tres noúmenos principales (noúmeno significa “lo pensado”, diferenciándolo del fenómeno, “lo que aparece”), que son problemáticos si se intentan conocer científicamente:
- Mundo: La idea de Mundo busca unificar todos los fenómenos físicos externos en una totalidad única mediante teorías cosmológicas. Intentar conocer el Mundo como un todo conduce a antinomias (contradicciones irresolubles de la razón).
- Alma: La idea de Alma pretende unificar todos los fenómenos psíquicos internos en una sustancia simple e inmortal (Psicología Racional). Intentar conocer el Alma como sustancia conduce a paralogismos (razonamientos falaces).
- Dios: La idea de Dios representa el ideal supremo de la razón pura, el ser que contiene toda la realidad (Teología Racional). Kant critica las pruebas tradicionales de la existencia de Dios, argumentando que no son demostraciones válidas, ya que intentan pasar del ámbito del pensamiento al de la existencia real. Se pregunta por qué la idea de Dios es tan importante antropológicamente, sugiriendo que a menudo surge del miedo o la necesidad de un fundamento último, aunque la razón teórica no pueda demostrar su existencia.
Ética Kantiana: La Crítica de la Razón Práctica
La ética de Kant, expuesta principalmente en la Crítica de la Razón Práctica y la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, es una ética racional y formal. Con ella, Kant responde a la pregunta: ¿Qué debo hacer? La llama “crítica de la razón práctica” porque se ocupa de cómo la razón determina la voluntad para la acción.
Kant considera que las éticas anteriores (éticas materiales) no habían avanzado porque establecían fines concretos (la felicidad, el placer, Dios) como base de la moralidad. Se preguntaba por qué el hombre era a menudo ignorante moralmente o actuaba mal. Creía que el hombre es tanto bueno como malo por naturaleza y necesita ser educado. La sociedad debía ser ilustrada también en lo moral.
Ética Formal vs. Ética Material
Kant propone una ruptura con las éticas materiales:
- Éticas Materiales:
- Determinan la bondad o malicia de una acción en función de si nos acerca a un bien supremo (contenido).
- Son empíricas (a posteriori): su contenido deriva de la experiencia.
- Sus mandatos son imperativos hipotéticos (“Si quieres X, entonces haz Y”).
- Son heterónomas: la ley moral viene de fuera del sujeto (de Dios, de la naturaleza, del placer).
- Ética Formal (Kantiana):
- No establece qué debemos hacer (contenido), sino cómo debemos actuar (forma). La bondad reside en la voluntad que actúa por deber.
- Es a priori: universal y necesaria, independiente de la experiencia.
- Su mandato es el imperativo categórico (“Haz Y”).
- Es autónoma: la ley moral surge de la propia razón del sujeto. El hombre se da la ley a sí mismo.
El Deber y las Formas de Actuar
Kant distingue tres formas de actuar en relación con el deber:
- Actuar contra el deber: Es una acción inmoral.
- Actuar conforme al deber: La acción coincide externamente con lo que manda el deber, pero se realiza por inclinación, interés o miedo. Carece de valor moral genuino.
- Actuar por amor al deber (o simplemente por deber): Es la única acción con verdadero valor moral. Se hace lo correcto porque es lo correcto, motivado únicamente por el respeto a la ley moral.
La tercera es la elegida por Kant como fundamento de la moralidad: hacer lo correcto porque se reconoce racionalmente como deber, y eso es lo que nos hace verdaderamente libres y dignos.
El Imperativo Categórico
La ética formal de Kant se basa en un único principio fundamental, el Imperativo Categórico, que tiene varias formulaciones. La más conocida es:
“Obra solo según aquella máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.”
Esto significa que, antes de actuar, debemos preguntarnos si la regla (máxima) que guía nuestra acción podría ser aplicada por cualquier persona en cualquier circunstancia sin contradicción. La universalidad es la prueba de la moralidad.
Otra formulación importante es:
“Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio.”
Esto subraya la dignidad inherente del ser humano como ser racional y libre. No se debe instrumentalizar a las personas para conseguir nuestros propios fines.
Una ética formal no dice qué hacer en cada situación concreta, pero sí proporciona el criterio (la forma) para determinar si nuestras acciones son morales. Cada situación y persona son únicas, pero el principio de universalidad y respeto a la dignidad humana debe guiar la decisión.
Postulados de la Razón Práctica
Aunque la razón teórica (científica) no puede demostrar la existencia de la libertad, la inmortalidad del alma o Dios, Kant argumenta que la razón práctica (moral) necesita postularlos. Un postulado es una proposición no demostrable pero necesaria para sostener un sistema (en este caso, el sistema moral).
- La libertad del alma: Debemos presuponer que somos libres. Sin libertad, no podríamos ser responsables de nuestros actos y la moralidad carecería de sentido. Es la condición de posibilidad del imperativo categórico.
- La inmortalidad del alma: La perfecta conformidad de la voluntad con la ley moral (santidad) es un ideal que no podemos alcanzar plenamente en esta vida finita. Necesitamos postular la inmortalidad para que haya un progreso infinito hacia esa meta y la virtud pueda ser recompensada.
- La existencia de Dios: Necesitamos postular un ser supremo que garantice la conexión final entre la virtud y la felicidad. En el mundo, a menudo los virtuosos sufren y los malvados prosperan. Dios es postulado como la garantía de que, en última instancia, la virtud será recompensada con la felicidad, constituyendo el “sumo bien”.
Estos postulados no son conocimiento teórico, sino exigencias de la razón práctica para dar sentido y fundamento a la vida moral.