Las Éticas del Bien y la Justicia: Un Recorrido por Diferentes Perspectivas

1. Eudemonismo de Aristóteles

1.1 En busca de la felicidad

Intentan orientarnos para que seamos capaces de alcanzar el mayor bien posible en nuestra vida. Para ello, la filosofía moral aristotélica es una ética del bien porque pretende ser una guía para poder conseguir nuestro objetivo. Las éticas del bien consideran que hay un bien supremo con el cual ha de orientarse la vida humana. Pero no hay un acuerdo a la hora de determinar cuál es el bien supremo que tenemos que perseguir (puede ser el placer, la calma, la salvación…) En su ética, Aristóteles sostiene que el bien máximo al cual podemos aspirar es la felicidad. Es verdad que los seres humanos quieren conseguir otras metas (riqueza, fama o poder), pero Aristóteles nos recuerda que estas no son finalidades en sí mismas.

Lo que todos queremos es ser felices. La felicidad es una meta en sí misma.

Bien supremo → Felicidad

Felicidad = eudaimonia (griego).

1.2 ¿En qué consiste la felicidad?

No todas las personas coinciden en explicar lo que significa ser feliz. Aristóteles parte de que la felicidad nos define como seres humanos. Las personas somos diferentes de los demás seres vivos porque tenemos razón y palabra. El ser humano es un animal con logos, como la capacidad de pensar (la más noble). Aristóteles piensa que nuestra capacidad más elevada consiste en ejercitarla. La felicidad consiste en realizar todo lo que es propio de los seres humanos = vida racional. La vida más feliz, por ende, corresponde a pensar y a buscar la verdad.

2. Hedonismo de Epicuro

2.1 La felicidad consiste en el placer

La ética epicúrea es hedonista porque afirma que el bien supremo consiste en el placer. La ética es una ética del bien porque insiste en la importancia del bien supremo. El término griego para referirse al placer es hedoné. El placer para Epicuro consiste en la ausencia de temor y de dolor. Aunque los excesos pueden producirnos un placer intenso y momentáneo, después pueden producirnos dolor. Estas conductas no nos acercan a la felicidad. Lo que nos acerca a la felicidad es la calma y el sosiego, que solo conseguiremos cuando perdamos el miedo al destino y a la muerte. Epicuro distinguía tres tipos de placeres:

  • Placeres naturales y necesarios: alimentarse, vestirse, guarecerse (estar protegido de un daño o peligro).
  • Placeres naturales pero innecesarios: lujo, diversiones exóticas.
  • Ni naturales ni necesarios: búsqueda de éxito social.

Si queremos ser felices tenemos que centrarnos en satisfacer nuestros placeres naturales y necesarios, haciéndolo con sensatez.

Tetrafármaco

  1. No existe el destino.
  2. No hay que preocuparse por los dioses.
  3. No hay que preocuparse por la muerte.
  4. El alma no es inmortal.

2.2 El placer y la ataraxia

Ataraxia = tranquilidad, no perturbaciones.

Para alcanzar la felicidad auténtica tenemos que evitar la inquietud, siguiendo una vida serena y equilibrada. La ética de Epicuro propone alcanzar la ataraxia.

El placer físico no es algo que se tenga que rechazar, pero siempre ha de estar controlado por la moderación para evitar el sufrimiento. Los mejores placeres son los espirituales (conocimiento, amistad).

3. El Utilitarismo

3.1 Utilitarismo de Bentham

Fue un filósofo inglés del siglo XIX (utilitarista), dice que lo bueno coincide con lo útil. El criterio para decidir lo que es moralmente correcto depende de la cantidad de placer que producen nuestras acciones. Con nuestra conducta tenemos que procurar el placer al mayor número de personas. Proponía considerar la intensidad, la duración, la certeza o la proximidad de los placeres. Un placer intenso, duradero, seguro y próximo contará más que ningún otro.

Bentham propone que los gobernantes apliquen esta fórmula para gobernar.

3.2 Utilitarismo de Mill

Mill criticaba a Bentham por decir que todos los placeres se calculaban de la misma manera, pero no todos los placeres son iguales; algunos tienen más valor que otros. Mill creía que los placeres superiores nos distinguen de otros animales. Así, destaca los placeres intelectuales y morales, que nos proporcionan una felicidad más grande.

3.3 Desarrollo posterior del utilitarismo

El utilitarismo ha influenciado también a diversas políticas y sociedades. Actualmente, muchos filósofos se declaran herederos del utilitarismo. Hoy no se identifica directamente la utilidad con el placer, pues no siempre actuamos para buscar el placer y evitar el dolor; a veces elegimos hacer cosas que nos provocan sufrimiento o sacrificio. Por lo tanto, el utilitarismo de hoy estudia cómo las personas tratan de satisfacer sus preferencias personales. Lo moralmente correcto será lo que facilite la satisfacción de las preferencias individuales del mayor número de personas.

4. La justicia como imparcialidad en la teoría ética de Rawls

4.1 ¿Qué es la justicia?

La justicia siempre se ha considerado una virtud ética fundamental. Se debe respetar en pro de la convivencia con los otros.

Justicia = dar a toda persona aquello que le corresponde.

En la sociedad tradicional existía una visión compartida sobre lo que era justo e injusto,

pero en nuestra época no siempre es fácil saber qué es justo y qué no. En el mundo actual convivimos muchos grupos diferentes de personas con opiniones diferentes sobre el bien, por lo que es difícil determinar cuáles han de ser las normas mínimas de convivencia que todos podamos aceptar. Las éticas de la justicia pretenden encontrar la forma de elaborar estas normas.

  • Las dos concepciones de la justicia: en su Política, Aristóteles distingue dos formas diferentes de justicia.
  • Justicia conmutativa, asociada a los intercambios. Esta se presenta cuando compramos o vendemos algo. Lo justo es recibir algo por el mismo valor de lo que damos.
  • Justicia distributiva, relacionada con los repartimientos. Surge cuando tenemos que distribuir recompensas o cargas entre diferentes personas. Lo justo es distribuir de acuerdo con el mérito o la capacidad de cada uno.

4.2 La teoría de la justicia de Rawls

Las reflexiones de este filósofo nos plantean una pregunta: ¿qué condiciones tendrían que cumplirse para que pudiéramos decir que las normas que rigen nuestra sociedad son justas? Según Rawls, las normas no son justas cuando benefician solo a un grupo concreto. Todas las personas han de ser tratadas con imparcialidad.

4.3 Principios de una sociedad justa

  • Principio de igualdad: todos disfrutamos de los derechos y la máxima libertad posible, y lo único que nos puede limitar es el respeto a los derechos y a las libertades de los otros.
  • Principio de diferencia: las diferencias sociales solo son justas cuando producen un beneficio para todas las personas. Es decir, que en una sociedad justa no es necesario que todos tengan los mismos bienes y privilegios, pero esto ha de compensarse.

5. Ética dialógica de Apel y Habermas

5.1 Ética del consenso

La propuesta ética aspira a diseñar un procedimiento que nos permita elaborar normas justas. Esto se conseguirá por medio de un diálogo. Todos los implicados han de llegar a un acuerdo. Proponen una ética dialógica basada en el consenso. Como la sociedad es muy diversa, cualquier proceso de diálogo tendrá que tener en cuenta múltiples determinantes. Podemos decir que una norma justa resultará de la aceptación de todos. Pero no toda forma de comunicación conduce a normas justas y adecuadas. Por eso, el diálogo ha de estar abierto a todos los interesados. Hay que garantizar a todos la posibilidad de expresar su opinión sin posibilidad de amenaza. Esto sería el diálogo ideal.