Las Reglas del Método de Descartes: Un Análisis Filosófico

Introducción

Las reglas del método son el procedimiento que se ha de seguir en el empleo de la intuición y la deducción.

Reglas del Método

Primera Regla: Evidencia

Se refiere al uso correcto de la intuición encargada de la captación adecuada de la verdad evidente. La verdad clara y distinta es indubitable.

Segunda Regla: Análisis

Ordenará la división de lo complejo hasta descomponerlo en sus partes más simples. De este modo, la regla del análisis se refiere a la deducción de lo simple a partir de lo complejo.

Tercera Regla: Síntesis

Consiste en la reconstrucción de lo complejo a partir de lo simple. Por ejemplo, un médico que se enfrenta a una enfermedad infecciosa, primero detecta el microorganismo que la causa para, dar una explicación de la enfermedad.

Cuarta Regla: Enumeración y Revisión

Será la revisión de lo hecho anteriormente para asegurarse de que no se ha cometido ningún error. Como se han realizado dos procesos (Análisis/Síntesis), se harán dos tipos de repasos: la enumeración, que hará un recuento de las naturalezas simples y la revisión se ocupará de la síntesis.

El Discurso del Método y su Contexto

El fragmento proviene de la Cuarta Parte del libro Discurso del Método, del filósofo francés René Descartes. Aquí, Descartes plantea la relación entre el alma y el cuerpo en el hombre y desarrolla la argumentación que le conduce a concebir el “yo pienso” como sustancia y primer principio de su filosofía. Este capítulo tiene un carácter fundamentalmente ontológico, aunque también contiene consideraciones epistemológicas. En resumen, el texto desarrolla cómo la duda, como acto del pensamiento, y la aplicación de su método, conducirán a la afirmación de que el sujeto existe como sustancia pensante, diferente e independiente a la sustancia corporal y al resto del mundo físico (dualismo).

A modo de conclusión, se puede decir que el Capítulo IV del Discurso del Método muestra la aplicación del Método a la Metafísica, raíz de todas las ciencias. Así como también incluye la demostración de los tres principios fundamentales de la filosofía cartesiana: Res Cogitans, Res Infinita y Res Extensa. Podría decirse que en el ámbito de la ciencia, el Método cartesiano tiene una completa actualidad, dado que la ciencia no es posible sin la aplicación de una metodología en su proceder.

Conceptos Clave en la Filosofía Cartesiana

RAZÓN: Descartes acuña una nueva interpretación de la razón como Res Cogitans, en oposición a la Res Extensa, o materia. La característica de la razón es que piensa, y también, que no ocupa lugar. Se trata de una Razón única y universal que sirve tanto para distinguir lo verdadero de lo falso, como para guiar la vida humana. Descartes, considera que la razón bien dirigida mediante un Método, será capaz de entender toda la estructura del universo, que es concebido como un mecanismo diseñado por Dios.

CERTEZA: La duda metódica, nos permitirá depurar y eliminar errores para después reconocer si queda algo que fuese indudable. La seguridad en el hecho de su propia duda, lleva al vislumbramiento de la primera certeza cartesiana, el “Pienso, luego existo”. Será a partir de esta primera certeza, poseedora de las cualidades de claridad y distinción, desde donde se establecerá el principio de evidencia y del propio método, en cuanto que esa certeza descubrirá el camino para alcanzar otras.

MÉTODO: En el Discurso del Método, Descartes pone en cuestión todo el conocimiento que ha llegado hasta él, para acabar reconociendo que sólo el método matemático, puede aportar seguridad con respecto a los contenidos que trata. Para ello, se plantea la duda como base de su metodología, con la finalidad de descartar el conocimiento dudoso. El Método en Descartes vendrá señalado por el alcance de la primera certeza “Cogito, ergo sum” y lo describirá como “un conjunto de reglas ciertas y fáciles”, que se concretan en cuatro: regla de la evidencia, el análisis, la síntesis y la enumeración y revisión.

DUDA: Tras reconocer la falibilidad de los sentidos, Descartes convertirá en dudoso todo el conocimiento humano. La duda metódica nos llevará a detectar errores, para dilucidar la existencia de algo indudable. Mediante la aplicación del criterio de la duda en el proceso metodológico cartesiano, llegaremos a la seguridad de que en el hecho de la propia duda, afirmaremos con seguridad de que dudar es pensar y que es a su vez, una forma de ser: “Cogito, ergo sum”.

EVIDENCIA: La evidencia es el primer paso del Método cartesiano, junto con el análisis, la síntesis y la enumeración. La evidencia consistirá fundamentalmente en una intuición. Es la seguridad que el propio sujeto posee de que su intuición pura y simple de una idea, es verdadera. Descartes identifica dos requisitos o criterios para establecer que el acto racional sea evidente: la claridad y la distinción.

COGITO: Tras la duda, encontramos algo indudable: el hecho mismo de que estoy dudando. Según Descartes, el cogito, tendrá un carácter inmediato, intuitivo y transparente. Es la conciencia que el sujeto adopta acerca de sí mismo, como ser que piensa. En otras palabras, el cogito es la evidencia de la propia existencia y de la forma conforme somos. Es la sustancia humana: yo soy pensamiento.

IDEA: Descartes considera que las ideas son aquello de lo que se ocupa el pensamiento. El pensar no tiene por objeto directamente las cosas, sino que el pensamiento se ocupa de las ideas que sí están directamente en el entendimiento. La idea, es por tanto, una representación de la realidad y la cuestión es aclarar si esa idea se corresponde con la realidad del mundo o no. Por ello, Descartes estudia los tipos de ideas para ver si alguna nos conecta con la realidad. Las ideas pueden ser: Innatas (permiten construir el conocimiento), Adventicias (procedentes de fuera) y Facticias (producto de la imaginación).

SUSTANCIA: Descartes reconoce tres sustancias distintas: Res Cogitans, Res Extensa y Res Infinita. Definirá la sustancia como “aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir”. Con ello pretende establecer una clara independencia entre mente y materia (dualismo), haciendo esto para librar al pensamiento del determinismo que el mecanicismo impone a la realidad material. La materia poseerá la característica fundamental de la extensión, no podemos concebirla sin ocupar un lugar, se trata así, de una realidad extramental que solo podemos aceptar como segura una vez consolidemos la Res Cogitans y la propia existencia de Dios.