Hombre y Conocimiento: La Praxis como Transformación de la Realidad
El auténtico conocimiento, según la filosofía marxista, es la praxis: la actividad teórico-práctica a través de la cual el hombre transforma la realidad. La praxis sigue un proceso dialéctico que requiere:
- Utilizar el entendimiento (actividad teórica) para transformar racionalmente la realidad en la mente.
- Utilizar la sensibilidad activa (actividad práctica) que transforma empíricamente la realidad en algo racional de forma concreta.
Así, sólo se podrá afirmar la verdad de lo pensado cuando el hombre lo haya realizado en el mundo. Toda teoría únicamente especulativa de la realidad es, por tanto, falsa. El hombre se realiza como tal al transformar la realidad y humanizarla, cumpliendo su praxis. Esta realidad externa existe como forma social producida por el trabajo humano y no como algo natural.
Las relaciones sociales son relaciones existenciales, pues posibilitan y condicionan concretamente la existencia de cada individuo, y de ellas depende cómo será su vida. Una sociedad será justa si permite al ser humano cumplir libremente esta praxis, desarrollando con ello su racionalidad.
Sociedad y Materialismo Histórico: La Relación Dialéctica entre Base y Superestructura
La realidad se construye y fundamenta en la relación dialéctica de dos elementos materiales, hombre y naturaleza, que se realiza en un proceso de producción determinado. La realidad es, pues, la realidad social, la sociedad, y será estudiada por el Materialismo Histórico.
Toda sociedad se compone de una estructura básica compuesta de dos elementos:
- La base económica: modo en que se organiza la producción material.
- La superestructura: conjunto de leyes, ideas y costumbres (la cultura) que surge de dicha forma de producción.
La relación entre esta base económica y la superestructura es dialéctica, influyéndose mutuamente. La base económica puede cambiar, y eso ocurre cuando surgen una serie de contradicciones que, alcanzado un determinado nivel, harán que la sociedad entre en crisis. Estas contradicciones son una negatividad surgida del sistema y se traducen en condiciones necesarias para su transformación.
Son condiciones objetivas, elementos dentro del sistema de producción económico, como condiciones subjetivas, por las que un grupo humano debe tomar conciencia de las contradicciones e injusticias del sistema vigente y realizar la revolución.
La Ideología como Mecanismo de Defensa de la Superestructura
Frente a esta toma de conciencia de la injusticia del sistema, la superestructura genera un mecanismo de defensa que es la ideología. Es una falsa conciencia, un conjunto de ideas que justifica y busca mantener la realidad tal y como es, haciendo que los individuos formen teorías falsas sobre sí mismos y sobre el mundo. Una parte importante, aunque no única, la conforma la religión.
Se produce una alienación religiosa, pues el hombre pone en Dios, un ser inventado, aquello que él mismo podría llegar a ser, buscando así consuelo para su vida y no cambiando el mundo. La religión es ideología porque es un consuelo que justifica y mantiene la irracionalidad de la realidad concreta, impidiendo tomar conciencia de su posible transformación, prometiendo la racionalidad en “otro mundo” ya realizado.
Capitalismo, Alienación y Lucha de Clases
La tarea de la filosofía será analizar la realidad social concreta y, por ello, pasará a estudiar la forma social actual, el capitalismo, afirmando que en él el ser humano no puede desarrollar libremente su praxis y, por tanto, llevar una vida digna y feliz.
La sociedad capitalista se divide en clases sociales y surge una contradicción fundamental entre las dos principales: burguesía y proletariado. La burguesía tiene la propiedad privada de los medios de producción y el proletariado sólo posee su fuerza de trabajo, su praxis, que tiene que vender a la propia burguesía para sobrevivir. Surge así la explotación de una clase sobre otra y con ella la lucha de clases.
La Alienación en el Trabajo
Esta explotación se fundamenta en la alienación en el trabajo. La alienación en el trabajo consiste en que el valor del producto no pertenece al obrero ni sirve para mejorar el mundo, sino que pertenece y beneficia al capitalista, ya que el salario no paga el trabajo realizado, sino sólo la fuerza de trabajo.
La praxis del trabajador, y con ella su propia humanidad, es considerada como un medio para conseguir un beneficio para el capitalista, la plusvalía, y no para crear un mundo más humano.
La alienación se produce, pues, cuando el obrero ve que su capacidad de transformación del mundo, su praxis, no sirve para humanizar el mundo y hacer de él un lugar mejor, sino para crear más capitalismo que le siga oprimiendo. En el capitalismo, el proletariado es la negación de lo humano y del sistema al tener que vender su praxis y no poder realizarse como auténticos sujetos racionales.
La Revolución como Superación del Capitalismo
Es necesaria la superación del capitalismo y el final de la sociedad de clases: es necesaria la revolución. La única forma para poder emanciparse es hacer la revolución y superar con ello el capitalismo, que impide el desarrollo de la humanidad. El interés del proletariado es universal porque, si se libera él, también libera a todos, pues implica el final de la sociedad de clases y de la explotación del hombre por el hombre.
El proletariado deberá adquirir una conciencia de clase que le haga comprender que debe hacer la revolución para emanciparse, superando así la ideología. Una vez socializados los medios de producción, comenzará una nueva era, la historia de la humanidad, donde los sujetos podrán desarrollar su praxis y ser realmente libres.