Mito versus Logos: Un Recorrido por la Filosofía Griega

Mito versus Logos

‘Mito’ va a designar un tipo particular de discurso que narra las historias de los dioses, frente a ‘Logos’ que va a designar el discurso explicativo y demostrativo. El significado de la palabra ‘logos’ es bastante amplio, designa entre ellas: contar (narrar), razonar…y también contar (calcular). Desde este ámbito se generaliza la palabra ‘logos’ como concepto contrario a ‘mito’.

Logos como “ciencia” o filosofía, es el saber que descansa en la fundamentación y en la prueba, (DEDUCCIÓN). Aunque también sabemos que ‘logos’ en Heráclito va a designar la lógica de la contradicción, de forma que ese ‘logos’ como pensamiento es el descubrimiento de la contradicción de la realidad y de cómo todas las cosas y seres se van haciendo por contradicción.

Los Presocráticos

Tales. Primer filósofo que investiga sobre la Physis y el Arjé. Physis hace referencia al origen y la esencia de algo. Arjé es lo que constituye a la Physis. También es denominado primer principio y mediante él se intenta explicar cómo es posible el movimiento y la pluralidad de los seres de la naturaleza. Tales dijo que el principio de todo es el AGUA. Tales también trató el alma como el principio de la vida.

Anaximandro. Dice que todas las cosas surgen de lo infinito, a-peiron.

Anaxímenes. AIRE.

Los Pitagóricos. Pitágoras (570 a. C.) creó una escuela en Crotona. No se conoce su pensamiento con precisión, pero los testimonios que nos han llegado son contradictorios. Los pitagóricos se centraron en la cosmología y situaron el arjé en los números. Fueron los primeros en cultivar las matemáticas y según ellos las cosas no sólo se dividen en número, sino también en par e impar. Utilizan el concepto de cosmos para referirse al orden. Creían en la inmortalidad del alma y en la reencarnación.

Heráclito: Nació hacia la mitad del siglo VI a. C. en Éfeso. Su obra se compone de fragmentos breves y enigmáticos. Defiende que en el mundo sensible no hay nada inmóvil y todo está en continua transformación. Para él, el mundo sensible se reduce al movimiento y al cambio, pero también reconoce un logos (racionalidad interna). También basa su pensamiento en la lucha de contrarios, “hay enfermedad, porque hay salud”. Heráclito señala como el arjé al fuego y según él, el alma humana está compuesta de fuego, además es inmortal y tiene un destino eterno y desconocido. La conducta más propia del ser humano es la búsqueda de la sabiduría y vivir de acuerdo con el logos.

Parménides: Descubre que el ser es imposible que sea y no sea. A partir de esto dice que no es posible el movimiento. Dice que los sentidos intentan engañarnos y ser es a la vez pensar. Parménides descubrió que el ser es uno, eterno, perfecto, inmutable… La opinión que proviene de los sentidos nos conduce al error.

Los pluralistas: Creen que no hay un sólo arjé, sino varios. Consideran que los elementos son inmutables. Explican el origen del cosmos mediante unas fuerzas activas.

Anaxágoras: (500 a. C.) Dice al igual que Parménides que el ser no puede provenir del no ser. Dice que todo está hecho por unidades ilimitadamente pequeñas (semillas). Las transformaciones de la naturaleza tienen lugar por combinaciones de semillas y predominio de unas sobre otras.

Los atomistas: El fundador de esta escuela fue Leucipo, maestro de Demócrito, el atomista más representativo. Decían que el origen de todo se encontraba en la pluralidad de entidades llamados átomos. El movimiento es posible gracias a que los átomos puedan desplazarse por el vacío y esto no tiene causa, sino que es algo necesario e ineludible.

Los Sofistas y Sócrates

El contexto en el que aparecen los sofistas y Sócrates es el de la Atenas democrática y esclavista del siglo V a. C. que lucha por la hegemonía helena contra Esparta. “Sofistas” significa literalmente sabios y era el título que se daban a sí mismos un conjunto de pensadores que florecen en la segunda mitad del siglo V a. C. y que tienen en común dos características:

  • Son los primeros profesionales de la enseñanza.
  • Incluyen disciplinas humanísticas entre sus enseñanzas (retórica, derecho, moral, política,…), útiles para el ejercicio del poder, puesto que sus enseñanzas estaban orientadas normalmente a hijos de comerciantes ricos que deseaban triunfar en política.

Dos de los más famosos sofistas fueron:

  • Górgias, cuya filosofía se considera ejemplo de escepticismo (teoría según la cual no existe la verdad o no podemos alcanzarla) “El ser no existe. Si existiera, no podríamos conocerlo. Si pudiéramos conocerlo, no podríamos comunicarlo por medio del lenguaje”, dice.
  • Protágoras, representante del relativismo, teoría según la cual la verdad no es única, sino que está en relación con o depende de: cada persona (relativismo subjetivista o subjetivismo), de cada época (relativismo histórico), de cada cultura (relativismo cultural) “El hombre es la medida de todas las cosas” es su afirmación más conocida.

La aparición de los sofistas, su defensa del escepticismo, y el hecho de que centraran su reflexión en el hombre, en vez de en la naturaleza, como habían hecho los presocráticos, se debe tanto a causas filosóficas (como la proliferación de teorías y enfoques incompatibles sobre la physis desarrollados por los presocráticos sin que pudiera decidirse cuál de ellos era el verdadero), como políticas y sociales (necesidad de un nuevo tipo de saberes como oratoria, derecho, lógica, etc. que los ricos comerciantes y mercaderes estaban dispuestos a pagar para que sus hijos pudieran triunfar en política)

Sócrates no dejó nada escrito, pero conocemos sus ideas a través de Platón, que lo hace el personaje protagonista de la mayoría de sus diálogos, y de Aristóteles. A pesar de surgir en la época de los Sofistas presenta unos planteamientos distintos:

  • No cobraba por sus enseñanzas.
  • No le gustaba hacer largos discursos como los Sofistas, sino diálogos, ya que éstos admiten cuestiones, observaciones,….

Sócrates defendía que la felicidad depende de la virtud, de manera que solo el hombre virtuoso es verdaderamente feliz, y que, a su vez, la virtud depende del conocimiento, de modo que, por ejemplo, solo el que sabe qué es la justicia puede ser justo y obrar justamente, teoría conocida como intelectualismo moral. Se opuso de modo radical al relativismo de los sofistas manteniendo que existen normas y valores morales absolutos, independientes de las creencias y convenciones que cada comunidad adopte. La tarea fundamental del hombre reflexivo será, por tanto, llegar al conocimiento de esas normas con el fin de ordenar adecuadamente su vida y su conducta y, con ello, alcanzar una vida plena y satisfactoria, es decir, una vida feliz.

El método Socrático para llegar al conocimiento es la mayéutica, el arte de ayudar a dar a luz la verdad, que se halla en el fondo del alma de cada uno. Se pueden distinguir dos partes:

  1. IRONÍA. Mediante una serie de preguntas confunde al interlocutor, le lleva a la contradicción y le conduce a aceptar su ignorancia. (“Sólo sé que no sé nada“)
  2. MAYÉUTICA. Después de aceptada su ignorancia, hace descubrir al interlocutor las verdades que lleva en sí. Les insta para que piensen y generen los conceptos morales universales, y, por tanto, válidos para todos.