Moral, Derecho y Religión
Moral, derecho y religión tratan de orientar las acciones humanas y son saberes normativos que establecen normas. La moral y la religión no solo dan normas, sino que también se ocupan de averiguar qué es lo que hace felices a las personas, cosa que no es tarea del derecho. Podemos distinguir dos aspectos entre sus normas:
- Contenido: Lo que manda o prohíbe la norma.
- Forma: El modo en que se hace.
Diferencia entre estos saberes
Religión | Derecho | Moral | |
---|---|---|---|
¿Quién promulga el mandato? | Dios | Poder legislativo | Persona misma |
Destinatarios | Las personas | Miembros comunidad política | Persona de cada cual |
¿Ante quién se responde? | Dios | Tribunales | Ante sí mismo |
¿De quién se espera obediencia? | Creyentes | Obligados por pacto político | Las personas |
Relativismo Moral
El relativismo moral consiste en afirmar que los principios de lo justo y de lo bueno, solo podemos encontrarlos en el interior de cada grupo determinado y solo valen para él, pero no para todos los humanos. Lo bueno y lo malo son siempre relativos a algún grupo, dependen de sus formas, y resulta imposible a los distintos grupos ponerse de acuerdo, alcanzar unos principios con validez universal.
Sigue diferentes posiciones:
- Relativismo cultural: Los criterios morales dependen de las culturas.
- Contextualismo: Podemos saber si una propuesta moral es correcta o incorrecta si la consideramos dentro de cada contexto de acción.
- Etnocentrismo: Afirma la imposibilidad de justificar la bondad de una opción teniendo por interlocutor a cualquier ser humano.
- Escepticismo: No podemos encontrar ningún criterio para preferir unas opciones u otras, ninguna es mejor, y es imposible distinguir realmente entre lo justo y lo injusto, entre lo bueno y lo malo.
- Emotivismo: Solo pretenden expresar emociones y sentimientos y no aumentar nuestro conocimiento, ya que de ellas no puede decirse que sean ni verdaderas ni falsas. El emotivismo nació en el siglo XVIII, especialmente con la obra de David Hume, quien afirmaba que la maldad o bondad de un acto se percibe por el sentimiento que experimentamos ante él no porque la razón nos lo demuestre.
Puntos débiles de estas posiciones:
- Son incapaces de dar cuenta del significado de algunos términos morales.
- Son incapaces de explicar el hecho de que argumentemos sobre cuestiones morales.
¿Hay Valores Morales Universales?
Utilizamos expresiones morales como “esto es injusto”, que parecen implicar a toda la humanidad. Podemos entender que en la edad antigua la esclavitud no se considerase inmoral, porque se tenía una idea distinta del ser humano. Pero podemos seguir pensando, al mismo tiempo, que aquello era un atraso y que la esclavitud es injusta y no debería existir. Además sabemos defenderlo con argumentos.
A lo largo de la historia han ido perfilándose dos respuestas:
Éticas de la Justicia y Éticas de la Felicidad
Las éticas de la justicia o éticas de mínimos se ocupan solo de la dimensión universalizable del fenómeno moral.
Las éticas de la felicidad, por el contrario, intentan ofrecer ideales de vida buena, en los que el conjunto de bienes de que las personas podemos gozar se presentan jerárquicamente como para producir la mayor felicidad posible. Son por tanto éticas de máximos, que aconsejan seguir su modelo, nos invitan a tomarlo como orientación de la conducta.
Naturaleza y Tareas de la Filosofía Política
La sociología política y la ciencia política son dos saberes prácticos, dos ciencias empíricas sociales, que deben ocuparse ante todo de describir la actividad y la estructura de las instituciones políticas, de proporcionar datos, de establecer comparaciones entre formas de gobierno en distintos lugares, de informar a los interesados de procedimientos políticos posibles.
El filósofo de la política, por su parte, debe conocer bien las tradiciones de la filosofía política con que contamos, pero también estudiar las aportaciones científicas y sobre todo analizar la realidad social que es la que importa comprender.
La filosofía política tiene como tarea comprender la realidad social y política mediante conceptos, captando la racionalidad que la configura. Por eso el concepto es no solo descriptivo de lo que hay sino sobre todo normativo de lo que debería hacer.
Retos a los que se Enfrenta
La necesidad de reflexionar sobre los asuntos siguientes configura algunos de esos retos a los que se enfrenta:
- Descubrir principios y criterios de justicia para la distribución de los bienes sociales tanto en los diferentes Estados como en el nivel global.
- Diseñar modelos de sociedad justa, que tengan en cuenta el hecho del pluralismo y el del multiculturalismo. El pluralismo consiste en la convivencia de distintos proyectos de vida buena en las sociedades con democracia liberal, lo cual obliga a reflexionar sobre el modo de compaginar ese pluralismo con la defensa común de una constitución democrática. Encontramos unos mínimos morales comunes a las distintas culturas, es el desafío del multiculturalismo o del interculturalismo.
- Pensar en profundidad la noción de Estado. Sin duda tanto la crisis del Estado de bienestar a partir de 1970 como la crisis del estado nacional producida por la globalización, que requiere de comunidades transnacionales y alianzas cosmopolitas laten en el fondo de esa reflexión.
- Fomentar una ciudadanía participativa y comprometida con la actividad política. El sentido de la actividad política consiste en dilucidar conjuntamente qué es lo justo y qué es lo injusto para la vida en común. Pero eso no se consigue con una ciudadanía activa capaz de participar.
- Reflexionar sobre la noción de democracia. El desarrollo de la democracia en los distintos países, a pesar de que se mantiene el consenso acerca de su superioridad con respecto a otras formas de gobierno, ha ido sacando a la luz sus dificultades, sus insuficiencias y sus contradicciones.