Ontología en Platón: El Dualismo Ontológico
3. Mundos
Para Platón, lo auténticamente real se identifica con lo estable, lo eterno, lo que no cambia. Por eso, Platón distingue dos niveles o formas de realidad: la inteligible y la sensible o visible. Podemos decir que Platón defiende un dualismo ontológico.
a) Mundo Inteligible
Es el mundo del ser, de lo eterno y permanente; por tanto, es el nivel de lo auténticamente real. Se trata de una esfera de realidades ocultas a la vista pero accesibles a la inteligencia, que además son inmateriales, eternas, perfectas, idénticas e inmutables. Es un mundo trascendente que está más allá de la esfera de las realidades materiales y visibles que nos son familiares. Al mundo inteligible pertenecen no solo las Ideas, sino también los objetos o entes matemáticos, que también son inmateriales, perfectos, inmutables, eternos e ideales. De ahí que en el mundo inteligible hallemos dos tipos de realidades: los inteligibles superiores o Ideas y los inteligibles inferiores u objetos matemáticos.
b) Mundo Sensible o Visible
Es el mundo del devenir y de la multiplicidad, de lo que cambia, de lo impermanente. Representa, por tanto, un nivel inferior de realidad, de cosas menos reales, menos perfectas que las realidades inteligibles. Es la esfera de los objetos que percibimos por medio de la vista y los demás sentidos. Es un mundo de apariencias, de realidades materiales, sometidas al cambio, a la generación y a la corrupción. El mundo del devenir es el mundo de las cosas que están en continuo proceso de cambio, lo cual significa que están dejando de ser algo para empezar a ser otra cosa que aún no son; por eso Platón considera el devenir como a mitad de camino entre el ser (lo inteligible, estable e inmutable) y el no-ser (la nada).
– Relación entre las dos esferas
Platón explica la formación del mundo sensible mediante el mito del Demiurgo. La palabra Demiurgo significa en griego ‘artesano’ y Platón la usa para referirse a una Inteligencia suprema de carácter divino que ha fabricado el mundo sensible. Platón quiere darnos a entender mediante este mito que el mundo sensible responde a un plan racional e inteligible, y que no procede del caos o del desorden. Todo lo bello, bueno y armónico que apreciamos en el mundo visible se debe al hecho de que imita el orden supremo del mundo de las Ideas. El cosmos visible imita imperfectamente el cosmos inteligible y perfecto. Para Platón, la causa de esta imperfección ha de residir en la materia, pues la intención del Demiurgo era hacer lo mejor y lo más bello, y el modelo era perfecto (mundo de las Ideas); solo resta, pues, la materia como causa de la imperfección. / El mundo inteligible constituye la estructura profunda del mundo sensible. Gracias a que el mundo visible imita el mundo inteligible, la realidad sensible tiene una cierta consistencia ontológica, una cierta armonía y orden imperfectos que lo hacen parcialmente cognoscible.
Epistemología en Platón: Teoría del Conocimiento y la Reminiscencia
4. Epistemología, Teoría del Conocimiento
Cuando hablamos de lo real hemos de tener en cuenta que, para Platón, existen dos grados o esferas de la realidad. Por eso, en clara correspondencia con esos dos grados de realidad, distingue dos niveles o grados de saber, uno más claro y uno más oscuro:
a) Conocimiento Científico o Episteme
Es el nivel superior del conocimiento. Es claro, verdadero, objetivo y no relativo, y su fuente es la inteligencia, no los sentidos. Para Platón es el auténtico saber acerca de lo real, y como para él lo real es lo inteligible, el conocimiento es siempre saber sobre la realidad inteligible, nunca sobre la realidad visible o sensible. Para alcanzar el conocimiento de lo real habrá que dirigir nuestra alma hacia la esfera de lo inmaterial y abstracto, es decir, hacia la contemplación de las Ideas eternas, apartándonos de los sentidos engañosos y de las cambiantes cosas del mundo sensible. Alcanzar esta clase de conocimiento es la meta que persigue la filosofía.
– La Opinión o Doxa
Es un grado de saber inferior al conocimiento; es el saber acerca de la realidad sensible y material. Es un saber oscuro, confuso, poco fiable, relativo y cambiante, y su fuente son los sentidos. Platón considera que de las cosas cambiantes del mundo sensible solo pueden obtenerse conocimientos en simples opiniones. Platón estaría de acuerdo con los sofistas en que toda opinión es un saber relativo. Pero, para Platón no todo saber es opinión; él distingue entre opinión y conocimiento. Si usamos los sentidos para indagar sobre la realidad sensible y cambiante solo obtendremos opinión, pero si usamos la inteligencia para investigar sobre la realidad inteligible e inmutable, alcanzaremos conocimiento.
4.2. Teoría de la Reminiscencia (conocer es recordar)
Si las Ideas pertenecen a un mundo distinto del nuestro, es decir, si están fuera del mundo sensible y visible, ¿cómo puede el alma humana conocerlas? Platón resuelve esta dificultad mediante la teoría de la reminiscencia o anamnesis.
Según Platón, el alma, antes de encarnarse en un cuerpo, ha preexistido en el mundo de las Ideas y ha contemplado allí las Ideas, pues una actividad propia del alma es la contemplación de las Ideas. Al entrar en el mundo sensible y encarnarse en un cuerpo, el alma olvida las Ideas y tan solo queda una huella borrosa y olvidada de las mismas. Así pues, de acuerdo con la teoría de la reminiscencia, aprender o conocer no es otra cosa que recordar.
El propio Platón nos advierte que no hay que tomar los mitos al pie de la letra, porque no tienen la fuerza de argumentos racionales. Hay que interpretar que Platón está defendiendo con ella cierto innatismo del conocimiento: en el alma de cada ser humano existen, desde el momento de su nacimiento, ciertos conocimientos y nociones innatas sobre las Ideas, pero son conocimientos oscuros y confusos que solo pueden cobrar claridad mediante una educación adecuada que nos encamine a la contemplación directa de las Ideas.