Ontología y Teoría del Conocimiento de Tomás de Aquino

Ontología: La Esencia y Existencia del Ser

La experiencia sensible nos enseña que hay seres que existen por sí mismos, definiendo su esencia o quididad. Son sustancias. La forma nos permite tener un concepto de sustancia y la materia lo diferencia de los individuos de la misma especie, lo que permite explicar el cambio. Compuesto de materia y forma, la materia es la potencialidad y la forma que recibe la materia es el acto.

Tomás de Aquino parte de la creación: Dios ha creado el mundo y, por lo tanto, existe un ser que es el creador y seres que son creados. Así, Dios es el Ser por antonomasia, causa de los seres, y los demás seres existen en razón del Ser. Su reforma fundamental para adaptarlo a las necesidades del dogma cristiano, la distinción real entre esencia y existencia.

En esta relación están implicados también los conceptos de potencia y acto, de modo que la esencia está en la potencia y la existencia es el acto de la esencia. De esta forma, Dios es quien existe por sí mismo.

La esencia es aquello por lo que una cosa es lo que es.

La existencia es aquello por lo cual una cosa existe.

Creación, Participación y Analogía

Creación

Como relación causa-efecto. Los seres finitos se crean a partir de la nada y Dios no puede exteriorizarse porque es simple y espiritual.

Participación

Es la relación ontológica. Dios es el Ser por esencia y existe necesariamente y por sí mismo. Las demás cosas toman el ser de Él.

Analogía

Es una relación cognoscitiva. El término ser aplicado a las criaturas tiene un significado no idéntico, similar o correspondiente al ser de Dios. La analogía del ser de Aristóteles es la diferencia entre ser creado y ser supremo; no son significados ser ni unívocos ni equívocos sino análogos, semejantes pero de distinta proporción.

Teoría del Conocimiento: La Experiencia Sensible y la Abstracción

Tomás de Aquino no necesita probar la existencia de Dios porque la fe le concede ya esa realidad; lo que pretende es mostrar que por la razón se puede llegar a su existencia. Todo conocimiento ha de partir de la experiencia sensible, solo así se pueden remontar los grados de abstracción, las especies, las ideas que son abstraídas de lo sensible.

La razón debe ser fuente de conocimiento porque la realidad tiene un carácter inteligible, el mundo está racionalmente articulado debido a la existencia de las formas. La abstracción es el proceso por el que se pasa del conocimiento sensible al conocimiento inteligible, donde se separa la forma de la materia. Este se obtiene a partir de los sentidos, nada hay en el entendimiento que antes no haya estado en los sentidos. El entendimiento abstrae lo esencial de cada objeto.

El entendimiento tiene una doble actividad: por un lado, es capaz de abstraer, de sacar lo esencial de cada objeto percibido por los sentidos; por otro lado, es capaz de formular un concepto abstracto, universal. Es capaz de hacer ciencia.

Demostración en los Siguientes Pasos:

  1. Los sentidos captan el objeto sensible concreto. A esto lo llama especie sensible impresa.
  2. En la imaginación se graba la imagen propia de ese objeto. A esta imagen la llama fantasma, denominada especie sensible expresa.
  3. El entendimiento agente abstrae, despoja, desnuda al objeto concreto de todo aquello que le impide ser inteligible, quitándose todo aquello que tiene de particular. El resultado es la especie inteligible impresa.
  4. El entendimiento pasivo elabora el concepto universal. Es lo que Tomás llama especie inteligible expresa.
  5. La conversión al fantasma se produce cuando el entendimiento lo aplica al objeto concreto.

El entendimiento conoce directamente el universal, los seres concretos los conoce de modo indirecto.

Razón y Fe: La Concordancia Necesaria

Tomás distingue razón y fe, además de defender la necesidad de su concordancia. El ámbito entero de la filosofía proviene exclusivamente de la razón. Por su parte, la teología se basa en la revelación, en la autoridad de Dios. La filosofía y la teología, ni la razón ni la revelación, puede engañarnos. Tenemos la obligación de llevar lo más lejos posible la interpretación racional de las verdades de la fe, de ascender por la razón hacia la revelación.

La razón puede ayudar a la fe de tres maneras:

  1. Demostrando los preámbulos de la fe, verdades cuya demostración es necesaria o interesa a la fe misma.
  2. Aclarando mediante comparaciones los artículos de fe.
  3. Rebatiendo las objeciones que se presenten contra la fe, demostrando que son falsas.

La fe también puede prestar ayuda a la razón sirviéndole de norma o criterio extrínseco de verdad. No puede darse conflicto entre fe y razón. Si se dejase a la sola razón porque:

  1. Muy pocas personas conocerían a Dios, por diversas causas: una disposición natural carente de intelecto, falta de tiempo, ausencia de motivación para realizar investigaciones.
  2. El segundo inconveniente es la gran dificultad y el mucho tiempo que requieren estos estudios.
  3. El camino que conduce a estas verdades no se encuentra libre de errores.

Individuación: La Materia como Principio de Diferenciación

El entendimiento agente despoja al objeto de lo particular y se queda con la esencia universal; esta especie inteligible impresa es común a todos los individuos de la misma especie. La materia, que es distinta en cada uno.

Las Cinco Vías: Demostraciones de la Existencia de Dios

La demostración racional de Dios es necesaria y posible. Necesaria porque no es evidente, no tenemos concepto del infinito, una realidad que requiere una explicación y, por otro, la afirmación de una serie causal. Las vías son caminos hacia Dios desde el mundo real.

La estructura lógica es la misma en las cinco vías:

  1. Primero, un punto de partida: la experiencia de un efecto universal.
  2. Segundo, un principio de causalidad.
  3. Tercero, después del corolario del principio de causalidad.
  4. Y último, la causalidad infinita que es Dios.

Primera Vía: El Movimiento

Como actuación del móvil es cierto y consta por el sentido que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido por otro. Si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro y este por otro. Mas así no se puede proceder hasta el infinito. Luego es necesario llegar a un primer motor que no es movido por nada, y ese todos entienden que es Dios.

Segunda Vía: Experiencia de un Orden de Causas Eficientes

Es necesario suponer una causa eficiente primera que todos llaman Dios.

Tercera Vía: La Contingencia o Imitación en el Existir

Nos encontramos con cosas que tienen posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y se corrompen. Lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez no existe. De ahí que si todas las cosas tuviesen esa posibilidad de no existir, alguna vez no habría existido nada y, por consiguiente, ahora tampoco, pues de la nada no procede nada. Pero dado que ahora existe algo, es que no todas las cosas tienen posibilidad de existir y de no existir, que algo ha de ser necesario y esto, en última instancia, es Dios.

Cuarta Vía: Diversos Grados de Perfección en las Cosas

Encontramos en este mundo cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles. El más y el menos se dicen de cosas diversas según la diversa aproximación a lo que es máximo. Lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene bajo ese género; ha de haber un máximo ser y este es Dios.

Quinta Vía: El Gobierno de las Cosas

Vemos que algunas cosas obran con intención de fin. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin. Luego existe algún ser inteligente que dirige, que es lo que llamamos Dios.

Antropología: El Ser Humano como Compuesto de Materia y Forma

El ser humano es un compuesto de materia y forma. La única forma sustancial es el alma racional que informa directamente a la materia prima. La diferencia con Aristóteles es que el alma única del hombre confiere a este todas las determinaciones del hombre y en el ser humano solo está presente el alma racional.

Reflexión Moral y Política: La Ley Natural y la Libertad Humana

Solo en una vida podemos llegar a la felicidad perfecta y esta consiste en la visión de Dios. La ley natural es evidente, universal e inmutable y consiste en un conjunto de mandamientos morales que tienen como fundamento la propia naturaleza humana y que son descubiertos y dictados por la razón. Esta ley natural tiene su origen y su fuente en la ley eterna divina y rige la totalidad del universo.

En la teoría tomista, lo que posibilita al hombre descubrir la ley natural es el hecho de que la ley eterna provenga de la razón divina. La existencia de la ley eterna y de la ley natural no anula la libertad humana. El hombre, como es libre, puede no seguir la ley natural inmutable.

Distingue entre el libre albedrío y la libertad o espontaneidad de la voluntad. El libre albedrío es que antes de la elección juzga las ventajas y los inconvenientes. Soy libre solo si puedo elegir entre seguirlo o no seguirlo. Los actos del hombre son actos libres y proceden de la voluntad y el objeto de la voluntad es el buen, sino el bien supremo, es decir, Dios.

La presencia del mal en el mundo puede ser de dos clases: de pena, que es una diferencia de forma, y de culpa, que es el acto humano de escoger.