Platón, filósofo de la edad antigua, fue discípulo de Sócrates. Sintió una gran desconfianza hacia la democracia ateniense por la muerte de Sócrates. Propuso un régimen político ideal que aparece descrito en su obra “La República”. Otras obras son “Fedón”, “El Banquete” y “Apología” de Sócrates.
La Realidad según Platón
Para entender el problema debemos tener en cuenta las influencias que tuvo Platón. En primer lugar, Sócrates quiere llegar a definir los términos morales de forma universal, pero todavía no tiene una entidad objetiva, entonces Platón lo continuará. Por otra parte, el conocimiento de la matemática de los pitagóricos le dio la clave a Platón para suponer que existían realidades absolutas e invariables y conceptos como “Justicia” o “Bien” puedan definirse objetivamente, sin tener que ser una simple opinión subjetiva. Eso fue la clave para crear las ideas (εἶδος), esto hace referencia a un tipo de realidades inmateriales, inmutables y eternas porque no pueden existir varias definiciones de Justicia. Estas ideas representan las esencias de los seres, es decir, lo que tienen en común, pero para Platón esa esencia se encuentra en un mundo aparte llamado mundo de las ideas. Sus características son las siguientes:
- Son esencias
- Universales
- No pertenecen a este mundo
- Inmateriales
- Únicas
- Se captan por la razón (aprehende)
- Son un concepto
Un ejemplo es la idea de caballo, todos tenemos la misma idea, pero nunca vamos a encontrar ninguno igual. Platón piensa que las ideas están en otro mundo, se crea un dualismo ontológico según el cual, hay dos mundos. Por un lado, encontramos el mundo de las ideas que no está situado en ningún lugar concreto puesto que está más allá del espacio y el tiempo. Son formas o ideas, no está sujeto a cambios, única idea para un conjunto de seres, es inmaterial y perfecto, y es el mundo de la realidad para Platón. Por otro lado, tenemos el mundo sensible en la que los seres son físicos, cambian constantemente, son múltiples seres y particulares (distintos), es material e imperfecto y se capta por los sentidos, por eso es el mundo de la apariencia porque los sentidos engañan. Pero estos dos mundos se tienen que relacionar, entonces Platón emplea dos términos para analizar esta relación:
- Imitación: la materia eterna debe ser organizada, Platón organiza el mundo sensible a imagen y semejanza del mundo de las ideas. De este modo las cosas sensibles son copias imperfectas de las ideas perfectas que son el modelo.
- Participación: indica que las cosas participan del ser de las ideas, de quien cogen prestado su ser, es decir, todo tiene una parte de idea.
En conclusión, puede afirmarse que lo real, sólo son las ideas, en cambio los objetos sensibles son copias similares a las Ideas. El mundo sensible constituye un mundo aparente, mientras que el mundo real se corresponde con el mundo inteligible.
El Conocimiento según Platón
Platón ofrece a lo largo de sus obras tres explicaciones, en el “Fedón” aparece la teoría de la reminiscencia, en “La República” aparece el símil de la línea y por último en “El Banquete” aparece la teoría del amor. Según la teoría de la reminiscencia se explica la vía de acceso que tenemos los humanos a las ideas, pero cómo pasamos a ellas si están en otro mundo. Platón creía que las podíamos captar porque ya están las ideas en nuestro interior como si ya las conociésemos, pero por alguna razón las hubiésemos olvidado, esto lo explicó con la teoría de la reminiscencia, diciendo que las ideas resultan familiares porque nuestra alma ya estaba en contacto con ellas, aunque no nos acordemos. Así pues, saber es recordar, saber no es introducir conocimientos nuevos al alma, sino despertar los que tiene a partir de objetos sensibles como por ejemplo observando objetos redondos podemos acordarnos de la idea de circunferencia. En la dialéctica se explica los niveles del conocimiento en función de los grados del ser. Por un lado, tenemos el conocimiento del mundo sensible llamado opinión (δόξα) y por otro lado tenemos el conocimiento del mundo de las ideas llamado ciencia (ἐπιστήμη).
- Opinión (δόξα): consiste en un grado inferior a la ciencia, puede ser verdadera o falsa y es un conocimiento inestable porque trata de realidades cambiantes y no se funda en razones sólidas. Posee dos niveles:
- Eikasia: es el conocimiento más bajo, podríamos decir que corresponde, no a los seres físicos sino a las sombras, hoy en día se corresponde a las opiniones falsas.
- Pistis: se trata del conocimiento a través de los sentidos de las cosas físicas de las cosas naturales, que son copias de las ideas, es un conocimiento imperfecto que no tiene demostración, hoy en día se corresponde a las opiniones.
- Ciencia (ἐπιστήμη): es un conocimiento objetivo, universal, invariable. Es superior a la opinión ya que trata realidades perfectas y eternas. Posee dos niveles:
- Dianoia: se ocupa de ideas matemáticas, pero sigue sin ser las ideas perfectas.
- Noesis: se ocupa de las ideas más perfectas como la Justicia, el Bien. Este conocimiento se corresponde con un tipo de saber llamado filosofía. Consiste en ascender a partir de los objetos físicos hasta las ideas, para después alcanzar la idea primordial.
En conclusión, podemos relacionar este problema con el mito de la caverna ya que cuando son presos en la caverna se relaciona con la opinión (δόξα) porque solo ven sombras proyectadas en la pared que ellos consideran la realidad, pero solo son reflejos distorsionados. Y cuando pueden salir de la caverna se relaciona con la ciencia (ἐπιστήμη) ya que ven tal y como es el mundo verdadero, no solo sombras.
El Ser Humano según Platón: Dualismo Alma-Cuerpo
El dualismo establecido por Platón entre el Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible se traduce en un dualismo entre cuerpo y alma, el hombre es un compuesto de estas dos realidades que son independientes y diferentes. El alma, afín a las ideas y como ella inmaterial, inmortal, su lugar es el Mundo de las Ideas porque ya conoce las ideas entonces nuestra alma ya existió antes de que naciéramos y seguirá existiendo cuando muramos. El alma está manchada por el cuerpo (nos hace olvidar) por eso debe purificarse para volver al mundo de las ideas. El cuerpo es material, mortal, imperfecto y pertenece al mundo sensible por eso la unión del alma y el cuerpo se describe como unión accidental y transitoria. Al dividir el alma y cuerpo se forma un problema ¿Cómo se comunican? Pues Platón se plantea cómo las pasiones corporales influyen en nuestro comportamiento. Las personas sufrimos tensiones internas cuando entran en conflicto lo que nos pide el cuerpo y nuestras capacidades de razonar. Platón propone lo que se conoce como la división tripartita del alma:
- Alma racional: es la más importante por eso se localiza en la cabeza (cerebro), es inmortal, inteligente y de naturaleza divina. Su actividad consiste en gobernar a las otras dos partes inferiores a ella del alma. Lo propio suyo es la virtud de la prudencia.
- Alma irascible: situada en el pecho (corazón). Simboliza el valor y la voluntad (amor propio) y se deja conducir fácilmente. Lo propio suyo es la fortaleza.
- Alma concupiscible: situada en el bajo vientre, es mortal, fuente de pasiones (hambre) y la más relacionada con el cuerpo de las tres. Difícil de guiar, simboliza el deseo. Su virtud es la templanza.
El alma inmortal que ha vivido siempre en el mundo de las ideas es el alma racional. Las otras dos son propias del cuerpo y mueren en él. En conclusión, en el “Fedro” explica la armonía que hay entre las distintas partes del alma comparándolas con un carro de caballos. El auriga es la parte del alma racional, es la que maneja a los dos caballos como hace el alma racional. El caballo bueno (el blanco) se dirige bien como la parte irascible pero aun así hay que manejarla porque no actúa por razón sino por valor y por último el caballo malo (el negro) es la parte que actúa por deseo. Pero lo más importante es un equilibrio entre las tres partes del alma.
La Política según Platón: El Estado Ideal
La exposición más amplia del pensamiento político de Platón se encuentra en el diálogo “La República”. El autor tuvo un desengaño hacia el sistema democrático a raíz de la muerte de su maestro Sócrates. El autor se propondrá diseñar una polis ideal (utopía) donde reine la Justicia. Pero ¿en qué consiste un Estado justo? Para Platón la polis ideal se estructura en tres clases sociales diferentes:
- La clase de bronce: En ellos predomina la función con deseo del alma, su misión es obtener y producir recursos para satisfacer las necesidades básicas.
- La clase de plata: existe para defender la ciudad de los invasores y resolver conflictos internos. Es la más importante puesto que de ellos saldrán los gobernantes. Predomina la función irascible del alma.
- La clase de oro: son los árbitros absolutos de la vida política. Para llegar a ser gobernantes es la de ser el más sabio, que tras su periodo de educación, llegarán a ser filósofos casi perfectos. Gobernarán lo mejor posible, consiguiendo así la felicidad de su pueblo. Predomina la función del alma racional.
Esta teoría política gira en torno a dos principios fundamentales:
- Paralelismo alma-Estado: Platón establece un paralelismo entre la justicia en el individuo y la justicia en la ciudad. Si en el primer caso, cada parte del alma tiene que realizar la virtud, la justicia en la ciudad consiste en conseguir que cada una de las tres clases de ciudadanos se limite al cometido que le es propio. Solo cuando los tres grupos vivan en armonía, se dará el ideal de justicia.
- Principio de especialización funcional: todos los ciudadanos tienen que realizar su función, para la que está preparado. Así aumenta la eficacia y, por otra parte, si hay tres clases sociales se debe a que cada una de ellas denomina un tipo de alma.
Para preparar cada miembro de la sociedad es necesario que el Estado se ocupe de la educación, sobre todo de los guardianes y los gobernantes. Todos los individuos deben aprender gimnasia, arte, música y poesía. Solo los que presenten más aptitudes son seleccionados mediante pruebas físicas e intelectuales. Los mejores de estos seguirán estudiando entre 25 y 30 años, las matemáticas y dialéctica para terminar siendo gobernantes en la polis. En resumen, Platón defiende que el alma y sus correspondientes virtudes deben desarrollarse de manera armoniosa. En la polis cada clase social debe ocuparse de su lugar y así se asegura la armonía del Estado y su buen funcionamiento.