Platón: El Mundo de las Ideas y su Influencia en la Filosofía Occidental

Platón

1.- Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto elegido.

Contexto histórico-cultural

Comenzaremos hablando del contexto histórico-cultural. Nos encontramos en la primera mitad del siglo V a. C., época marcada por la decadencia general de las polis griegas, debida a continuas guerras entre ellas, sobre todo Atenas.

Aunque la época en que transcurre la vida de Platón coincide con el declive de la civilización griega, hay que destacar, sin embargo, que inmediatamente anterior a Platón había sido la de mayor esplendor cultural de Atenas (“siglo de Pericles”). Atenas había adquirido la hegemonía cultural y política tras el triunfo griego en la guerra contra los persas (“Guerras Médicas”).

Los hechos más importantes de la época en que vivió Platón son las Guerras del Peloponeso, el gobierno de los Treinta Tiranos y la rápida renovación de la democracia.

Respecto a las Guerras del Peloponeso (431-404) son la lucha entre dos bloques: la Liga de Delos y la Liga del Peloponeso, entre dos formas de entender la sociedad; es la lucha entre la democracia, estando Atenas a la cabeza, y la aristocracia, teniendo a Esparta como representante, la lucha de una potencia terrestre contra una potencia marítima, resultando Esparta la vencedora con la aristocracia frente a la democracia. Pero como no estaba preparada para gobernar estas ciudades griegas, hizo replantearse la nueva orientación política de Atenas, queriendo gobernar sobre ésta de modo peculiar, aparentemente democrático.

Por ello es elegido un grupo reducido de ciudadanos, presionado por los vencedores espartanos, para formar un consejo, destinado a sustituir a la democracia tradicional. Se impuso el régimen de los Treinta Tiranos, siendo dos de ellos tíos de Platón, éste vio la posibilidad de sacar a la ciudad de la injusticia y gobernarla correctamente, quedando finalmente desilusionado.

Por otra parte, en el año 399 tuvo lugar la muerte de Sócrates, acusándole falsamente. Este hecho hizo que Platón abandonase su vocación política hasta que mejorasen las condiciones sociales.

Es el comienzo de su dedicación a la filosofía y del intento de hacer realidad un proyecto ideal de estado en Siracusa, viajando hasta ella tres veces, arriesgando su vida, pero quedando tras ello desilusionado. En la ciudad reinaban Dionisio I “el Viejo” y Dionisio “el Joven”.

Contexto filosófico

En cuanto al contexto filosófico, todas las filosofías con las que entró en contacto dejaron en Platón su huella. De manera particular debemos señalar las siguientes influencias.

En primer lugar, Platón intentará resolver el debate entre el ser de Parménides y el devenir de Heráclito creando dos mundos: el inteligible y el sensible.

De Sócrates, Platón comparte todas sus teorías. Aspira a obtener el conocimiento de la esencia de las cosas y a buscar el logos de las mismas. Igualmente, su inclinación por las cuestiones políticas y morales la recibe también de Sócrates.

La amistad de Platón con los pitagóricos le lleva a asimilar las doctrinas del origen celeste y de la preexistencia y transmigración de las almas; la idea del pecado, que hace caer de la situación de felicidad al alma para encerrarla en el cuerpo, y la importancia de las matemáticas.

Además, no conviene olvidar que el nous de Anaxágoras se encuentra del mismo modo presente en el sistema doctrinal de Platón.

Filosóficamente, a Platón le tocó vivir la lucha entre los sofistas y Sócrates en torno a la existencia o no de principios absolutos que, al ser universales, servirían como base para construir una sociedad justa. Los sofistas negaron la existencia de tales principios absolutos (para ellos, todo era relativo); Sócrates, en cambio, estaba convencido de su existencia.

Sócrates pensaba que, para establecer una sociedad absolutamente justa, había que superar el relativismo ético y político de los sofistas. Al contrario que los sofistas, estaba convencido de la existencia de conocimientos absolutos, accesibles sólo a través de la razón. Platón siguió los planteamientos de su maestro Sócrates, pero fue mucho más allá que él; pues, mientras Sócrates pensaba que el objeto de esos conocimientos absolutos eran esencias inmanentes a las cosas mismas, es decir, residentes en el ser mismo de las cosas; Platón, en cambio, pensará que el objeto de esos conocimientos absolutos son ideas en otro mundo distinto a este sensible.

Pero la principal nota característica de los sofistas era su visión crítica de la cultura, visión que pudo tener su origen en el relativismo, escepticismo y convencionalismo.

El platonismo ha sido también una gran influencia en el cristianismo, y como consecuencia en la cultura occidental, culpándola Nietzsche de todos los males. Y también para multitud de filósofos como Agustín de Hipona, Anselmo de Canterbury, Descartes, Kant.

2b.- Exposición de la temática.

Símil del sol

Este texto pertenece al libro VI de República, donde Sócrates discute con Glaucón acerca de qué es la justicia y cómo conseguir un estado justo.

El símil del sol es una explicación de la idea de bien. Sócrates le cuenta a Glaucón que la idea de bien es como el sol, por eso llama al sol “vástago del bien”: el sol es la causa del conocimiento, gracias a su luz se conocen las cosas a través del sentido de la vista; el sol es la causa de la existencia, gracias a su luz hay vida. Ahora, el bien es causa de conocimiento y gracias a su luz se conocen las ideas a través de la noesis; el bien es causa de la existencia.

Del mismo modo que el ojo no ve sin que esté la luz del sol, tampoco la razón puede conocer las ideas sin la mediación de la idea del bien. Esto lo explica Platón así: el sol cumple en el mundo sensible lo que la idea del bien en el mundo inteligible. Y dice que del mismo modo que el sol no solo ilumina, ya que también es el responsable de los procesos de crecimiento en el mundo sensible, de igual modo cumple estas funciones la idea del bien en el mundo inteligible.

Símil de la línea

Este texto pertenece al libro VI de República, donde se nos presenta el símil de la línea, correspondencia entre los ámbitos de la realidad y las clases de conocimiento.

Se nos pide, en primer lugar, que tomemos una línea y la dividamos en dos partes: la del género inteligible y género sensible. A continuación, se nos pide que dividamos nuevamente cada sección según la misma proporción. Por último, se nos pide que apliquemos a las cuatro secciones resultantes otras tantas afecciones del alma (que podemos identificar con los cuatro niveles o grados de conocimiento): noesis, dianoia, pistis y eikasía.

El símil de la línea ilustra claramente el dualismo de la filosofía platónica en lo que respecta a la concepción de la realidad y del conocimiento: Platón establece una clara correspondencia entre la estructura de la realidad y las formas de conocimiento pues, según él, el grado de conocimiento depende de la naturaleza de los objetos conocidos.

Se distinguen dos formas generales de conocimiento: la opinión (dóxa) y la ciencia (episteme). La opinión es el conocimiento sensible de las cosas del “mundo visible”, mundo temporal, espacial, cambiante y corruptible. La ciencia sólo puede versar acerca del “mundo inteligible” de las ideas, es decir, acerca del ser eterno e inmutable.

Mito de la caverna

Este texto pertenece al libro VII de República, donde nos explica el mito de la caverna que pretende explicar la diferencia entre la educación y la falta de educación.

El mito simboliza claramente los dos mundos platónicos: el mundo sensible (interior de la caverna) y el mundo inteligible (exterior de la caverna). Todos los objetos que se nos presentan en el mito, desde las sombras de la profundidad de la caverna hasta el sol del exterior, tienen un claro significado ontológico y epistemológico: las sombras de la pared simbolizan las imágenes de las cosas sensibles; los objetos que son paseados por encima del muro simbolizan las cosas del mundo sensible; la hoguera simboliza el sol; las imágenes reflejadas en el lago del exterior simbolizan las formas matemáticas; los animales, plantas, etc., simbolizan los seres ideales (ideas del mundo inteligible); y, por último, el sol simboliza la idea suprema de bien. Ya que todas las cosas de la naturaleza deben su ser a la energía del sol, el ser de todas las ideas (y de todas las cosas), y su contemplación, sólo es posible gracias a la idea de bien.

Platón describe en el mito de la caverna el camino que recorre el filósofo desde los conceptos vagos hasta las verdaderas ideas que se encuentran tras los fenómenos de la naturaleza. Los moradores que se quedan en la caverna simbolizan a la mayoría de los seres humanos, que están satisfechos con su vida entre las sombras. El personaje que se libera y rompe las cadenas (ignorancia) y luego regresa para liberar a sus compañeros simboliza al filósofo (seguramente Platón estaba pensando concretamente en Sócrates, a quien mataron sus conciudadanos, los “moradores de la caverna”, porque hurgaba en sus ideas habituales, queriendo enseñarles el camino hacia la verdadera sabiduría). De ese modo, el mito de la caverna se convierte en una imagen del valor y de la responsabilidad pedagógica del filósofo.

2c.- Justificación desde la posición filosófica del autor.

Ontología

Empezaremos con la ontología, la teoría de las ideas, claramente dualista al dividir la realidad en dos mundos: el sensible de las cosas, mudable, cambiante (devenir de Heráclito), aparente, percibido por los sentidos, imperfecto, múltiple; y el inteligible, el real, de las ideas (una, única, eterna, inmutable, inalterable y solo conocidas por la inteligencia), el ser de Parménides. Y respecto a la relación entre ambos mundos, fue descrita por Platón a través de la participación (las cosas participan de las ideas) y a través de la imitación (las cosas imitan a las ideas).

Pero también hay que destacar que la región inteligible aparece jerarquizada, pues Platón otorga primacía absoluta a la idea del bien (que junto con la idea de justicia y belleza conforman las ideas supremas) por encima de todas las demás ideas y, por tanto, como causa última de la verdad y del ser de las cosas del mundo sensible.

Epistemología

A continuación, abordaremos la epistemología. Gracias a la teoría de las ideas, Platón ha podido encontrar un objeto estable y permanente para la ciencia. Pero la teoría de las ideas plantea un grave problema: ¿cómo nos es posible conocer las ideas, si pertenecen a otro mundo distinto del nuestro (el mundo inteligible)? Platón resolverá este problema a través de dos doctrinas distintas: la reminiscencia y la dialéctica.

Reminiscencia

La idea no está “contenida” en las cosas sensibles que participan de ella o la imitan; la idea es una realidad “separada”. El alma humana (su parte racional e inmortal) ha vivido en ese mundo y ha contemplado las ideas, pero al entrar en el mundo sensible y unirse a un cuerpo, las olvida. El conocimiento sensible, por tanto, no carece de valor, sino que sirve de ocasión para el recuerdo. En definitiva, el conocimiento de las ideas es recuerdo de lo que ya hay en el alma, conocer no es sino recordar: el alma que ha caído a la tierra ha olvidado todo y ha perdido sus alas; pero viendo la hermosura de este mundo, y acordándose de la verdad, toma alas, y una vez alada, desea emprender el vuelo.

Dualismo antropológico

Haciendo mención al alma y al cuerpo, podemos introducir el concepto de dualismo antropológico. Para Platón, el ser humano es una especie de unidad formada de cuerpo y alma. Se trata de una unión accidental (no tiene que ser así, pero es así) y antinatural.

Cuerpo

Atendiendo al cuerpo, de naturaleza material, por tanto es un mal que impide al alma buscar la verdad, por tanto es un mal, su cárcel. Es una pesada carga de la que el alma tiene que purificarse, para poder acceder a la contemplación de las ideas y la fuerza a tener posesiones materiales.

Alma

Respecto al alma, es de naturaleza espiritual, completamente superior al cuerpo, es nuestro yo, la esencia del ser humano, inmortal y toma todos los conocimientos, todas las ideas de esta primera existencia. El alma racional ha sido creada directamente por el Demiurgo tomando como modelo las ideas.

Dialéctica

La dialéctica. Posteriormente, Platón intenta mostrar cuál es el proceso concreto de recuperación de ese saber perdido u olvidado y cuáles son las formas de conocimiento que se corresponden con los distintos objetos de conocimiento. Así, Platón clasificará el conocimiento en función de los diferentes órdenes de realidad, esto es, los diferentes grados del conocimiento (eikasia, pistis, noesis y dianoia) están en relación directa con los diferentes grados del ser (imágenes, cosas, entidades matemáticas e ideas). Todo ello representado en el símil de la línea o en el mito de la caverna.

  • Como decíamos, la primera afección del alma es la eikasía. Corresponde a las imágenes, sombras y reflejos de las cosas sensibles. Por tanto, es un conocimiento engañoso, no fiable, y el grado más ínfimo del conocimiento.
  • La segunda sección es pístis. Corresponde a los objetos materiales, sensibles: animales, plantas, cosas artificiales fabricadas… Un conocimiento de creencias que no puede llegar nunca a categoría de ciencia. Conocimiento sensible que conseguimos mediante los sentidos.
  • La dianoia es la tercera afección del alma. Corresponde a objetos inteligibles. Le corresponde el pensamiento discursivo, propio de las matemáticas. Recurren a lo sensible para elevarse a lo inteligible, es un método discursivo descendente. Aquí ya estamos en el mundo de lo inteligible, ya es un grado mayor de conocimiento, ya es ciencia.
  • La última sección es nóesis al que corresponde la inteligencia y la ciencia que es la dialéctica, la cual conduce a la idea de bien. Al grado supremo de ser (ideas) corresponde el grado supremo de conocimiento (dialéctica).

Ética y política

Pasemos a explicar la ética y política platónica. La teoría política platónica gira en torno a dos principios:

  • Correlación estructural entre el alma y el estado. Según Platón, el estado posee la misma estructura tripartita que el alma humana individual. Se pone de manifiesto el concepto de división tripartita del alma:
    • Alma racional, de naturaleza divina e inmortal. Sólo aquellos en los que predomine esta alma serán los filósofos. Estos gobernantes prudentes garantizarán el acierto en sus decisiones.
    • Alma irascible, fuente de pasiones nobles (valor, ira, esperanza, ambición), e inseparable del cuerpo y, por tanto, mortal. Los dominados por este tipo de fuerza constituirían a los guardianes, los que tendrían el valor.
    • Alma concupiscible, fuente de pasiones “innobles” y encargada de las funciones fisiológicas primarias. Aquellos en cuyas almas domina la fuerza concupiscible dedicarían su vida a la producción de los recursos, los productores. A ellos les corresponderían la virtud de la moderación.
  • Por último, la educación sería el proceso que permitiría distinguir el papel que cada individuo ha de desarrollar en el conjunto de la ciudad. Dependiendo del nivel al que llegue cada individuo podrá determinarse cuál es el tipo de virtud que mejor puede desarrollar para contribuir así a la armonía de la comunidad. Platón organiza la educación en dos niveles: el primario, común a todos, y el secundario.

3.- Relación del tema elegido con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad.

Vamos a comparar a Platón con Nietzsche. En primer lugar, Nietzsche realiza una crítica a la cultura occidental: filosofía, religión y moral. Respecto a la crítica de la filosofía, hay que decir que Sócrates fue el iniciador de la decadencia del nihilismo al afirmar que la razón era igual a la virtud y a la felicidad, algo extravagante y contrario a la vida según Nietzsche. Más tarde, Platón, con la interpretación moral del ser, rechazando la oposición entre los mundos verdadero y aparente, minusvalorando el mundo real (el devenir, lo cambiante). Por ellos, la metafísica se convierte en un invento para escapar de la caducidad, el tiempo, el cambio y se produce una inversión de la ontología, por lo que ahora será real lo que se consideraba apariencia y lo verdadero anteriormente será apariencia. No hay que olvidar que aunque la verdad esté enmascarada por el lenguaje, la razón es necesaria para vivir. Además, la cultura occidental ha enfermado por el nihilismo y la muerte de Dios, negando la vida.

Sigamos con la crítica a la religión, siendo el ateísmo presupuesto básico y con la “muerte de Dios” se descubre que esos valores son creaciones humanas y el cristianismo será el enemigo mortal del “superhombre”.

A continuación, la crítica de la moral por la que pretende situarse “más allá del bien y del mal” analizando las raíces de las que brotan los valores morales a través de la genealogía. Recordemos que para Nietzsche el ser humano es un animal de sentido, da sentido a la vida.

Se distinguen dos tipos de moral (lo apolíneo y lo dionisíaco). En primer lugar, la moral de señores, caballeresca, creadora porque es activa, propia del superhombre que ama “la muerte de Dios” y la moral de esclavos que nace del miedo y de la venganza, pasiva y en la que destaca la paz interior, la resignación, la humildad, el control de las pasiones, el resentimiento, la mala conciencia y el ideal ascético.

Nietzsche recurría a la primera transvaloración por la que triunfaban los instintos más débiles sobre los más fuertes (la moral de esclavos frente a la moral de señores).

Muerte de Dios y nihilismo

Pasemos a analizar la “muerte de Dios” y el nihilismo. Nietzsche rechaza la divinidad que niega la vida. El Dios cristiano se sitúa en el plano no humano, es el único origen, fundamento de la moralidad. Al hombre sólo le queda la obediencia y el sometimiento si quiere la vida eterna. Por lo tanto, la desobediencia y el pecado constituirían el sentimiento de culpa. Por lo que si Dios es obstáculo a la libertad humana, “matemos a Dios”, siendo esto tarea del superhombre. Tras la muerte de Dios, tiene lugar el nihilismo, pérdida de validez de los valores de Occidente, distinguiendo dos tipos.

  • En primer lugar, el nihilismo pasivo con “el último hombre”, y llega a la conclusión de que no merece la pena vivir y se refugia en narcóticos y esta actitud se corresponde con la primera metamorfosis del espíritu humano, la transformación en camello, un animal de carga que obedece (imposiciones de la religión y la moral negadoras de la vida).
  • En segundo lugar, el nihilismo activo, que corresponde a la segunda metamorfosis ejemplificada mediante el león, “el hombre que quiere perecer”, caracterizado por la fiereza, que se rebela contra su amo, por lo que conquista su libertad negando los viejos valores.

Superhombre

A continuación, la tercera metamorfosis llevada a cabo por el superhombre, caracterizado éste por la ansia de vivir, representante del grado superior de la voluntad de poder preocupándose de la vida corporal, salud, rompe con la jerarquía de valores tradicional cristiana y vive el eterno retorno, es decir, querer el futuro es volver a querer el pasado, por lo que todo ya ha existido. Esta metamorfosis la ejemplifica en la metáfora del niño, creador de sus propios valores y es inocente y destructor del sentido de culpa, con voluntad libre y arbitraria.

La superación del nihilismo se llevará a cabo mediante la segunda transvaloración, el triunfo de la moral de señores llevada a cabo por el superhombre y ahora lo que se considera negativo será positivo, por lo que nosotros sólo podemos aspirar al “hombre que quiere parecer”.

También podemos destacar que en el aforismo 14 de su obra “Genealogía de la moral” realiza una parodia del “mito de la caverna”, concibiéndolo como un taller oscuro subterráneo donde se fabrican ideales entre los que destacan que la debilidad se convierte en mérito, la impotencia en bondad, la bajeza en humildad y la miseria en bienaventuranza. Y por último, otra obra maestra “Concepto de juicio final”, donde Dios premiará o castigará a los hombres por sus obras en la tierra.

Valoración personal de su actualidad

En cuanto a la valoración personal de su actualidad, hay numerosos asuntos que tienen que ver con este tema. Voy a explicar la presencia de las “cadenas” en nuestra sociedad actual en relación al mito de la caverna presente en el libro VII de República.

Por ejemplo, los honores, regalos, premios, que se le atribuyen a los políticos y famosos. Esto simbolizaría la caverna. Todo ello lleva a la corrupción política, la cual no ocurriría en el sistema político de Platón, puesto que en su sociedad evitaba tener bienes y familia en las clases de arriba para evitar esta situación.

Los medios de comunicación actuales son uno de los grilletes, cadenas, que ocultan la auténtica realidad, ya que nos enseñan la mentira, haciéndonos creer que lo que estamos viendo es la verdad que está ocurriendo y no lo es. Como ejemplo, la televisión, que a pesar de creer que sólo nos informa, lo que hace es ocultarnos la verdad, transmitiendo su ideología.

Las modas y la publicidad son otro ejemplo, ya que nos modelan a su gusto a través de las campañas, prototipos… Por último, la admiración por la ecología, el reciclaje para mejorar el planeta, ya que lo estamos destruyendo. La culpa es del sistema económico, el capitalismo, por la cantidad de cosas que consumimos. Pero… si lo que queremos es reducir la cantidad de cosas que compramos para que no afecte al planeta, se generan otros problemas mayores como es el paro, entre otros.