Platón: Vida, Obra y Pensamiento
TEMA 3: PLATÓN
Platón, cuyo nombre significa “Espaldas anchas´´, es uno de los autores más importantes de la filosofía occidental. Nació en el 428-427 a.C. y murió en el 342 a.C. Proveniente de una familia aristócrata, fue educado para la política. Sin embargo, su encuentro con Sócrates, de quien se hizo discípulo, marcó un punto de inflexión en su vida. Tras la condena a muerte de Sócrates, Platón concluyó que la política era corrupta y decidió dedicarse a la filosofía. Fundó la Academia, donde desarrolló y enseñó sus doctrinas filosóficas. En el pórtico de la Academia se podía leer la inscripción: “No entre aquí el que no sepa matemáticas´´. A diferencia de otros filósofos de su época, se conservan todos los textos de Platón. Estos se dividen en dos tipos: exotéricos (usados en la Academia y no conservados) y esotéricos (escritos por él mismo y conservados). Al final de su vida, escribió cartas autobiográficas, y en la séptima afirmó: “Acerca de las cosas verdaderamente importantes nunca he escrito y nunca escribiré´´. Platón creía que la escritura era perjudicial por dos razones principales: 1) Pensaba que debilitaría la memoria de los hombres y 2) Consideraba que los libros eran indefensos.
Platón, convencido de que la filosofía debía ser escrita, optó por el diálogo como forma de expresión. Sus obras suelen llevar el nombre de un personaje principal y un subtítulo que indica el tema. Se conservan 46 libros, divididos en tres épocas:
Diálogos de Juventud
Escritos tras la muerte de Sócrates, estos diálogos reflejan la fuerte influencia de su maestro, hasta el punto de que a veces resulta difícil distinguir entre el pensamiento de Sócrates y el de Platón. Una característica principal es que los problemas planteados no suelen tener solución. Entre las obras más destacadas se encuentran: El Fredo, El Critón y El Precedón.
Diálogos de Madurez
En estos diálogos, la figura de Sócrates sigue siendo importante, pero se evidencia que las ideas expuestas son propias de Platón, ya que los temas tratados no eran de interés para Sócrates. Destaca especialmente La República.
Diálogos Críticos
En esta etapa, la figura de Sócrates pierde relevancia, hasta desaparecer en el último libro (Las Leyes). La característica principal es que Platón somete a crítica sus propias teorías.
Diálogos de Vejez
El objetivo último de Platón es la política, que siempre está presente en su pensamiento. Afirmaba que solo cuando los gobernantes fueran filósofos, los estados estarían bien gobernados. Aunque se retiró de la vida política activa, intentó llevar a la práctica sus teorías. Además de la política, su punto de partida filosófico fue Parménides, con quien coincidía en varios aspectos.
Teoría de la Realidad
Para Platón, el conocimiento está intrínsecamente ligado a la realidad. Para entender el conocimiento, primero debemos comprender qué existe. Platón distingue dos mundos: el mundo sensible, que percibimos a través de los sentidos, es material, imperfecto y, por lo tanto, no puede ser objeto de conocimiento verdadero; y el mundo inteligible, que es el mundo del pensamiento, inmaterial, inmutable y perfecto, donde reside el auténtico conocimiento. El mundo sensible es una imitación imperfecta del mundo inteligible, una copia que aspira a alcanzar la perfección de este último.
Teoría del Conocimiento
El conocimiento del mundo sensible se denomina doxa (opinión), mientras que el conocimiento del mundo inteligible se llama epísteme (conocimiento verdadero). Dentro de estos dos tipos de conocimiento, Platón distingue grados. En el mundo sensible, el grado inferior es la eikasia (sombras), y un grado más real es la pistis (objetos reales). La eikasia es una imitación de la pistis. En el mundo inteligible, encontramos la dianoia (conocimiento matemático), que no es un conocimiento absoluto, sino un entrenamiento para alcanzar la noesis (conocimiento de las ideas). La dianoia es una imitación de la noesis.
Mito de la Caverna
Platón ilustra su teoría del conocimiento con el famoso Mito de la Caverna. Imagina a unos prisioneros encadenados en una cueva, que solo pueden ver las sombras proyectadas en la pared. Estos prisioneros creen que las sombras son la realidad. Platón afirma que todos nosotros somos como esos prisioneros. La tarea de la filosofía es liberar a los prisioneros y llevarlos a la auténtica realidad. Si uno de los prisioneros fuera liberado y obligado a mirar hacia la luz, al principio se sentiría confundido y desorientado, pero poco a poco se acostumbraría a la luz y podría ver los objetos reales. Finalmente, podría mirar al sol, que representa la idea del bien, la causa de todo lo bueno y bello en el mundo.
Dialéctica: Para Platón, conocer es ver, pero existen dos tipos de visión: la visión de los ojos, que nos permite conocer el mundo sensible (imperfecta), y la visión del alma, que nos permite conocer el mundo inteligible (auténtica). El pensamiento conoce las ideas a través de un proceso llamado dialéctica.
Reminiscencia: Si queremos conocer las ideas, debemos saber identificarlas. Platón explica que el alma es inmortal y, antes de encarnarse en un cuerpo, contempla las ideas en el mundo inteligible. Al encarnarse, el alma olvida este conocimiento, y conocer consiste en recordar lo que ya sabíamos. El método para recordar las ideas es la dialéctica, que consta de dos fases:
- Fase descendente: Consiste en eliminar de aquello que queremos conocer todas las características que no le corresponden.
- Fase ascendente: Se centra en las características que sí le corresponden, buscando características cada vez más generales hasta llegar a una idea que abarque a todas las particulares.
Eros (amor) es el deseo de lo que no se tiene. Para Platón, existen tres tipos de personas: los sabios, los ignorantes y los filósofos. Para llegar a conocer las ideas, es necesario tener deseo.