1. Introducción a la Filosofía
1.2 ¿Qué hace que una pregunta sea filosófica?
No toda pregunta es de carácter filosófico. Los rasgos más destacados que caracterizan las preguntas filosóficas son estos:
- Son radicales. Cuestionan las cosas en su raíz, sin quedarse en meras apariencias.
- Cuestionan lo evidente, con una actitud de desconfianza ante lo obvio. También cuestionan y someten a crítica las opiniones dominantes en cada momento.
- Buscan razones. Las respuestas a una pregunta filosófica han de ser razonables, es decir, han de basarse en razones y, por lo tanto, ser susceptibles de ser discutidas y criticadas en proceso de argumentación racional.
- Son universales. No se restringen a campos o aspectos concretos de la realidad, como las preguntas de las ciencias.
- Son abiertas. Una pregunta filosófica nunca puede contestarse de un modo definitivo. No hay límite en el cuestionamiento filosófico.
- Buscan respuestas que se han de dar en procesos de diálogo, el cual es necesario para pensar mejor y problematizar nuestra experiencia.
- Surgen de la necesidad que los seres humanos tenemos de dar sentido a nuestra experiencia. Pero el sentido ha de ser buscado y dado por cada uno de nosotros. No nos valen ni las preguntas ni las respuestas de los demás, si no las hacemos nuestras por medio de la reflexión personal.
1.3 ¿Qué preguntamos cuando preguntamos por el sentido?
La palabra “sentido” está tomada del ámbito del lenguaje. Se relaciona estrechamente con “significado” y, con frecuencia, se utilizan indistintamente. Distintos usos del término “sentido”:
- Comprensión, significado: en este caso al preguntar sobre el sentido, estamos buscando las causas o razones que nos hagan comprensible un hecho.
- Conexión: supone a preguntar por su relación con las demás cosas que lo rodean. La búsqueda del sentido en nuestra vida nos lleva con frecuencia a construir un relato capaz de “relacionar”, de conectar, los distintos aspectos y elementos de nuestra experiencia.
- Finalidad, dirección: cuando decimos algo, lo hacemos por una razón, con una finalidad. La palabra “sentido” también indica dirección. Lo que hacemos carece de sentido si no sabemos para qué lo hacemos.
- Valor: hay palabras que pierden su valor si son repetidas abusivamente o usadas de manera engañosa, o si han cambiado las circunstancias que habían hecho que el significado de esa palabra fuera reconocido como valioso.
2. Metafísica: ¿Qué es la realidad?
2.2. ¿Y si lo que hay no fuera más que materia?
Los primeros filósofos observaron las cosas que los rodeaban y se preguntaron si existía algún tipo de principio del cual proceden todas ellas y al cual vuelven, por debajo de la pluralidad de las cosas ¿existe una naturaleza común a todas ellas? Es importante la pregunta, porque, si conocemos en qué consiste la naturaleza de las cosas, podemos, entonces, entender su funcionamiento y predecir los fenómenos futuros.
Tales pensó que ese principio último constitutivo de la realidad era el agua; Anaxímenes, que era el aire; Heráclito, el fuego; Empédocles, los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego; Demócrito, unas pequeñas partículas indivisibles, los átomos.
Todos ellos consideraron que el sustrato último de la realidad tenía que ser material. Además, ese principio no podía haber surgido en un momento determinado en el tiempo ni desaparecer. También consideraron que los fenómenos naturales están regidos por unas regularidades, unas leyes, una racionalidad (logos), y que no suceden por la voluntad caprichosa de seres ajenos a la propia naturaleza.
El materialismo defiende que la materia constituye la única realidad y que a partir de ella y, debido a las leyes naturales, se explica todo lo demás: la vida, el comportamiento inteligente, las ideas, etc. Siguiendo el planteamiento de Marx y de Engels, el materialismo dialéctico considera que la materia es el sustrato de toda la realidad, tanto física como abstracta (actos de conciencia, pensamientos…). Pero se trata de una materia en la que, a diferencia de una máquina, todos los elementos están interrelacionados entre sí y en continuo desarrollo y evolución, una materia que es fruto de las oposiciones que se dan entre esos elementos (relaciones dialécticas).
2.3. ¿Y si lo que hay no fuera más que ideas o espíritus?
Platón piensa que las cosas que vemos con los sentidos están sometidas al cambio y a la multiplicidad; por tanto, no constituyen el verdadero mundo: ninguna acción que los seres humanos hacemos puede considerarse absolutamente buena, por ejemplo. La auténtica realidad debe ser inmutable, eterna, inmaterial y universal.
Platón dirá que la auténtica realidad no la constituye el mundo que percibimos por los sentidos, sino un mundo ideal, el mundo de las ideas. Las ideas constituyen la esencia (lo que son) de las cosas sensibles, las cuales son lo que son en la medida que participan de las ideas. Y el origen que hay en el mundo sensible proviene de una especie de dios ordenador (demiurgo) que lo ordena teniendo como modelo las ideas.
Las teorías idealistas, a diferencia de las materialistas, explican la realidad a partir de las ideas, atribuyendo a estas una primacía en el orden del ser o en el orden de conocer con respecto a los seres materiales. Hegel representa el idealismo absoluto. Según él, la verdadera realidad es la idea, el espíritu, el pensamiento creador de la razón.
3. Ontología: ¿Qué es el ser?
3.2. ¿Hay distintos modos de ser?
Aristóteles introduce estas distinciones:
- Sustancia/Accidentes. El “ser” se dice de muchas maneras, pero el ser propiamente dicho se dice sustancia, es decir, del individuo particular y concreto. Solo la sustancia puede ser el sujeto del que se predican propiedades: así Sócrates pudo decir que es bueno. De la bondad, sin embargo, no puedo decir que exista independientemente, pues siempre aparece como un atributo de algo o de alguien, siempre “reside” en una sustancia, es un accidente. La sustancia existe en sí, mientras que los accidentes son en una sustancia.
- Materia/Forma. Aristóteles niega que la idea de ser humano tenga una existencia separada de los individuos. Piensa que las sustancias materiales están compuestas de materia y forma. Si preguntamos ¿Qué es Sócrates? La respuesta es que es un ser humano. Pues bien, “ser humano” es la forma. Pero las formas no existen fuera de las sustancias.
- Potencia/Acto. Aristóteles distingue entre el ser y el no ser en potencia y el ser y el no ser en acto. Así la semilla de un tomate es semilla en acto y un tomate en potencia. La semilla no es tomate pero puede llegar a serlo. Esta distinción le permite explicar el cambio o movimiento como paso de la potencia al acto.
Aristóteles distingue dos tipos de cambios:
- Cambio accidental: cuando cambian los accidentes y permanece la sustancia, como el paso de joven a viejo.
- Cambio sustancial: cuando una sustancia deja de ser la que es y se convierte en otra cosa: si se quema el libro se convierte en ceniza, cambia la forma.
4. El problema mente-cuerpo
4.1. Los dualismos de Descartes.
Descartes entiende como sustancia aquella realidad que existe por sí misma y con independencia de cualquier otra cosa.
Descartes también admite la existencia de dos tipos de sustancias finitas (no necesita de nada más que de Dios para existir): la extensa y la pensante.
- La existencia de nuestro cuerpo, o la de los cuerpos que hay en el mundo exterior, no es una verdad evidente, pues podemos estar soñando o siendo engañados por un genio maligno. ¿Cómo sé yo que la vida no es un sueño? Hay algo de lo que no puedo dudar, de que estoy dudando, de que estoy pensando, y si pienso, entonces existo. Una sustancia cuya esencia consiste en pensar: sustancia pensante.
- La existencia de Dios garantiza que mis ideas y percepciones corresponden a un mundo exterior formado por objetos materiales: la sustancia extensa, es decir, la realidad cuya esencia consiste en la extensión. Para Descartes, el ser humano es un compuesto de cuerpo (sustancia extensa) y alma (sustancia pensante). El cuerpo al ser materia es concebido como una máquina, y su funcionamiento se rige por las leyes de la física mecanicista. El alma explica la existencia de las facultades mentales, la conciencia, la creatividad y la libertad, de las que carecen el resto de animales.
Resumiendo, Descartes admite dos tipos de sustancias: la sustancia infinita y la sustancia finita, que a su vez puede ser sustancia pensante y sustancia extensa. El problema de la relación que se da en el ser humano entre el cuerpo y el alma se plantea en la actualidad en las ciencias cognitivas como el problema de la relación entre mente y cerebro.