Racionalismo
El racionalismo es una corriente de la Edad Moderna. Los autores más importantes son Descartes, Leibniz y Spinoza. El racionalismo surge en Europa, pero tiene una especial representación en Francia, Alemania y Holanda. El racionalismo tiene como centro del conocimiento humano a la razón humana. Esta razón está cargada de ideas innatas, es decir, ideas que el entendimiento humano tiende a desarrollar de un modo natural. Para los racionalistas, el tema del conocimiento es fundamental, de ahí que el objeto de su filosofía sea analizar el origen. La verdad del conocimiento humano de la realidad no es un proceso directo.
Empirismo
El empirismo es una corriente de la Edad Moderna. Los principales filósofos del empirismo son Locke, Berkeley y Hume. Para los empiristas, el conocimiento humano tiene su origen en la experiencia, de manera que van a rechazar las ideas innatas y consideran como origen del conocimiento esencial los datos aportados por los sentidos.
Dogmatismo
El dogmatismo es el nombre que recibe la tesis filosófica según la cual podemos alcanzar la verdad con total certeza a través de los sentidos. El término dogma significa “principio fundamental”. De ahí que dogmatismo designe las tesis que considera verdaderos aquellos principios que se captan con total claridad, es decir, la verdad se entiende como algo objetivo que el ser humano tiene que ir descubriendo. La actitud dogmática se caracteriza porque el sujeto tiene una seguridad en sus ideas y a veces se muestra impermeable a la crítica. Por actitud dogmática también se puede entender aceptar sin suficiente justificación racional. Uno de los peligros de esta actitud es la radicalización, y entonces se da una actitud autoritaria respecto de otras ideas. A veces este dogmatismo lleva al fanatismo. El fanático es el individuo que discrimina a personas de etnias y culturas diferentes, generalmente porque cree que su colectivo es superior al resto.
Escepticismo
La palabra escepticismo significa “observar atentamente”. En este sentido, designa la tesis filosófica según la cual debemos analizar minuciosamente una idea antes de aceptarla o rechazarla. Esta sería la visión moderada del escepticismo, es decir, se trata de una actitud de la persona que delibera mucho porque cree que es difícil llegar a la certeza. Sin embargo, existe una versión radical del escepticismo, según la cual la verdad es imposible de alcanzar, así solo habría algunas afirmaciones indudables como la de la propia existencia. La actitud escéptica tiende a creer menos de lo que está justificado. Es un exceso de cautela y, en la vida, mantener esta amplitud implica retrasar decisiones, dudar mucho, puede acabar en una actitud pasiva. El escepticismo radical tiene una objeción: se contradice al afirmar que no es posible alcanzar un conocimiento verdadero cuando hace pasar esta afirmación por verdadera.
Actitud Crítica-Racional
La actitud crítica-racional es una actitud que está representada por Kant. Esta actitud recoge aspectos de las actitudes del dogmatismo y del escepticismo. Así, la actitud crítica-racional consiste en analizar nuestras creencias y justificarlas racionalmente. Frente al dogmatismo, esta actitud cree que el conocimiento verdadero tiene más límites y, frente al escepticismo, piensa que muchas ideas están justificadas racionalmente.
Teorías de la Verdad
Verdad como Correspondencia
Es mantenida en la Edad Antigua y Medieval. Según esta teoría, la verdad sería una adecuación entre el juicio enunciado y la correspondencia de la realidad con este juicio. El problema de esta concepción sobre la verdad es que presupone que existe una realidad extralingüística que es absolutamente independiente del sujeto que la describe, pero los hechos son los que se dice en un juicio que son. En consecuencia, no podemos hablar de los hechos sin utilizar enunciados. De otro modo, cualquier referencia a la realidad se efectúa por el lenguaje.
Verdad como Coherencia
Es propia de los sistemas lógicos y matemáticos. Un enunciado es verdadero si lógicamente es compatible con el sistema de enunciados al que pertenece. Así, por ejemplo, si decimos que la Tierra es inmóvil, es un enunciado verdadero en el sistema geocéntrico, pero falso en el heliocéntrico. En este sentido, esta teoría nos dice que un enunciado es verdadero o no al sistema de enunciados al que pertenece. Esta teoría no sirve para decidir si ese conjunto de enunciados es verdadero desde el punto de vista de la experiencia.
Verdad como Evidencia
Significa que por verdadero entendemos algo que es tan claro que no se puede negar, y que, si se niega, se cae en una contradicción. Ahora bien, en la Edad Moderna, con el racionalismo y Descartes, van a entender la verdad como evidencia en el sentido de que es evidente aquello que le parece indudable al sujeto. Así, por ejemplo, Descartes llegó a una primera verdad evidente, “Cogito ergo sum“. Esta concepción lleva al subjetivismo filosófico, según el cual la verdad no consiste en la ordenación de la idea con la realidad, sino que la verdad es una característica de la idea.
Verdad como Utilidad
Esta teoría fue defendida en la Edad Contemporánea por Peirce. Según esta teoría, el ser humano, más que por su pensamiento teórico, se caracteriza por su capacidad de acción. De ahí que cualquier teoría ha de estar encaminada a un fin. En este contexto, será verdadero aquella teoría que resulte eficaz en la práctica. Así, por ejemplo, el enunciado “la reencarnación existe” será verdadero o falso según las personas consideren de utilidad o no esa creencia.
Verdad como Consenso
Esta teoría está defendida en la Edad Contemporánea por un grupo de filósofos, la Escuela de Frankfurt. Defiende la teoría crítica. Los autores más representativos de esta teoría son Horkheimer, Adorno y Habermas. La teoría crítica es una reflexión sobre el neocapitalismo desde unas claves neomarxistas. Uno de sus autores más importantes fue Habermas y su teoría consensual de la verdad. Según esta, la verdad ha de ser el resultado de un pacto. Según Habermas, este pacto ha de darse en unas condiciones de diálogo ideales. La más importante es la disposición al diálogo de los sujetos que participan. Los problemas de esta teoría son dos: que estas condiciones de diálogo son difíciles de realizar y que un acuerdo sea mayoritario no significa que sea verdadero.