Racionalismo en el Siglo XVII: Contexto Cultural, Filosófico y Científico

Contexto Cultural del Siglo XVII

El contexto cultural del siglo XVII estuvo marcado por una serie de crisis y cambios significativos:

  1. Crisis demográfica y social: A pesar de las esperanzas del Renacimiento, el siglo XVII enfrentó crisis en diversos aspectos. La economía seguía siendo principalmente agrícola, con hambrunas frecuentes y una alta mortalidad infantil. Las revueltas sociales y la guerra civil eran comunes, y la sociedad estamental estaba profundamente dividida.
  2. Declive religioso y surgimiento de la ciencia: Aunque la fe religiosa seguía presente, la certeza intelectual disminuyó y el clero perdió poder. La ciencia emergente desafiaba las creencias tradicionales, provocando una reevaluación de la fe y la autoridad. Las universidades declinaron y la vida intelectual se trasladó a los salones y academias.
  3. Barroco y pesimismo: El arte y la cultura reflejaban un sentimiento general de pesimismo. La visión barroca era pesimista, caracterizada por la fugacidad e inestabilidad. La confrontación entre católicos y protestantes exacerbó esta sensación.
  4. Imprenta y lenguas nacionales: La invención de la imprenta democratizó el acceso a la cultura, alejándose de los círculos eclesiásticos. Se publicaron más libros en lenguas vernáculas, desplazando al latín como lengua culta exclusiva.
  5. Cambios filosóficos: Movimientos como el humanismo promovieron un enfoque antropocéntrico, rompiendo con la visión teocéntrica medieval. El método cartesiano, basado en el conocimiento del yo, refleja este cambio de paradigma.
  6. Revolución científica: La revolución científica, liderada por figuras como Kepler, Copérnico y Galileo, desafió las concepciones tradicionales del mundo. Los avances matemáticos impulsaron el racionalismo, convirtiéndose en un modelo de conocimiento.

Contexto Filosófico: El Auge del Racionalismo

El siglo XVII fue un período de profundos cambios filosóficos que marcaron el rumbo del pensamiento occidental. En este contexto, emerge el Racionalismo como una corriente filosófica prominente, liderada por figuras destacadas como René Descartes, Gottfried Wilhelm Leibniz y Baruch Spinoza.

El Racionalismo, en contraposición al Empirismo inglés representado por filósofos como John Locke y David Hume, puso énfasis en la importancia de la razón como fuente primaria de conocimiento y moralidad.

El racionalismo se caracterizaba por su confianza en la razón como un tribunal supremo que determinaba la verdad y la conducta adecuada. Esta corriente defendía la autonomía de la razón, lo que significaba que el ejercicio del pensamiento no estaba sujeto a restricciones externas y podía decidir por sí mismo qué era verdadero y qué no lo era. Este enfoque contrastaba con el Empirismo, que sostiene que el conocimiento se deriva exclusivamente de la experiencia sensorial y la observación empírica.

Características del Racionalismo

  • Innatismo: Aceptación de la idea de que poseemos ciertas ideas innatas desde el nacimiento, sirviendo como punto de partida para la adquisición de conocimiento.
  • Importancia del método matemático: Inspiración en el método matemático para obtener certezas y verdades indudables a partir de principios fundamentales.
  • Influencia de la Revolución Científica: Los avances científicos y matemáticos impulsaron una nueva concepción del mundo basada en la observación sistemática y la experimentación.
  • Crítica a la filosofía escolástica medieval: Rechazo del método escolástico y defensa de un enfoque basado en la razón humana y la evidencia empírica.
  • Duda metódica: Cuestionamiento de todas las creencias establecidas hasta encontrar una verdad indudable, reflejando el compromiso con la búsqueda de un conocimiento sólido y fundamentado.

Contexto Científico: Avances y Transformaciones

El contexto científico del siglo XVII fue testigo de importantes avances que transformaron radicalmente la comprensión del universo y sentaron las bases de la ciencia moderna.

Figuras Clave de la Revolución Científica

  • Nicolás Copérnico: Su obra”Sobre las resoluciones de los orbes celeste” retomó la idea de las matemáticas como armonía del universo y cuestionó la visión geocéntrica, abriendo paso al heliocentrismo.
  • Johannes Kepler: Postuló las primeras leyes del movimiento celeste, describiendo las órbitas elípticas de los planetas y su relación con el Sol, proporcionando un marco matemático para comprender el movimiento planetario.
  • Galileo Galilei: Contribuyó a la matematización del movimiento, la caída libre y la trayectoria de los proyectiles. Su defensa de la ley de inercia y el lenguaje matemático de la naturaleza sentaron bases para la física moderna.

El Método Científico de Galileo

Galileo propuso el método resolutivo-compositivo, un enfoque experimental para comprender la naturaleza. Este método se basaba en la abstracción de cualidades no matematizables y la búsqueda de la esencia expresable matemáticamente.

Relación entre Fe y Razón

La relación entre fe y razón plantea dos fuentes de conocimiento distintas: la razón, que utiliza la luz natural, y la fe, basada en una luz sobrenatural. Aunque tienen objetos diferentes, colaboran en la búsqueda de la verdad. La razón puede apoyar a la fe al clarificar la revelación, mientras que la fe puede confirmar las verdades descubiertas por la razón.

Vías Atomistas de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino enunció cinco vías o argumentos para demostrar la existencia de Dios:

  1. Causalidad: Todo tiene una causa, por lo tanto debe existir una causa primera e incausada.
  2. Movimiento: Todo movimiento tiene un primer motor inmóvil.
  3. Gradación de perfección: La gradación en la perfección de los seres implica la existencia de un ser infinitamente perfecto.
  4. Contingencia: La posibilidad de la no existencia del universo sugiere un ser necesario del cual depende todo lo contingente.
  5. Orden del mundo: El orden del mundo implica una inteligencia ordenadora.

Para Tomás de Aquino, Dios es increado, absolutamente perfecto, único, pleno e infinito. La inteligencia humana puede conocer a Dios a través de un proceso reflexivo que implica la negación de las imperfecciones del mundo y la apreciación de la bondad, belleza y positividad presentes en él.