Racionalismo y Empirismo: Dos Visiones del Ser Humano

Racionalismo y Empirismo

El Racionalismo y el Empirismo son dos corrientes de pensamiento herederas del Renacimiento y del nacimiento de la ciencia moderna. Para el Racionalismo, la clave de todo conocimiento (incluido el ser humano) se encontraba en el correcto uso de la razón. Para los Empiristas, en cambio, lo fundamental era no traspasar los límites de la experiencia sensible.

Para Descartes, padre del Racionalismo moderno, el ser humano no es una sustancia única, sino un compuesto de dos sustancias radicalmente distintas:

  • El cuerpo: una máquina sometida a leyes mecánicas que determinan todas sus acciones.
  • El alma: pensamiento que se despliega de forma autónoma e independiente.

Esta distinción permitió a Descartes explicar la existencia de la libertad humana al tiempo que mantenía el carácter determinista del mundo material exigido por la nueva ciencia. La realidad, pues, queda dividida en dos ámbitos diferenciados: el material y el espiritual. Pero… ¿Cómo se comunican? ¿Cuál es la conexión del cuerpo con el alma? Descartes no encontró una respuesta a estas preguntas.

Para los Empiristas (Hobbes, Locke y Hume) la pregunta teórica por el ser humano fue sustituida por intentar resolver el problema práctico de determinar los límites y posibilidades de nuestro conocimiento de la realidad y de nuestra acción moral y política.

  • Thomas Hobbes planteó que el ser humano, en su estado de naturaleza previo a la organización social, es un ser egoísta y violento, y existe una lucha de todos contra todos (“el hombre es un lobo para el hombre”). De este modo, el ser humano busca en la sociedad la paz y seguridad para poder desarrollarse.
  • Locke se interesó principalmente en el problema de la libertad humana, pero con un enfoque distinto al de Descartes. En términos morales, el ser humano es libre y puede decidir entre cumplir sus deseos o contenerlos, tras examinar las consecuencias negativas al respecto. En términos políticos, Locke defiende la necesidad de que el individuo no renuncie a la libertad que le corresponde por naturaleza, con la excepción del caso en que tenga que defender sus derechos, en la que entrega esa parcela a la sociedad. Es decir, para evitar enfrentamientos violentos individuales, es la sociedad la que debe defender los derechos y resolver los conflictos de sus ciudadanos.
  • Hume, por su parte, llegó a la conclusión de que en el ser humano tienen mayor importancia los elementos irracionales que los racionales. Con respecto al ámbito del conocimiento, Hume sostuvo que los fundamentos últimos del conocimiento humano se basan en la creencia de que la naturaleza se comporta de manera uniforme. Según este filósofo, esta creencia carece de base racional y se fundamenta en la costumbre. Con respecto al ámbito de la acción (ámbito práctico, moral), los juicios morales surgen del agrado o desagrado que nos produce algún hecho y son los que orientan la acción. Ergo, el fundamento de las valoraciones morales no reside en la razón ni en los hechos, sino en las emociones.

La Ilustración

La época moderna alcanza su culminación con la Ilustración. Al igual que en el humanismo, los ilustrados no pretendían solo conocer la esencia humana, sino también mejorar su autoestima, su autonomía y su nivel cultural para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos. El pensamiento ilustrado presenta las siguientes características:

  • Confianza en la razón humana: los males que aquejan a la humanidad tienen su origen en un insuficiente uso de la razón.
  • Existencia de derechos humanos universales: todos los seres humanos poseen por naturaleza unos derechos básicos que nos hacen a todos iguales.
  • Importancia de la educación: resulta necesaria una gran labor pedagógica que permita a los seres humanos utilizar la razón sin temor. Un ejemplo de ello es la elaboración de la 1ª enciclopedia.
  • Idea de progreso: la humanidad, gracias a los avances científicos, puede y debe progresar como especie.

Dos Autores del Periodo Clásico

Sócrates

Para Sócrates, a diferencia de los filósofos de la naturaleza, el único universo que merece atención es el humano. En lugar de proponer modelos humanos, este pensador nos anima a seguir la inscripción del templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo”. Al conocernos a nosotros mismos, descubrimos lo humano que hay en nuestro interior y así podemos conocer al ser humano en general. El método para esta investigación acerca de lo humano es el diálogo filosófico o mayéutica (en griego, “dar a luz”), y consiste en ayudar, por medio de preguntas, a alumbrar un saber auténtico. La verdad está en nuestro interior y la manera de buscarla es el diálogo, con uno mismo y con los demás. Sócrates no llega a ninguna conclusión acerca del ser humano, pero nos señala el camino para lograrlo por nosotros mismos.

Aristóteles

Para Aristóteles, las características principales de la esencia humana son la racionalidad y la sociabilidad. Por la primera, el ser humano tiende al conocimiento de la realidad y a la búsqueda de la verdad. Por la segunda, el hombre necesita convivir con otros de su misma especie en una comunidad estructurada y organizada. No es posible ser plenamente humano si no se vive en sociedad.

Aristóteles aceptó en principio la distinción entre una parte material (el cuerpo) y otra inmaterial (el alma) en el ser humano, pero rechazó la idea de que existan por separado. El alma es lo que da forma a la materia de la que está hecho el cuerpo, que es informe e inerte. Esta concepción del alma implica su mortalidad; si el alma es lo que da vida al cuerpo, la muerte del ser humano implica la muerte de su alma.

Peculiaridades de la Antropología Filosófica

La antropología filosófica es una disciplina singular porque su objeto de conocimiento es el ser humano en su integridad, sin seleccionar o priorizar ningún aspecto en especial. En ella, se produce una identidad entre sujeto y objeto de conocimiento que no se encuentra en ningún otro caso.

  • Las ciencias tienen éxito porque limitan su campo de acción: parten de unos datos que consideran últimos. La física, por ejemplo, estudia las propiedades de la materia, pero no se pregunta por qué existe. La antropología filosófica, en cambio, parte del cuestionamiento de su objeto de estudio: el ser humano.
  • El objetivo de las ciencias naturales es explicar los fenómenos de los que se ocupan, dar cuenta de la ley universal por la que se rigen. Newton explica el movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Sin embargo, el mundo de lo humano no puede ser explicado tan «fácilmente» porque el hombre es libre e inteligente. La libertad hace que las acciones humanas no estén sometidas a leyes deterministas. La capacidad de predicción de las ciencias naturales no es trasladable al ámbito humano. La inteligencia nos permite interpretar la realidad y dotar a nuestras acciones de un sentido, un para qué del que adolecen los fenómenos naturales. La antropología filosófica busca comprender lo humano, interpretando el sentido desde la perspectiva del observador, lo que inevitablemente implica subjetividad. No se busca objetividad, sino conexión entre distintas subjetividades.

Reflexiones sobre el Ser Humano y la Concepción Mítica del Ser Humano

La concepción del ser humano vigente desde la Ilustración descansaba en dos pilares: su esencia racional y la idea de progreso. Nietzsche y Freud se encargaron de socavar el primero de esos pilares al asegurar que lo irracional era más importante que lo racional. El segundo pilar se derrumbó de forma dramática a principios del siglo XX, cuando una serie de hechos históricos puso de manifiesto que el ser humano es incapaz de asegurar el progreso del mundo que él mismo ha creado.

  • El desarrollo tecnológico se convirtió en una trampa, ya que las máquinas que se inventaron para servir al hombre acabaron poniendo al hombre a su servicio.
  • El desarrollo económico, que permitió el incremento de la producción para abastecer a toda la población de los bienes de consumo necesarios, desembocó en una gran crisis que generó pobreza y exclusión social.
  • El desarrollo político y las alianzas internacionales provocaron dos grandes guerras mundiales de consecuencias devastadoras.

Ante una crisis de identidad sin precedentes, surgieron tres corrientes filosóficas principales: existencialismo, estructuralismo y personalismo, cada una enfocada en aspectos distintos que se convertirían en temas centrales de la antropología filosófica.

En la mitología griega, previa a la filosofía, se muestra un interés por entender al ser humano, aunque no mediante reflexiones, sino ofreciendo modelos ejemplares. Homero, en la Ilíada y la Odisea, retrata al ser humano como héroe, como Ulises, Hércules, Perseo o Aquiles, capaz de enfrentar riesgos y liderar. Este modelo busca el éxito en sus empresas, con el mérito y el reconocimiento como valores supremos.

Mayéutica

La mayéutica (en griego, “dar a luz”) consiste en ayudar, por medio de preguntas, a alumbrar un saber auténtico. La verdad está en el interior y se encuentra mediante el diálogo.

Historicismo y Positivismo

  • El historicismo defiende la necesidad de desarrollar un método diferente del que se utiliza en las ciencias de la naturaleza. El ser humano es un objeto de estudio especial y, si no atendemos a su peculiaridad, no lograremos una verdadera comprensión de su esencia singular.
  • El positivismo, partidario del monismo metodológico, sostiene que el método científico debe ser siempre el mismo, con independencia del objeto de estudio; es decir, que si nos salimos de la senda trazada por Galileo y Newton, abandonamos las posibilidades de alcanzar un conocimiento fiable y seguro sobre cualquier tema.

Marxismo

  • Concepto de progreso: mejora las condiciones de vida en el seno de la sociedad.
  • Protagonista de la transformación: lucha de clases.
  • Objetivo: una sociedad sin clases donde no exista la propiedad privada.

Humanismo

Características del Humanismo:

  • Antropocentrismo: el ser humano constituye el centro de interés de la reflexión filosófica.
  • Confianza en las capacidades humanas: se reivindica el valor y la dignidad humana como ser capaz de diseñar y ordenar su propia existencia de forma independiente (individualismo).
  • Renovación del pensamiento recuperando a los autores clásicos.
  • La verdadera comprensión del ser humano se realiza a través del conocimiento de sus productos culturales: poesía, retórica, historia o filosofía.

Corrientes filosóficas: positivismo, vitalismo y marxismo. El marxismo busca mejorar las condiciones de vida en el seno de la sociedad y aboga por la lucha de clases para llegar a una sociedad sin clases donde no exista la propiedad privada.

El Ser Humano en la Modernidad

La filosofía comenzó interesándose por la naturaleza (presocráticos). Posteriormente, el centro de atención se desplazó hacia la sociedad y el ser humano pasó a ser un ciudadano (Sócrates, Platón y Aristóteles). Tras la conquista de Grecia, el ser humano fue ante todo individuo (helenismo), y en la Edad Media fue criatura divina.

Con el Renacimiento, se produjo un cambio radical en el enfoque y el ser humano pasó a ser el protagonista absoluto de la reflexión filosófica. Esta etapa supuso el final del sometimiento del hombre a una instancia superior, ya sea social o divina; la humillación cosmológica generó una reacción de orgullo en defensa de la dignidad humana.