El Problema de la Modernidad
El problema central de la modernidad era evitar el error en la búsqueda del conocimiento. Para ello, se buscaba un método de investigación riguroso, tal como lo hicieron Descartes y los científicos británicos que buscaban una ciencia universal. Sin embargo, las matemáticas no eran suficientes como método único, y se hacía necesario un nuevo enfoque que reconociera la importancia de la experiencia y la razón.
Descartes marcó el inicio de la modernidad al cuestionar la autoridad de los filósofos anteriores y rechazar la importancia histórica del conocimiento. Para él, el conocimiento debía ser necesario y universal, basado en principios innatos que no provienen de la experiencia sensible. Su método buscaba reflejar la estructura de la razón humana, argumentando que no hay conocimiento científico sin racionalidad. Las ideas innatas son la base del conocimiento, lo que se conoce como racionalismo innatista.
Racionalismo vs. Empirismo
Durante la Edad Media, la razón y la fe estaban estrechamente ligadas. La fe era el camino para alcanzar la verdad divina, y la filosofía estaba al servicio de la teología. Personajes como Ockham comenzaron a separar la razón de la fe, abriendo paso al empirismo.
En el siglo XVII, el racionalismo se consolida como una corriente filosófica representada por Descartes, Leibniz, Spinoza y Malebranche. El racionalismo se opone al empirismo, representado por Locke, Berkeley y Hume.
Racionalismo:
- Afirma que la razón es la fuente principal del conocimiento.
- Los principios de la ciencia son innatos.
- La experiencia tiene un valor limitado.
- Busca una justificación racional para todo.
Empirismo:
- Sostiene que el conocimiento proviene de la experiencia sensible.
- Los principios de la ciencia se aprenden a través de la experiencia.
El Método de Descartes
1. Método Cartesiano
Descartes buscaba un método que permitiera alcanzar la verdad de manera certera.
2. Ventajas del Método
El método cartesiano buscaba eliminar el error en la búsqueda del conocimiento y permitir el desarrollo de nuevos conocimientos.
3. Reglas del Método
- Certeza: “No aceptar nunca como verdadero algo que no se conozca con certeza”.
- Análisis: “Dividir cada problema en sus partes más simples”.
- Síntesis: “Ordenar los pensamientos desde lo más simple hasta lo más complejo”.
- Enumeración: “Realizar revisiones exhaustivas para no omitir nada”.
4. Análisis del Método
El método de Descartes, similar al de Galileo, se basa en la deducción y el análisis conceptual. A diferencia de Galileo, Descartes no prioriza la experimentación. Su método deductivo, inspirado en Euclides, consiste en deducir conclusiones a partir de principios simples y seguros (axiomas).
La primera regla busca garantizar la certeza del conocimiento a través de la intuición racional. Las ideas intuitivas deben ser claras y distintas. Descartes afirmaba que la intuición revela la verdad inmanente en el espíritu.
La segunda y tercera regla describen el proceso de análisis y síntesis. El análisis descompone el conocimiento en sus partes simples, mientras que la síntesis reconstruye el conocimiento a través de la deducción. La idea de conceptos simples es fundamental para Descartes.
El método analítico busca identificar las estructuras simples del conocimiento. Por ejemplo, Descartes analiza la idea de un cuerpo y lo descompone en extensión, figura y movimiento, que son características que podemos analizar por separado.
Descartes identifica dos “estructuras simples” fundamentales: el pensamiento y la extensión.
Finalmente, la síntesis garantiza la certeza del conocimiento a través de la revisión exhaustiva del proceso de análisis y deducción.
La Duda Metódica
El método cartesiano busca encontrar proposiciones claras e indubitables. Para ello, Descartes utiliza la duda metódica, una duda radical que cuestiona todo conocimiento. Esta duda no es escéptica, sino que busca encontrar la verdad a través del cuestionamiento.
En el “Discurso del Método”, Descartes somete a duda el conocimiento sensible, mientras que en las “Meditaciones Metafísicas” lleva la duda hasta sus últimas consecuencias.
Descartes concluye que la duda metódica no puede negar la experiencia del pensamiento ni las verdades matemáticas. Sin embargo, la duda puede cuestionar la validez del conocimiento empírico, que se basa en los sentidos.
El nihilismo representa el punto extremo de la duda: “No existe nada, ni mundo, ni cuerpo, ni siquiera yo mismo”.
Descartes encuentra el límite de la duda en el pensamiento mismo. Dudar implica pensar, y por lo tanto, existir.
Cogito Ergo Sum
1. Pienso, luego existo
El Cogito Ergo Sum (Pienso, luego existo) es la primera verdad indubitable que Descartes encuentra. Es una verdad conceptual que no puede ser negada, incluso si fuéramos engañados por un genio maligno.
El Cogito es el punto de partida de la filosofía cartesiana. Es una verdad intuitiva que no se basa en la deducción. Descartes se define como una sustancia pensante que no necesita de un cuerpo para existir. Aunque cuerpo y alma son distintos, el conocimiento del alma es más cierto que el del cuerpo.
2. Análisis del Cogito
El Cogito de Descartes tiene influencias de San Agustín, quien en “La Ciudad de Dios” afirmaba: “Si me engaño, existo”.
El Cogito tiene dos elementos: la existencia y el pensamiento.
2.1. Pensamiento: Para Descartes, el pensamiento no es una acción pura, sino un conjunto de actividades: “¿Qué soy, pues? Una cosa que piensa. ¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, imagina y siente”.
2.2. Existencia: Descartes parte de su propia experiencia interna. A través del pensamiento, se afirma la existencia del yo: si pienso, existo.
Características del Cogito:
- No es un silogismo: no se basa en una deducción lógica.
- Es una idea clara y distinta: se presenta como una verdad evidente para la razón.
- Es una verdad indubitable: no puede ser negada.
Dios como Garantía de la Certeza
El Cogito es un criterio de certeza, pero no es suficiente para demostrar la existencia del mundo material ni para garantizar la validez del conocimiento. Descartes necesita demostrar la existencia de un Dios que no nos engañe.
Si Dios no existiera, sería posible que nuestras percepciones fueran falsas y que el mundo exterior no fuera como lo percibimos. La filosofía de Descartes caería en el solipsismo: solo existiría yo y mis pensamientos.
Para demostrar la existencia de Dios, Descartes necesita definirlo como un ser perfecto e infinito.
Pruebas de la Existencia de Dios
Descartes ofrece tres pruebas de la existencia de Dios:
- La idea de perfección: Siendo imperfectos y capaces de dudar, la idea de un ser perfecto debe provenir de un ser perfecto. Se añaden dos argumentos: a) la nada no puede crear algo y b) lo perfecto no puede provenir de lo imperfecto.
- Complemento de la primera prueba: La idea de perfección no puede provenir de un ser imperfecto.
- Argumento ontológico de San Anselmo: Dios es la idea de un ser perfecto. Si la idea de un ser perfecto existe, entonces ese ser debe existir. Por lo tanto, Dios existe.
La Sustancia Extensa y el Mundo Material
1. Prueba de la Existencia del Mundo Exterior
Descartes argumenta que un Dios perfecto no nos engañaría, por lo tanto, el mundo exterior debe existir.
2. La Extensión
La extensión es la característica fundamental de la sustancia material. Descartes, siguiendo la distinción de Galileo, diferencia entre cualidades primarias y secundarias. Las primarias son objetivas (extensión, figura, movimiento), mientras que las secundarias son subjetivas (color, olor, sabor). El mundo exterior solo posee cualidades primarias.
La extensión define la naturaleza del mundo material.