René Descartes
1. Contexto Histórico
La vida de Descartes transcurrió, casi en su totalidad, durante el siglo XVII, un siglo marcado por guerras, pestes, crisis económicas y demográficas.
Contexto Político
Políticamente, el siglo XVII se caracterizó por el triunfo de las monarquías absolutas, con los reinos de España y Francia como modelos. Los reyes controlaban la economía, la política y, en algunos casos, la vida intelectual y religiosa del país. Esta etapa política, conocida como Antiguo Régimen, finalizó con la Revolución Francesa. El conflicto más importante de la época fue la Guerra de los Treinta Años, originada por la rivalidad entre católicos y protestantes.
Contexto Social
Socialmente, la nobleza comenzó a perder protagonismo frente a la burguesía comercial.
Contexto Económico
Económicamente, se experimentó un desarrollo del comercio. Sin embargo, las guerras, la peste y las malas cosechas provocaron una gran crisis económica, donde el hambre causó numerosas muertes.
Contexto Cultural
Culturalmente, fue un siglo de gran esplendor, conocido como el Siglo de Oro. Surgió el Barroco, un estilo que se caracterizó por el predominio del movimiento y la abundancia de detalles, manifestándose en la arquitectura, la literatura, la pintura y la música. También fue el siglo en que culminó la revolución científica, abandonando definitivamente la concepción geocéntrica del mundo y perfeccionando el método experimental.
Contexto Filosófico
El siglo XVII vio el nacimiento de dos grandes corrientes filosóficas: el racionalismo y el empirismo. La polémica entre ambos se centra en el origen del conocimiento:
- Racionalismo: Considera la razón como la fuente principal del auténtico conocimiento humano (existencia de ideas innatas).
- Empirismo: Defiende que la única fuente del conocimiento humano son los sentidos (no existen ideas innatas).
Tanto racionalistas como empiristas comparten algunos presupuestos de la filosofía de Descartes:
- El giro subjetivista: Ambos centran su atención en las ideas que se forman en la mente del sujeto, no en los objetos, para fundamentar el conocimiento.
- La concepción de la verdad como certeza: Consideran que la verdad es una propiedad intrínseca de las ideas, que las hace aparecer como ciertas al entendimiento.
- La fascinación por las matemáticas: Se sienten atraídos por la evidencia de las verdades matemáticas y su carácter deductivo.
2. Teoría
Las Reglas del Método
El método es un procedimiento que la mente debe seguir para su correcto uso. La razón humana es naturalmente apta para conocer la verdad. El problema radica en el uso inadecuado de la razón, por lo que se debe seguir un método correcto para evitar errores. Descartes, en la segunda parte del Discurso del método, expuso las cuatro reglas que lo componen:
- Evidencia: Captación de verdades evidentes: claridad y distinción. Una idea es clara cuando es manifiesta para la mente atenta, y es distinta cuando se puede precisar con exactitud su contenido. Esta regla prohíbe la precipitación (prejuicios, pasiones, etc.) y exige eliminar cualquier duda sobre lo evidente.
- Análisis: Dividir lo complejo en sus partes más simples, hasta obtener los elementos fundamentales o, como dice Descartes, las naturalezas simples que solo pueden ser intuidas, no deducidas.
- Síntesis: Reconstruir lo complejo a partir de lo simple, siguiendo un orden específico.
- Repaso: Revisar lo hecho para asegurar que no se ha cometido ningún error.
Ante un problema, el investigador se encuentra con una complejidad. La solución suele ser la búsqueda de lo elemental en cada género de cosas, pero solo reconstruyendo lo complejo se puede demostrar el conocimiento.
La intuición es la captación inmediata, sin esfuerzo, de una verdad evidente, de una naturaleza simple, de ideas claras y distintas.
La deducción es la operación mental que permite derivar una verdad de otra.
El Criterio de Verdad y el Criterio de Certeza
El criterio de verdad es la norma que permite reconocer que una proposición es verdadera. Se puede estar seguro de que un conocimiento es verdadero cuando se percibe clara y distintamente, de modo que no se pueda dudar de su verdad.
La Duda Metódica
Es una consecuencia de la aplicación de la primera regla del método: la evidencia. Se trata de dudar de todo aquello de lo que se pueda dudar, con el objetivo de encontrar una verdad cierta, libre de cualquier sospecha. Aunque parezcan improbables, estas dudas buscan llegar a una verdad absoluta. Dudar de todo no implica cambiar las creencias generales, la religión, las leyes, ni las costumbres sociales. Aquellas creencias que, tras el examen racional, se mantengan consistentes, podrán permanecer. Para aplicar la duda metódica, Descartes la dividió en capas:
- Lo conocido por los sentidos: Si los sentidos pueden engañar, es prudente no confiar plenamente en ellos.
- Los razonamientos: La deducción, ya que es posible cometer errores lógicos.
- La imposibilidad de distinguir la realidad de los sueños.
Descartes planteó la «hipótesis del genio maligno», en la que se imagina que el ser humano ha sido creado por un ser poderoso pero malvado, que ha diseñado la mente humana para que se equivoque incluso en lo que parece más evidente.
El Cogito
Cuanto más insiste Descartes en dudar de todo, con mayor certeza se da cuenta de que está pensando y, por lo tanto, existe. Aunque todo fuera un sueño, sería su sueño; aunque el genio maligno lo engañara en todo, no podría engañarlo respecto a su propia existencia. No es una deducción racional, sino una evidencia racional: un sujeto que piensa.
Será verdadero todo aquello que se perciba con la misma evidencia que la propia existencia pensante. El criterio de verdad es, por lo tanto, la claridad y distinción que tiene el cogito. Ninguna cosa hay más segura que esta: “pienso, luego existo”.