Santo Tomás de Aquino: Un Puente entre Razón y Fe
La Razón y la Fe
El objetivo principal de la obra de Santo Tomás de Aquino es demostrar que las creencias cristianas no son contrarias a la razón. Parte de la premisa ontológica de que existen dos órdenes de realidad: el natural, que abarca todo el universo, y el sobrenatural, que comprende a Dios y su gracia. Asimismo, distingue dos órdenes de conocimiento:
- Natural: Conocimiento asociado a las facultades de la razón, que da lugar a la filosofía, con plena validez dentro del orden natural.
- Sobrenatural: Conocimiento que proviene de la revelación divina, cuyas verdades el creyente acepta por la fe, consciente de que exceden lo que la razón puede alcanzar. La teología es su ciencia propia.
Estos dos órdenes, aunque distintos, no se contradicen, sino que se perfeccionan y complementan mutuamente.
Antropología Tomista
Las dos fuentes antropológicas de Santo Tomás son la doctrina cristiana y la tradición griega, principalmente de Platón y Aristóteles. Sus principios fundamentales son:
- Unión sustancial de alma y cuerpo: El ser humano es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, que interactúan de forma inseparable. El cuerpo forma parte de la esencia humana y es indispensable para el ejercicio pleno de las operaciones racionales y sentimentales.
- Unicidad del alma: El alma es una sola y su función es ser la forma sustancial del cuerpo, es decir, el principio vital y determinante de todas las operaciones humanas. Es un principio de coherencia y unidad en el ser y el obrar humanos. Siendo única, tiene cinco potencias específicas con sus respectivas funciones: vegetativa, sensitiva, apetitiva, motriz e intelectiva.
- La función más específica del alma es la intelectiva, quedando las demás supeditadas a su dominio. El ser humano está dotado de voluntad, por la que tiende hacia el bien.
- Origen y subsistencia del alma: Aunque el alma está unida sustancialmente al cuerpo, no se origina del mismo modo. No se hereda ni se transmite, sino que es creada por Dios. Esto significa que es una sustancia que puede subsistir por sí misma, independientemente del cuerpo, después de la muerte. El alma se manifiesta como conciencia. Sus características son la simplicidad y la espiritualidad, ya que sus actos no son materiales. El alma es incorruptible, lo que justifica la inmortalidad.
El Conocimiento: Proceso de Abstracción
Santo Tomás sigue la teoría del conocimiento de Aristóteles, basada en el proceso de abstracción. Este proceso tiene su origen en el conocimiento sensible. Santo Tomás precisa con mayor detalle que Aristóteles el proceso de abstracción, mediante:
- Impresiones sensibles: Los sentidos nos ofrecen siempre objetos particulares, con características específicas vinculadas a una materialidad concreta. Los sentidos no universalizan.
- La imagen intelectual: A partir de la información de los sentidos, la imaginación forma una imagen interior o representación, que los escolásticos denominan phantasma. Esta imagen no es una idea, porque todavía está elaborada con la materia común que los sentidos retienen entre seres de la misma especie.
- La actividad del entendimiento: El entendimiento reconoce las imágenes formadas por la imaginación para abstraer de ellas la idea universal de los diversos objetos o cosas.
En el proceso de abstracción, se distinguen dos funciones del entendimiento:
- Agente: Prescinde de las cualidades sensibles de las imágenes.
- Paciente: Las ideas quedan impresas en el entendimiento de forma permanente. En el entendimiento queda la especie común o idea universal de las cosas.
Ontología: Los Principios del Ser
Los principios fundamentales de la ontología de Santo Tomás son:
- El ser como primer conocimiento: Tenemos conocimiento inmediato de que hay seres muy diferentes, naturales o proporcionalmente intelectuales, así como de las cualidades de las cosas.
- Diversos modos de darse el ente: Hay diversos modos de darse las entidades. Uno es el modo de ser de la sustancia, otro el de su estatura.
- La composición de los entes: Los entes que percibimos tienen una estructura que Aristóteles ya había analizado. Son compuestos de materia/forma, acto/potencia, sustancia/accidente. No hay ser que no sea compuesto y, por tanto, que no sea cambiante.
- La materia como principio de individuación: Las esencias se pueden multiplicar en infinidad de individuos mediante un principio que las individualice. Este principio es la materia signata quantitate, la materia con la cantidad concreta de cada uno de los entes individuales.
- Analogía entre el ser de Dios y el ser de las criaturas: Santo Tomás recurre a la analogía como concepto fundamental de su ontología teísta. A Dios le atribuimos el ser por analogía con el ser de las criaturas: estas son y Dios es, pero de modo análogo, no idéntico, porque entre ellas y Dios solo hay en común “que son”. Ambos participan del ser, pero en sentido análogo, porque el modo de ser divino es absolutamente diferente al modo de ser de las criaturas: esto es lo que expresa el concepto de trascendente.
Moral: Ética y Virtudes
Los principios fundamentales de la ética de Santo Tomás son:
- La libertad como atributo antropológico: Defiende la libertad humana, entendida como libre albedrío, como la capacidad del ser racional para determinar los actos humanos.
- La ley natural como reflejo antropológico de la ley eterna: La ley eterna es el designio de Dios sobre las criaturas. Ese designio, Dios lo imprime en cada una de ellas en forma de ley natural que las impulsa a realizar sus propios fines en el mundo. La ley natural es la presencia en la naturaleza de la ley eterna. La capacidad para distinguir el bien del mal es la conciencia moral.
- La función de los hábitos y de las virtudes: Siguiendo a Aristóteles, para el cumplimiento de la ley natural, los hábitos y las virtudes juegan un papel muy importante. En el ser humano hay hábitos naturales. Los hábitos fundamentales son las virtudes, adquiridas mediante la repetición de actos que disponen hacia el bien:
Clasificación de las Virtudes
- Virtudes intelectuales o dianoéticas: Inteligencia, ciencia, etc. La prudencia las sintetiza todas, porque consiste en el ejercicio de la recta razón que en cada momento dicta y hace lo más conveniente para vivir u obrar bien.
- Virtudes morales o prácticas: Guardan relación con el tipo de acción que se debe realizar. La templanza, la fortaleza y la justicia se aplican a todo cuanto tiene que ver con las acciones en que están implicados los demás.
- Virtudes teologales: La felicidad está en la posesión de Dios, para la que son necesarias las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.
Política: Sociedad y Bien Común
Las principales ideas políticas de Santo Tomás son:
- El origen natural de la sociedad: Los seres humanos son sociables por naturaleza. Por tanto, la sociedad es una aplicación de la propia ley natural, que impone hacer el bien y evitar el mal. Exige la socialización y, por tanto, la convivencia. Santo Tomás advierte las carencias naturales del ser humano, que no habría subsistido frente a otras especies animales de no haberse asociado.
- Los fines del Estado: El fin del Estado es el bien común. Si no se busca el bien común, no se legitima la sociedad ni la autoridad. Esto supone tres exigencias:
Exigencias del Bien Común
- Buscar la paz.
- Procurar el bienestar y la felicidad.
- Fomentar la vida virtuosa.