1. Teoría de las Ideas
1.1. El Mito de la Caverna
La cuestión del ser (¿qué tipos de realidad hay?) y del conocer (cómo el hombre llega a conocerlas) es expuesta por Platón en su teoría de las ideas. A partir del mito de la caverna podemos entender la división que Platón establece entre dos mundos:
- Un mundo de ideas, que es eterno e inmutable, es el mundo del ser (trasunto del ser de Parménides).
- Un mundo de cosas, cambiante y perecedero, es el mundo del devenir (la herencia heraclitiana).
El hombre se encuentra entre ambos mundos y dirige su “mirada” (su conocimiento) hacia un lado u otro. Si en Platón ser se entiende como idea, entonces conocer es “ver”, “mirar” el aspecto (eidos, esencia). Cuando mira a la idea se encuentra en la verdad, cuando mira a lo sensible se encuentra en la opinión (doxa). Mirar (conocer) las ideas es un conocimiento superior o inteligible (nous), mirar hacia las cosas es un conocer inferior o sensible (aísthesis).
1.2. El Mundo de las Ideas y el Mundo de las Cosas
Platón dice que el ser de la cosa es imitación (mímesis) o participación (methesis) de la idea. A su vez, las ideas son modelo (paradigma) de las cosas. Cada vez que una cosa sensible es grande es porque imita-participa de la esencia de grandeza, cada vez que algo sensible es bueno, justo o bello es porque imita-participa la idea de Bien, en ello “brilla” el Bien.
En el Timeo, Platón narra un mito, el mito del demiurgo, para explicar la relación entre ambos mundos:
- El mundo sensible, el mundo de las cosas, ha sido hecho por un artesano o hacedor (demiurgo). Este artesano es sabio, pues tiene a la vista el mundo de las ideas. Por eso tiene carácter divino: solo la divinidad es sabia, al hombre le cabe ser filósofo, aspirar a la sabiduría.
- Pero el demiurgo no es omnipotente, está sometido a las ideas, las cuales son algo distinto de él, y no es capaz de hacer un mundo como el de las ideas sino solo parecido, porque está limitado, no hace el mundo de la nada, sino a partir de algo limitado, negativo, finito, a partir de un “material”.
Así, son cuatro los principios que intervienen en la creación del mundo:
- El modelo: mundo de las ideas.
- El artesano: demiurgo.
- El material: la necesidad (finitud, limitación).
- El resultado: el mundo sensible.
En resumen, el mundo sensible es imitación del mundo de las ideas (modelo) hecho por un demiurgo a partir de un material.
1.3. La Idea de Bien
En el mundo de las ideas hay ideas fundamentales como las ideas de “semejante” y “desemejante”, las de “par” e “impar” y otras no tan fundamentales como la idea de “animal”, de “planta”,… Es decir, Platón establece una gradación en el propio mundo de las ideas. A la idea suprema, la idea de las ideas, Platón le da el nombre de idea del Bien. Bueno es aquello que cumple con su esencia, con su ser. Bien coincide con ser. Por ello, para Platón, “la idea de Bien” es lo mismo que decir “la idea de las ideas”. La idea de bien es la idea y el ser.
Platón compara (por ejemplo, en el mito de la caverna) la idea de Bien con el sol: el sol no solo proporciona luz para que todo lo demás pueda ser visto, sino que él mismo también, con esfuerzo, puede ser mirado. Igualmente, la idea de bien proporciona el aspecto y brillo a las demás ideas, y además ella misma también es idea. La idea de Bien no solo proporciona verdad y conocimiento, sino que ella misma también es preciso que sea conocida por el alma humana. Por ello, la idea de Bien no es una idea como otra cualquiera: el principio mismo de todas las demás ideas no puede estar sometido a ningún otro principio ulterior, la idea de la que todas las demás participan no puede ella misma participar de nada por encima. En La república (libro VI), Platón dice que “la idea de Bien está más allá de la esencia”.
2. La Teoría del Conocimiento
En Platón hay una correspondencia entre lo ontológico y lo epistemológico. Defiende la existencia de dos mundos: el sensible (constante cambio) y el que realmente existe, que es el de las ideas (inteligible, eterno). Eros en Grecia es el dios del amor y de la belleza. El deseo amoroso nos impulsa a crear y a dar vida como búsqueda de la inmortalidad, siendo pues un puente entre los dioses (inmortales) y los hombres (mortales).
Eros (amor-deseo) es el impulso del ser humano hacia el mundo inteligible. Comienza fijándose solo en las cosas sensibles y acaba dando prioridad a las ideas, siendo esto lo bello.
2.1. Los Grados del Conocimiento
En Platón el conocer es un “ver”: según sea la realidad “vista” (conocida) así será también el tipo de conocimiento obtenido. Para explicar los grados del conocimiento, Platón propone en la República el símil de la línea dividida.
Si dos son los mundos, dos son también los tipos de conocimiento: cuando el alma mira a las cosas (devenir) obtiene un conocimiento cambiante y mudable (doxa, opinión o conocimiento sensible), y cuando mira a las ideas consigue un conocimiento eterno e inmutable (inteligencia).
El conocimiento sensible o inferior se subdivide en dos niveles: conjetura -que es el conocimiento de las sombras e imágenes de las cosas- y creencia -conocimiento de las cosas del mundo sensible.
El conocimiento inteligible o superior (inteligencia) se compone, por su parte, de pensamiento discursivo y ciencia.
El pensamiento discursivo estudia los objetos matemáticos y se apoya en supuestos (hipótesis) sensibles, es decir, es un conocimiento de esencias matemáticas (idea de triángulo, idea de par, de impar,…) pero se sirve de la ayuda de los sentidos (imágenes y figuras).
La ciencia o dialéctica es el grado superior de conocimiento: es el conocimiento que llega a la idea de Bien -principio de todos los principios-. La dialéctica es el ascenso del alma hasta las ideas y regreso hasta lo sensible para juzgar en lo sensible a la luz de las ideas. La dialéctica ascendente procede por composición, mientras que la dialéctica descendente lo hace por división:
El conocimiento de las ideas es ascendente (composición) y descendente (división), pasar de unas ideas a otras, asumir su interdependencia. Cada idea es a partir de una superior y es por división de ella, cada idea participa de otra superior.
3. La Teoría del Hombre: Antropología
3.1. El Ser Humano: Alma y Cuerpo
Platón defiende un dualismo. El ser humano se encuentra entre esos dos mundos, el sensible y el inteligible. Para Platón, el alma se encuentra encerrada en un cuerpo sensible. Al ser el alma semejante a las ideas, es invisible, eterna e inmortal y capaz de conocer las ideas inteligibles, mientras que el cuerpo es material y mortal. Las ideas siempre ascienden ante las cosas sensibles.
El Mito de los Dos Caballos y el Auriga
El alma está formada por dos caballos alados y un auriga. En el alma del dios los dos caballos son buenos, pero en el hombre un caballo es noble y el otro salvaje (arisco). En la gran cabalgata de almas alrededor de la bóveda celeste encabezada por Zeus, las almas de los dioses salen fuera de la bóveda y contemplan el mundo de las ideas, mientras que las almas de los hombres -debido a su caballo díscolo- con gran trabajo logran seguir a las de los dioses y sacar la cabeza fuera y ver a duras penas. La que logra ver algo queda libre de sufrimientos hasta la próxima revolución. La que no ha logrado ver nada pierde las alas y cae a tierra, donde toma posesión de un cuerpo. Según haya visto alguna vez más o menos se encarnará en animal o en hombre, y, dentro de hombre, según la siguiente gradación: en un tirano, en un sofista, en un artesano o labrador, en un poeta, en un adivino, en un gimnasta, en un político o comerciante, en un gobernante o, por último, en un amante de la sabiduría y la belleza. Al final de una vida las almas son juzgadas y durante un milenio llevan una vida acorde con sus merecimientos (en el cielo o bajo tierra). Tras los mil años cada alma escogerá el tipo de vida que desee según su propio carácter y valor (también en el mito de Er en la República volverá a insistir en que el tipo de vida que lleva cada alma depende de su elección). Ninguna alma recupera las alas antes de diez mil años, excepto si durante tres generaciones sucesivas ha vivido como amantes de la sabiduría o de la belleza.
3.2. Las Partes del Alma y sus Virtudes
- La parte racional (cabeza), su virtud es la sabiduría.
- La parte irascible (pecho), su virtud propia es la valentía.
- La parte apetitiva (abdomen), la virtud de la templanza.
Cuando cada parte cumple la misión que le corresponde, entonces reina la armonía en el alma.
3.3. La Inmortalidad del Alma
La inmortalidad del alma, dado su origen divino (inteligible), es en Platón coherente con su doctrina de las ideas. Esta inmortalidad se entiende como que la muerte sucede a la vida y la vida ha de suceder a la muerte. El alma es eterna.
- Por la reminiscencia: para recordar es preciso haber conocido.
- Por la participación de la idea de Vida: una cosa no puede participar a la vez de dos ideas contrarias entre sí, por ejemplo de par e impar, de calor y frío. El alma participa de la idea de vida, luego participando de la idea de vida, el alma no puede morir.
En el Timeo, Platón reservará la inmortalidad solo a la parte racional del alma, e incluso el alma será inmortal no por su naturaleza sino por voluntad del Demiurgo que la creó.
4. La Ética: Educación del Alma
4.1. Virtud como Sabiduría: Conocer el Bien es Obrar Bien
El mito de la caverna es una alegoría sobre la educación: educación es esa liberación del prisionero y su ascenso hacia la luz, mientras que la falta de educación consiste en la ignorancia.
La decisión entre la verdad y las apariencias es la cuestión del hombre. Los objetos, como en el mito de la caverna, permanecen quietos mientras el hombre es quien va de un lado a otro. La educación es dirigir la mirada hacia la luz, salir de la ignorancia de la caverna y ascender hacia el mundo verdadero de fuera de la caverna.
Educar no es, como dicen los sofistas, introducir nuevos conocimientos sino cambiar la dirección de la mirada. Solo el sabio, quien conoce el bien, puede ser virtuoso y solo el virtuoso, quien dedica su vida al bien, alcanza sabiduría. En este sentido, Platón continúa la identificación socrática entre saber y virtud. Puesto que conocer el bien es conocer la idea del bien, solo quien lleva una vida dedicada al conocimiento puede alcanzar tal meta.
4.2. La Virtud como Purificación
Platón completa su concepción socrática de la virtud con las enseñanzas tomadas de los pitagóricos y los órficos: al ser el alma inmortal y al estar las ideas separadas del mundo sensible, la virtud no se realiza propiamente en nuestro mundo físico, sino como purificación. Si el cuerpo es una cárcel para el alma, la cual es inmortal, la virtud es un proceso de purificación que va progresivamente liberando al alma de todo lo sensible y material (deseos y pasiones), hasta que queda libre de nuevas reencarnaciones y puede alcanzar la contemplación plena de las ideas y especialmente de la idea del bien.
4.3. La Virtud como Justicia
Si el alma tiene tres partes, cada una de ellas tiene una virtud que le es propia:
- La templanza es la virtud propia de la parte apetitiva del alma.
- La valentía es la virtud propia de la parte irascible del alma.
- La sabiduría es la virtud propia de la parte racional del alma.
Cuando el alma vive en armonía y cada parte cumple con la virtud que le corresponde, es entonces cuando se da la justicia.
5. La Política
El gobernante, el político verdadero, es filósofo; solo quien ha visto la justicia en sí -el filósofo que conoce las ideas- podrá juzgar acerca de lo justo y lo injusto. Es el regreso de nuevo de aquel prisionero, regreso desde la luz hacia la caverna. Por eso el gobierno ha de estar reservado a los menos ansiosos por gobernar; ya que no hay vida mejor que la contemplación de las esencias, los filósofos solo aceptarán gobernar como una obligación justa que se pide a unos hombres justos. No habrá justicia en las ciudades hasta que los filósofos accedan al gobierno o que los gobernantes se hagan filósofos.
5.1. La Educación del Gobernante
Si los gobernantes han de educar a la ciudad, es preciso que ellos mismos también hayan de ser educados, que sean llevados a la sabiduría. Solo los más capaces alcanzarán lo más alto de las ideas y podrán gobernar.
La educación de los futuros gobernantes consistirá, por tanto, en un proceso de selección de “los mejores”, para que solo los que lleguen al final (a partir de los 50 años) puedan ser considerados filósofos y aptos para el gobierno de sí mismos y de la ciudad.
5.2. La Estructura de la Sociedad
La estructura de la ciudad que propone Platón se corresponde con la estructura del alma humana. A cada clase social le corresponde una función y una virtud, según predomine en cada hombre una u otra parte del alma:
La parte racional debe guiar a la parte irascible, y ambas dominar a la apetitiva. Lo mismo que el alma así lograda es virtuosa, así también la ciudad será justa. Por tanto, justicia es la virtud del conjunto de la sociedad: justicia es armonía, es el ajuste entre las partes, que cada uno haga lo que le es propio: que los gobernantes sean realmente sabios, los guardianes auxiliares o soldados, que sean valientes, y los productores, moderados.
El bien de cada uno está supeditado al bien de la sociedad; por ello, ni los gobernantes ni los soldados, que forman la clase superior de la sociedad, tendrán propiedades ni familia, para que estén libres de los peligros de la ambición personal o de casta. Y los productores, que incluyen los agricultores, artesanos y comerciantes, serán los encargados de producir las necesidades materiales de la sociedad.
5.3. Los Regímenes Políticos
Platón elaboró una teoría de la evolución política en que el devenir histórico del Estado conduce hacia la degradación, aunque con un sentido cíclico. De mejor a peor, se sucederían las siguientes formas de gobierno:
a. Monarquía o aristocracia: es el gobierno del mejor o de los mejores, es decir, de los más sabios.
b. Timocracia o timarquía: es el gobierno de los soldados. Sucede a la monarquía al dividirse las tierras hasta entonces comunes. Predomina la clase militar.
c. Oligarquía o gobierno de unos pocos, los más ricos, los oligarcas. Ahora la riqueza está en manos de una minoría, que domina por terror al pueblo.
d. Democracia: es el gobierno del pueblo. Cuando el pueblo elimina a los oligarcas y se hace con el poder, entonces la falsa libertad y la anarquía dominan la ciudad: el gobierno de todos es el gobierno de nadie, donde cada cual hace lo que se le antoja y elige a los menos preparados.
e. Tiranía: surge cuando el demagogo se erige en tirano, suprimiendo el desorden y las libertades. En la tiranía predominan las pasiones más viles y bajas, es la forma de injusticia máxima. La ciudad de Siracusa representa el modelo de tiranía.
Contexto Histórico y Biográfico de Platón
En el siglo V a. C., la sociedad griega alcanza su apogeo y la polis de Atenas, vencedora de las guerras médicas, representa el esplendor cultural y político de la democracia que ha dejado atrás a la vieja sociedad aristocrática y agrícola.
Platón nació en el año 427 a. C. en el seno de la más alta aristocracia. A los 18 años, tomará parte como soldado en la última parte de la guerra del Peloponeso. La enseñanza de Sócrates le hará orientarse hacia la filosofía. Tras la muerte de Sócrates en el año 399, decide refugiarse en Megara. Hacia el 390, visita las ciudades de Italia haciendo relación con Dion, cuñado del tirano Dionisio I, a quien intentará influir en el gobierno de la ciudad. En el 387, abre una academia donde se dedica 20 años a la enseñanza. Regresará a Siracusa tentado por la oportunidad de realizar un gobierno de filósofos hasta que el asesinato de Dion le haga renunciar a la política. Murió escribiendo en el año 347 a. C.
Obra: Casi toda ella en forma de diálogos. Se suele dividir en tres periodos:
- Diálogos socráticos (escritos entre la muerte de Sócrates y su primer viaje a Sicilia). Nos muestra que Sócrates ha conocido a Platón interrogando a los conciudadanos hasta hacerles caer en su ignorancia buscando definiciones acerca de la virtud, la amistad, la piedad…
- Diálogos doctrinales (escritos durante su etapa en la academia hasta su segundo viaje a Sicilia). Expone una doctrina a base de preguntas y respuestas, ilustrándola a menudo mediante mitos. En este periodo se presenta el pensamiento de Platón: la teoría de las ideas y su máximo libro, La República, acerca de cuestiones de la ciudad.
- Diálogos críticos (Platón somete a una dura revisión crítica a todo su pensamiento, tanto su doctrina política como la teoría de las ideas y la cosmología. Aparece el libro Leyes donde ofrece una nueva visión de la política en la república).
Pensamiento de Platón: La filosofía de Platón nace de la herencia dejada por la disputa entre el pensamiento de los sofistas y Sócrates. La sofistica renuncia a la búsqueda de la verdad y de la sabiduría defendiendo el relativismo y el escepticismo. Platón continúa la búsqueda de la verdad de su maestro Sócrates, pero en su investigación incluirá las matemáticas, naturaleza, cosmología, ética, política, etc. La búsqueda de la verdad de Platón añade algo permanente y estable.