Distribución de la población española y desequilibrios territoriales

3) DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES: La distribución geográfica de la natalidad, la mortalidad y el crecimiento natural da lugar a desequilibrios demográficos entre las distintas provincias y comunidades autónomas.

Distribución general: Cuatro comunidades (Andalucía, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana), que ocupan tan sólo el 15% del territorio, concentran el 60% de la población española. Por el contrario, cuatro comunidades (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura), que comprenden el 52% del territorio, sólo albergan el 15% de la población.

Densidad: Dejando aparte a Ceuta y Melilla, Madrid es la comunidad más densamente poblada y Castilla-La Mancha la que presenta una menor densidad. La media española es de 91,2, superando Madrid, Cataluña, Euskadi, Valencia, Baleares y Canarias, siendo inferiores las dos Castillas, Aragón, Extremadura, La Rioja y Navarra.

Desequilibrios en la natalidad: Las comunidades tradicionalmente natalistas del sur peninsular, Baleares y Canarias presentan las tasas más elevadas. Las comunidades menos natalistas son las del norte, a veces están desnatalizadas y envejecidas por el enorme éxodo del periodo anterior.

Desequilibrios en la mortalidad: Tienen tasas de mortalidad superiores a la media nacional Galicia y las comunidades del interior, zonas poco industrializadas, que han sufrido tradicionalmente una fuerte emigración y tienen hoy en día una población envejecida.

Desequilibrios en el crecimiento natural: Casi todas las comunidades españolas tienen hoy en día un crecimiento natural bajo, presentando mayor crecimiento las comunidades más natalistas del sur, Ceuta y Melilla y Canarias, mientras que presentan menor crecimiento las comunidades del norte, las agrarias del interior y las comunidades industriales.

Distribución de la población española

a) Principales áreas de concentración de la población española:

La España litoral presenta 7 zonas de fuerte poblamiento, con densidades superiores a la media nacional, separadas por áreas menos pobladas: La Coruña y las Rías gallegas, el litoral asturcántabro, el País Vasco costero, Barcelona y su área de influencia, la zona de huertas levantinas y su litoral, la Costa del Sol malagueña y el bajo Guadalquivir. En los espacios insulares de Baleares, las mayores concentraciones de población se dan en torno a la ciudad de Palma de Mallorca, mientras que en Canarias las densidades más elevadas se registran en las mitades septentrionales de las islas de Gran Canaria y Tenerife por su mayor índice de humedad. También hay que destacar las fuertes concentraciones en algunas regiones del interior, como la elevada densidad de Madrid, y las de algunas capitales de provincia, como Zaragoza, Valladolid y Sevilla.

b) Principales áreas de expulsión de la población española: Son áreas que pierden habitantes, provocando así un proceso de envejecimiento que dará lugar a que la población continúe disminuyendo. En ellas se registran densidades de población por debajo de la media nacional y, a veces, muy por debajo de la misma, como en algunas áreas de montaña, tales como Pirineos centrales, Sistema Ibérico, Cordillera Cantábrica, parte de la Península y del Sistema Central, y también Sierra Morena. Aparte de las regiones montañosas, hay que señalar: toda Castilla y León y Castilla-La Mancha, excepto algunas capitales provinciales; algunas zonas de Extremadura y Aragón; y otras del interior de Galicia y del alto Guadalquivir. Según el tamaño de los municipios, más de 9 millones de habitantes viven en núcleos de 100.000 a 500.000 habitantes, seguidos de los más de 7 millones que habitan en las localidades con población superior al medio millón.

La distribución de la población española a lo largo del territorio español presenta acusados contrastes entre interior-periferia y espacio urbano-rural, debido a razones económicas, históricas y naturales. El proceso de concentración de la población viene marcado por el despoblamiento del interior en beneficio de la periferia, y de las áreas rurales en favor de las industriales y turísticas, urbanas en la mayoría de los casos. Estas desigualdades espaciales se producen desde mediados del siglo XIX, y son más intensas desde 1950 hasta la actualidad, debido a las fuertes migraciones interiores que caracterizan al período del desarrollo económico.

1) FACTORES DE LA DISTRIBUCIÓN ESPAÑOLA.

Las causas que explican el mapa actual de distribución de la población son muy variadas y complejas. Las más importantes son: Factores físicos: El clima y la altitud condicionan el asentamiento de la población. La altitud, la irregularidad orográfica, el clima extremo de gran parte del interior de la península favorece la menor densidad de población de esta zona. Factores demográficos: Los movimientos migratorios, la dinámica natural y la estructura de la población son factores demográficos que están ayudando a consolidar la oposición interior-periferia. Estos factores demográficos están relacionados con los condicionamientos económicos y entre ellos mismos. Factores socioeconómicos: Los factores económicos tienen su expresión más evidente en las emigraciones.