Economía y Sociedad en España durante la Restauración
El sistema económico y social español en la Restauración era dual, ya que convivían unas pocas áreas industrializadas y un inmenso interior agrario.
Áreas de la Economía Española
- Áreas agrarias del interior: dedicadas a cultivos extensivos de productos de gran consumo.
- Áreas periféricas industriales: como Cataluña, País Vasco y zonas del Cantábrico.
- Áreas periféricas mediterráneas: consumían productos protegidos y caros del interior y vendían parte de sus productos (hortofrutícolas, aceite, vinos) al exterior, pudiendo importar materias primas y bienes de equipo necesarios para la producción industrial.
El poder lo tenía la oligarquía burguesa (siderúrgicos vascos, textiles catalanes y cerealistas castellanos).
Proteccionismo y Librecambismo
Había un gran conflicto entre el proteccionismo y el librecambismo. El proteccionismo se vio favorecido por altos aranceles aduaneros que encarecían las importaciones y posibilitaban así una reserva del mercado nacional.
Tras la revolución de 1868, el ministro Laureano Figuerola estableció un nuevo arancel (1869) que pretendía abrir la economía española al exterior, como forma de promover el desarrollo económico. Este arancel establecía una desprotección selectiva, manteniendo una fuerte protección para los productos agrarios y rebajando la de los productos industriales (importando bienes de equipo y materias primas). Sin embargo, no acabó por implantarse totalmente y, con motivo de la crisis mundial del comercio agrario, el gobierno de Cánovas lo suprimió y estableció un nuevo arancel proteccionista en 1891.
La Agricultura
Convivía una agricultura moderna, que satisfacía la demanda interior y exterior de cereales, aceites y vinos, dispuesta a arriesgarse con las innovaciones técnicas, con una agricultura tradicional al servicio de la primera, a la que prestaba mano de obra abundante y barata. Había una desequilibrada distribución de la propiedad: latifundismo en el hemisferio sur de la península y minifundismo en el hemisferio norte. Aumentó el número de propietarios, ya que nuevos compradores (burgueses y nobles) accedieron a las tierras.
Según la relación con la tierra nos encontramos: una reducida y muy poderosa oligarquía agraria; arrendatarios (dinero) y aparceros (productos); y jornaleros (anarquistas), que tenían las peores condiciones de vida.
La producción agraria crece de forma ininterrumpida desde 1830. Sin embargo, en el último cuarto del siglo XIX la agricultura sufrió una crisis internacional.
Desde principios del siglo XX la producción experimentó un importante crecimiento, gracias a la intensificación del uso del suelo y la especialización de la producción (ampliación de las superficies cultivadas, eliminación del barbecho y uso de nuevos cultivos).
La ganadería adquiere mayor importancia, explotada en régimen de estabulación y destinada a la producción de alimentos. Se introducen novedades técnicas que modernizan la ganadería y la agricultura.
Los problemas sin resolver condujeron en determinados momentos a reacciones violentas.
La Industrialización
Las causas del lento proceso de industrialización de España son:
- El bajo nivel de vida de la población española.
- La inexistencia de un mercado nacional integrado.
- La orientación de la inversión hacia empresas no industriales.
- La ausencia o insuficiencia de una política que fomentase la industria nacional.
Durante la Restauración las condiciones económicas son buenas para el crecimiento.
La Minería
El desarrollo minero y el avance industrial crecieron con rapidez gracias a la Ley de Minas de 1869, que despertó la expansión de las explotaciones de todo género de minerales. Compañías internacionales ya formadas aprovecharon, explotaron y exportaron minerales en bruto. El desarrollo de la minería andaluza aumentó por el capital extranjero (inglés). El mineral andaluz constituyó la mitad del total de las exportaciones españolas, pero esto no se tradujo en inversiones industriales. Caso diferente fue lo ocurrido en el País Vasco.
El carbón español era caro y de mala calidad. Debido a esto, los barcos que exportaban mineral de hierro vizcaíno volvían cargados con carbón del Reino Unido. De ahí que la única salida para los carbones asturianos estuviera en la protección arancelaria del Estado.
La Industria
La siderurgia se localiza en el País Vasco, productor de hierro, que se exportaba a Inglaterra a cambio de carbón, lo que supondrá una importante capitalización. Debido a la recesión de la demanda extranjera, se inicia el despegue del sector en Vizcaya. Fue gracias a la ley librecambista de Figuerola que se pudo permitir la exportación y, por ello, se produce un proceso de fusión empresarial que dará lugar en 1902 a la creación de los Altos Hornos de Vizcaya, la primera planta de tratamiento integral del hierro.
De la actividad minera salió el capital para la creación de compañías navieras, empresas auxiliares de metalurgia, cementeras y de instalaciones de infraestructuras para las explotaciones mineras. Los beneficios obtenidos se repartieron en un 45 % a las compañías extranjeras y un 55 % fue reinvertido en la financiación de la industria, dando lugar a una burguesía pujante que cuenta con la banca más próspera del país.
La industria textil, localizada en Cataluña (Barcelona), sufrió las consecuencias negativas de la pérdida de los mercados coloniales y de su estancamiento tecnológico, aunque fue muy favorecida por la política proteccionista del gobierno, ya que era poco competente respecto a Europa. Sin embargo, abastecía la mayor parte de la demanda nacional y tenía un alto nivel de industrialización a pesar de no contar con las dos materias primas fundamentales: algodón y carbón mineral.
Sus beneficios no se tradujeron a la banca, sino a la reinversión en otros tipos de sectores industriales como el eléctrico, que tendrá un crecimiento rápido y prosperó gracias al aprovechamiento hidráulico de la cuenca pirenaica. En un primer momento el capital fue alemán (AEG) y estadounidense (General Electric), aunque posteriormente será el capital vasco y catalán quienes promuevan dicha industria. En 1875 se creó la primera central en Barcelona y hacia 1900 eran ya más de ochocientas. También aparecen otras industrias como la de la construcción, las papeleras, la química, la alimenticia, la conservera y la automovilística.
El desarrollo de la industria eléctrica y automovilística llevó a que se crearan las empresas CAMPSA y CEPSA, que se encargaban del refinado y la distribución del petróleo, porque la producción industrial era más mecanizada y porque la vida cotidiana mejoró mucho gracias a la iluminación pública y el transporte urbano.
Las comunicaciones por carretera aumentaron cuantitativamente. Las nuevas carreteras reforzaron el sistema radial, con Madrid como centro principal y centros secundarios en las capitales provinciales. A partir de 1918, el transporte por carretera adquirió mayor importancia, debido a que los ferrocarriles entraron en una profunda crisis y tuvieron que ser subvencionados por el Estado, creándose así RENFE, titular del tráfico ferroviario que era necesario para un mercado unitario. Además, esto derivó en la compra de acciones a través de la Bolsa, acumulando beneficios en manos de los inversores y que en su mayoría se depositaron en cuentas de los bancos españoles más prestigiosos.
Desarrollo Financiero
El sector financiero sufrió importantes cambios a partir de 1900, ya que se crea un sistema bancario español de tipo mixto (Banco Español de Crédito en 1902, Banco de Vizcaya en 1901, Banco Hispanoamericano en 1900). Estos bancos acumularon importantes reservas. La Hacienda pública, tras la reforma de Mon en 1845, contaba con un sistema fiscal insuficiente, por tener un déficit crónico e invertir en deuda pública. Además, tenía un sistema tributario injusto y desequilibrado.
Demografía y Crecimiento Urbano
Al inicio de la Restauración, hay un estancamiento demográfico debido a una alta tasa de mortalidad y natalidad, siendo la esperanza de vida media baja (35 años).
Estas cifras tienen causas estructurales (atraso económico y social) y causas coyunturales (guerras, crisis de subsistencia y epidemias).
En la evolución demográfica destacan dos fenómenos derivados de la incapacidad del sistema económico de absorber el crecimiento demográfico:
- Emigración exterior a América Latina y al norte de África debido a la búsqueda de trabajo (indianos).
- Emigración interior del campo a la ciudad, y también desde el interior al litoral debido al desarrollo industrial.
Las grandes ciudades como Barcelona o Valencia crecen aceleradamente, excepto Madrid que lo hace de forma pausada. Este crecimiento trajo consigo problemas como la falta de viviendas, pues las viviendas construidas sólo podían ser adquiridas por las clases medias y altas. Así surgen los barrios próximos a las ciudades.