La Red Fluvial Insular
Baleares y Canarias carecen de auténticos ríos. En Baleares, en la isla de Mallorca, encontramos cursos intermitentes, los torrents, con unos rasgos similares a las ramblas levantinas, que sólo llevan agua en los periodos de precipitaciones (fundamentalmente equinocciales), estando durante gran parte del año sus cauces secos. En el resto de las islas, más llanas, la escorrentía superficial es mucho menor. En todas ellas la litología caliza favorece la circulación subterránea, por lo que existe numerosos acuíferos. En Canarias, la aridez de gran parte de las islas, junto al carácter permeable de la litología volcánica justifica la ausencia de cursos permanentes de agua. La mayor parte de los recursos hídricos procede de las aguas subterráneas.
Lagos y Humedales
En España están catalogados un total de 2.474 lagos. Este dato no implica una gran riqueza lacustre, puesto que son de escasa dimensión y, en muchos casos, de carácter estacional. Además, su vida suele ser corta, debido a que acaban colmatándose por los aportes de los ríos y de las tierras de los alrededores y a prácticas humanas (regadío, construcción de pozos…). Se pueden distinguir dos grandes tipos de lagos, endógenos y exógenos:
Lagos Endógenos
Están originados por fuerzas o fenómenos del interior de la Tierra, como los tectónicos, que se forman en terrenos hundidos por la acción de pliegues o de fallas, o los volcánicos, alojados en cráteres apagados de antiguos volcanes (Campo de Calatrava, en Ciudad Real).
Lagos Exógenos
Están originados por fuerzas externas, como los lagos glaciares, alojados en cubetas excavadas por el hielo en el circo o en el valle de un glaciar (ibones pirenaicos), o los cársticos, que tienen su origen en las cubetas creadas por la disolución de la caliza o del yeso (lagunas de Ruidera, en Castilla-La Mancha). Los lagos arreicos, el tipo de lago exógeno más extendido en España, son característicos de las regiones semiáridas llanas, en las que las escasas aguas no tienen fuerza para llegar al mar y se acumulan en zonas deprimidas hasta que se evaporan. Sus aguas suelen ser salobres y de escasa profundidad, raramente llegan a un metro (lagunas de La Mancha, Parque Nacional de las Tablas de Daimiel). En cuanto a los acuíferos (embolsamientos de agua subterrénea), en la actualidad, la Península Ibérica cuenta con más de 400 acuíferos que suelen encontrarse en las depresiones terciarias, en las proximidades de los ríos y en las cabeceras montañosas de los principales ríos. Sus principales problemas son la sobreexplotación y la contaminación.
Elementos del Régimen Fluvial
El régimen fluvial define la evolución del caudal de una corriente a lo largo del año. Para poder analizar esta evolución o las características de cualquier régimen fluvial utilizamos unos elementos, que son todos aquellos aspectos cuantificables con los que podemos valorar la cantidad de agua que fluye por un río:
Caudal
Es el elemento más destacado. Define el volumen de agua que lleva un río por segundo en un lugar determinado (la estación de medición o de aforo), y se expresa en m3/s. Este valor varía continuamente, por lo que suelen emplearse otros parámetros, como son el caudal medio diario, mensual y anual. El módulo o abundancia media es el caudal medio anual calculado sobre un periodo estimado de 30 años. La aportación es la cantidad total de agua que drena anualmente una cuenca. El caudal específico o relativo relaciona el caudal con la superficie de la cuenca, expresado en l/s/km2, lo que permite comparar cuencas de tamaños muy diferentes. En la Península los caudales máximos generalmente están ligados a las grandes cuencas fluviales, aunque indudablemente el factor climático afecta directamente al caudal de los ríos, en una tendencia clara Norte-Sur. El río más caudaloso es el Duero, seguido del Ebro y el Tajo. En contraste, los caudales relativos más altos se asocian a los ríos pirenaicos y cantábricos, de cuencas más reducidas.
Irregularidad
Define las variaciones de caudal de un río a lo largo del año o entre distintos años, y está directamente relacionado con el régimen de precipitaciones. En España los ríos más regulares son los cantábricos, siendo los mediterráneos los más irregulares.
Variaciones Estacionales
Permiten conocer la distribución del caudal a lo largo de los meses del año y reconocer los periodos de aguas altas y de aguas bajas relacionados con el régimen y tipo de precipitaciones.
Crecidas y Estiajes
Responden a los momentos puntuales de caudales máximos y mínimos absolutos. Una crecida o avenida define un momento de máximo caudal, un aumento brusco en un plazo corto de tiempo que suele deberse a lluvias intensas que en ocasiones se acompañan de efectos catastróficos. El estiaje define el fenómeno contrario, un momento de restricción o mínimo caudal. Ambos fenómenos son característicos de los ríos españoles y sobre todo de las cuencas fluviales del área mediterránea. En los ríos de la vertiente cantábrica ni crecidas ni estiajes llegan a ser muy pronunciados, ya que el régimen de precipitaciones es regular. En los grandes ríos atlánticos sí se producen crecidas importantes, pero no llegan a ser tan llamativas ni a causar los efectos que acompañan a algunos ríos mediterráneos.