La Producción Agropecuaria en España

Productos agrícolas y ganadería

Cereales

Son cultivos herbáceos destinados a la alimentación humana (trigo, arroz) y, de manera creciente, a la alimentación del ganado y a la elaboración de piensos compuestos y a la obtención de biocarburantes. Su área de cultivo mayoritaria son los secanos del interior peninsular, donde rotan con barbecho o con leguminosas. La producción se enfrenta a los rendimientos superiores de otros países europeos. La PAC ha impuesto cuotas de producción y una reducción subvencionada de la superficie de cultivo y, tras la última reforma, se desliga de la producción un 75% de la ayuda.

La Vid

Es un cultivo arbustivo de secano que produce uvas destinadas al consumo en fresco y principalmente a la elaboración de vino. Su área productora principal es Castilla-La Mancha. La producción tradicional se caracterizaba por los bajos rendimientos, dado que en muchas zonas el viñedo ocupaba áreas marginales poco aptas para otros cultivos. Pero desde 1990 ha crecido notablemente debido a las mejoras técnicas.

El Olivo

Es un cultivo arbóreo de secano, muy resistente a la sequía estival, que destina parte de su cosecha a la aceituna de mesa (10%) y el resto a la obtención de aceite. Su área productora principal son las campiñas andaluzas, especialmente Jaén y Córdoba. La producción es muy variable, dado que el olivo es un árbol vecero, que alterna buenas y malas cosechas. No obstante, se ha incrementado considerablemente, debido a las subvenciones europeas y a las mejoras técnicas.

Cultivos Hortofrutícolas

Se destinan al consumo en fresco o a la industria conservera. Su área productora principal son los regadíos peninsulares e insulares y, secundariamente, los secanos húmedos y ciertas áreas de la España seca. La producción hortofrutícola, tradicionalmente para autoconsumo, creció con el aumento del nivel de vida. En la actualidad, se exporta en gran parte, aportando cuantiosos ingresos a la balanza comercial.

Cultivos Industriales

Se destinan a la transformación industrial, como el girasol, la remolacha, el algodón y el tabaco. Su área productora principal son los regadíos de la mitad meridional peninsular, excepto la remolacha azucarera, que se centra en el valle del Duero. La producción se encuentra muy relacionada con la industria, que muchas veces es quien proporciona las semillas, da instrucciones a los agricultores y supervisa y contrata la producción. La PAC ha impuesto cuotas de producción a estos cultivos.

Los Cultivos Forrajeros

Se destinan a la alimentación animal. Su área de cultivo se concentra en los secanos de la mitad septentrional de la Península, por su clima más húmedo, y en los regadíos extensivos. La producción ha crecido desde 1950, paralelamente al incremento de la actividad ganadera y de la demanda de alimentos para el ganado.

Ganadería Bovina

Se dedica principalmente a la producción de carne y leche. Su localización depende de la aptitud y del régimen del ganado. El bovino de aptitud cárnica predomina en régimen extensivo, en el norte peninsular, y en régimen intensivo, cerca de los núcleos urbanos y en las zonas productoras de forrajes. El bovino de aptitud lechera se encuentra en régimen extensivo o mixto, en el norte peninsular y en grandes explotaciones de Andalucía, y en régimen intensivo, en el entorno de las grandes ciudades. La producción de carne se enfrenta a la competencia de la carne más barata de cerdo y de ave. La producción de leche sufre la competitividad de otros países comunitarios más baratos. La PAC mantiene el 100% de la ayuda ligada a la producción en las vacas nodrizas y sacrificio de terneros y la desliga en un 60% para el sacrificio de animales adultos. En cambio, los excedentes de leche han llevado a imponer cuotas, fomentar el abandono de la actividad y desvincular el 100% de la ayuda de la producción de leche.

Ganadería Ovina

Se destina principalmente a la producción de carne y de leche y, muy secundariamente, a la obtención de lana. Su localización preferente son los secanos del interior peninsular, donde se explota en dos regímenes. El régimen extensivo, predominante, incluye la trashumancia. El régimen de cebo de corderos y ordeño se está incrementando, aunque tiene todavía escasa significación. La producción de carne se basa en razas autóctonas de elevada rusticidad. En cambio, la producción de leche cuenta con una mayor introducción de razas extranjeras. La PAC ha concedido importantes subvenciones al ovino extensivo para evitar el abandono de esa actividad. Tras la última reforma, el 50% de la ayuda se destina a la producción.

Ganadería Porcina

Se dedica en parte al consumo en fresco y en parte a la elaboración de embutidos. Su localización depende del régimen ganadero. El porcino extensivo se localiza en las dehesas de Extremadura, Zamora, Salamanca y Andalucía. El porcino intensivo predomina en Cataluña y Murcia. La producción de carne de cerdo ha crecido gracias al incremento de la demanda, aunque se enfrenta al problema de los excedentes mundiales y europeos de carne. La PAC no concede a este sector precios mínimos ni ayudas directas, únicamente ayudas a la exportación en caso necesario.

Ganadería Avícola

Se destina a la producción de carne y huevos. Su localización, en régimen intensivo y bajo el sistema de integración, se centra en Cataluña, Castilla y León y Aragón. El régimen extensivo, en gallineros con acceso al aire libre y menor densidad de aves, es aún muy reducido. La producción de carne de pollo es inferior al consumo, lo que exige importar; en cambio, la producción de huevos permite exportar. La PAC solo contempla ayudas a la exportación de carne y huevos y a la retirada de carne de pollo del mercado para evitar la caída de los precios.