La Segunda Revolución Industrial: Transformación Tecnológica, Económica y Social

La Segunda Revolución Industrial

En el último tercio del siglo XIX, una serie de innovaciones tecnológicas impulsaron una segunda fase de la industrialización que conocemos como Segunda Revolución Industrial. El avance tecnológico fue el resultado de una estrecha relación entre la investigación científica y su rápida aplicación práctica en la industria. Las principales innovaciones fueron:

  • El uso de nuevas fuentes de energía: la electricidad y el petróleo destronaron al carbón.
  • Los nuevos medios de transporte redujeron el coste y la duración de los viajes. La electricidad se aplicó al ferrocarril y renovó el transporte urbano. El petróleo y sus derivados tuvieron su principal aplicación como combustible del motor de explosión en los primeros automóviles, en los barcos y en la aviación, que empezó a desarrollarse a principios del siglo XX.
  • La expansión de redes de telegrafía y el teléfono permitieron la difusión instantánea de información, frente al antiguo correo postal.
  • El desarrollo de nuevos productos, junto al de nuevas fuentes de energía, impulsó nuevos sectores productivos. La industria siderúrgica creció por la producción masiva de acero y la metalúrgica por la de aluminio, aplicados en la construcción de buques, automóviles y aparatos eléctricos. Las industrias química y farmacéutica conocieron un gran avance, así como la construcción y las industrias alimentarias debido a la mejora en la conservación y refrigeración de los alimentos.
  • Las innovaciones tecnológicas estuvieron acompañadas de una nueva organización del capital y del trabajo, con la aplicación del taylorismo, que activó un proceso de concentración industrial.

La Segunda Revolución Industrial cambió la estructura de la producción mundial. Gran Bretaña cedió parte de su poder industrial y financiero a nuevos competidores como Alemania, Francia y Estados Unidos, que se especializaron en las nuevas industrias con mayor demanda, como la metalúrgica, la petrolera, la química, la farmacéutica o la del automóvil.

1.2. El Aumento del Comercio

La segunda gran oleada industrializadora conllevó un aumento del comercio y la renovación de los sistemas de ventas. El volumen del comercio internacional se multiplicó por siete entre 1850 y 1914 gracias a los progresos del transporte, la expansión del librecambio y la producción masiva de bienes cada vez más diversificados, que permitió una reducción de su precio. El comercio interior también conoció una gran expansión. El aumento de los salarios obreros y los nuevos sistemas de ventas inauguraron la era del consumo de masas, que se desarrolló plenamente en la década de 1920. La necesidad de generar más consumidores para absorber el aumento de la producción revolucionó los sistemas de venta. Así aparecieron los grandes almacenes, superficies comerciales polivalentes que ofrecían una gran variedad de productos a precios más bajos que las tiendas tradicionales.

1.3. Crecimiento Demográfico y Migraciones

La mejora de la dieta (como resultado del descenso de los precios de los alimentos), los progresos médicos y sanitarios para combatir las grandes epidemias y el desarrollo económico estimularon una nueva fase de crecimiento de la población europea. El descenso de la mortalidad, especialmente de la infantil, permitió el aumento de la esperanza de vida, aunque las tasas de natalidad iniciaron un paulatino descenso. Entre 1850 y 1914, la población europea conoció el mayor aumento de su historia, pasando de 275 millones de habitantes a 460 millones.

Este aumento demográfico fue acompañado de una reducción del empleo en el sector agrario, ante la Gran Depresión agraria en Europa, provocada por la llegada de granos y otros alimentos más baratos desde América y Rusia. Ello provocó un gran aumento de la emigración, alentada por la posibilidad de progresar en el Nuevo Mundo. Entre 1880 y 1915, de los más de 32 millones de europeos que abandonaron el continente, un 59,4% se dirigió a Estados Unidos. Paralelamente, entre 1800 y 1914, seis millones de rusos cruzaron los Urales para establecerse en Siberia.

Nuevos Métodos de Producción

La Segunda Revolución Industrial estuvo acompañada de nuevos métodos de organización de la producción industrial.

Taylorismo

En 1881, el ingeniero estadounidense Frederick W. Taylor demostró que la eficiencia en el trabajo podría mejorar si se ahorraba tiempo. Para ello, propuso simplificar las diferentes operaciones (organización científica del trabajo) al objeto de reducir al menor tiempo posible su ejecución. Su objetivo era aumentar la productividad mediante la especialización del trabajo y, así, abaratar costes de producción y precios. Se adoptaron sistemas de remuneración como el pago por pieza o trabajo a destajo, que consistía en pagar en función de la cantidad y la calidad de lo que se producía, incentivando ritmos más rápidos. Cada hora se informaba a las trabajadoras si su ritmo era normal o si se iban atrasando.

Fordismo

El taylorismo dio paso al fordismo, un sistema creado por Henry Ford que combinaba la producción en serie (utilizando la cadena de montaje) con los incentivos salariales a los trabajadores (salarios más altos para crear consumidores). Fue aplicado por primera vez con éxito masivo en la fábrica del modelo Ford T a principios del siglo XX.

Concentración Empresarial

La fabricación en serie y las nuevas tecnologías estimularon la concentración de capitales y de empresas, debido tanto a la necesidad de grandes inversiones para sufragar las innovaciones tecnológicas como a la voluntad de las empresas de disminuir la competencia y controlar los mercados. De ese modo, muchas empresas se unieron para pactar precios, distribuirse mercados o conseguir la exclusividad en la producción o venta de un producto (formando cárteles, trusts o holdings). Algunas superaron el marco nacional y realizaban la producción o venta de sus productos en varios países (inicio de las multinacionales).

Concentración Vertical y Horizontal

Las empresas podían concentrarse de forma vertical (controlando todas las fases de producción de un producto, desde las materias primas hasta la venta) o de forma horizontal (agrupando empresas del mismo sector productivo).