Las Grandes Unidades del Relieve Peninsular e Insular

I. El Relieve Peninsular

1. La Meseta

La Meseta es la unidad básica del relieve peninsular. Se trata de una llanura elevada, resto del antiguo Macizo Hespérico, surgido en la orogénesis herciniana (Era Primaria), arrasado por la erosión y convertido en meseta. En la Era Terciaria, la Meseta fue deformada y en gran parte destruida por la orogénesis alpina. Así, dentro de ella pueden distinguirse el antiguo zócalo primario, las sierras interiores y las cuencas sedimentarias.

a. El antiguo zócalo primario

Aflora en el oeste peninsular (penillanuras zamorano-salmantina y extremeña), donde la erosión ha barrido la cubierta de materiales terciarios, dejando al descubierto los primarios: granito, pizarra y cuarcita. Las penillanuras son superficies erosionadas y suavemente onduladas. Las modeladas sobre granito son más llanas (norte de Salamanca) que las modeladas sobre pizarra (sur de Salamanca y Extremadura). Aparecen en ellas montes isla o relieves residuales de rocas más resistentes, como la cuarcita. En las penillanuras, los ríos han creado profundas gargantas (arribes) al encajarse sobre materiales duros.

b. Las sierras interiores

El Sistema Central y los Montes de Toledo se formaron en la Era Terciaria cuando, por la orogénesis alpina, el zócalo de la Meseta sufrió fallas que elevaron algunos bloques. Ambos son de rocas primarias (granito, pizarra, neis) y tienen cumbres suaves, pues son superficies de erosión levantadas. El Sistema Central es un relieve vigoroso que divide a la Meseta por su mitad. Las sierras más destacadas son Somosierra, Guadarrama, Gredos, Peña de Francia y Gata. Los Montes de Toledo, de menor altura, dividen en dos la submeseta sur, separando la cuenca del Tajo de la del Guadiana. Su sierra más importante es Guadalupe.

c. Las cuencas sedimentarias interiores

Se formaron en la Era Terciaria, cuando la orogénesis alpina provocó fallas con hundimiento de bloques de la Meseta. Primero formaron lagos y después se rellenaron con sedimentos terciarios. Estos eran blandos en la parte inferior (arenas, arcillas, yesos y margas) y duros en la superior (calizas) y dieron lugar a un relieve de páramos, campiñas y cuestas.

  • Páramos: Superficies planas y elevadas, coronadas por una capa caliza más resistente a la erosión. En ellos, la erosión fluvial ha labrado valles en “U”. Se localizan en la zona norte y este de la submeseta norte y en el este de la submeseta sur (La Alcarria, Mesa de Ocaña y La Mancha).
  • Campiñas: Llanuras bajas y onduladas recorridas por ríos. Se forman donde los páramos han sido erosionados y afloran las margas y arcillas. En ellas son frecuentes los cerros testigos, relieves residuales coronados por las calizas de los páramos. Las más destacadas son las del Duero, Tajo y Guadiana.
  • Cuestas: Zonas inclinadas entre los páramos y las campiñas.

La cuenca de la submeseta norte es más alta (800-850 m) y uniforme, pertenece solo a la cuenca del Duero y está casi encerrada por montañas. La cuenca de la submeseta sur es más baja (500-700 m), los Montes de Toledo la dividen en dos cuencas (la del Tajo y la del Guadiana) y se abre al océano Atlántico.

2. Los rebordes montañosos de la Meseta

Se formaron en la Era Terciaria por la orogénesis alpina, que elevó bloques de la Meseta, o por el plegamiento de materiales depositados por el mar en la Era Secundaria.

a. El Macizo Galaico-Leonés

En el noroeste de la Meseta, está formado por materiales primarios y presenta montañas redondeadas de poca altura, cortadas por muchas fallas. Sus sierras más destacadas son Segundera, Cabrera y Los Ancares.

b. La Cordillera Cantábrica

Tiene dos sectores bien diferenciados:

  • Sector oeste o asturiano: Es de materiales primarios. En su extremo occidental, la diferente dureza de materiales ha creado relieves apalachienses. En su extremo oriental, el afloramiento de calizas primarias constituye los Picos de Europa, donde se dan las mayores alturas de la Cordillera (Naranjo de Bulnes).
  • Sector este o cantábrico: Es de materiales secundarios calizos, depositados por el mar en el borde de la Meseta durante la Era Secundaria. Hay relieves jurásicos.
c. El Sistema Ibérico

Formado por materiales secundarios depositados por el mar en el borde de la Meseta. Hay dos sectores:

  • Sector norte: De dirección noroeste-sureste, incluye las mayores alturas (Picos de Urbión). Las sierras más destacadas son la Demanda y Moncayo.
  • Sector sureste: Desde el sureste de Soria, el Sistema Ibérico se bifurca en dos ramas: la interior o castellana (Sierra de Albarracín y Serranía de Cuenca) y la exterior o aragonesa (Sierras de Javalambre y Gudar). Ambas ramas están separadas por la fosa tectónica de Calatayud, que se rellenó con materiales terciarios.
d. Sierra Morena

Separa la Meseta del valle del Guadalquivir. Es una gran flexión (deformación de las capas, de modo que ambos lados de una línea quedan levantados de una parte y hundidos de otra, sin romper la continuidad) fracturada en muchos puntos, producida por el empuje desde el sur al levantarse las Cordilleras Béticas. El roquedo es primario y sus sierras más destacadas son Madrona, Pedroches y Aracena.

3. Las depresiones exteriores de la Meseta

Eran fosas que, tras la orogénesis terciaria, quedaron entre las cordilleras alpinas y los macizos antiguos. Tienen forma triangular, fueron rellenadas por sedimentos terciarios y cuaternarios, y hoy son relieves casi horizontales.

a. La depresión del Ebro

Es paralela a los Pirineos y se encuentra cerrada por estos, por el Sistema Ibérico y por la Cordillera Costero-Catalana. Ocupa el lugar del antiguo Macizo del Ebro, que fue hundiéndose mientras se elevaban las cordilleras alpinas. La depresión estuvo ocupada por el mar, luego se cerró en forma de lago, y al final de la Era Terciaria se abrió paso a través de la Cordillera Costero-Catalana hasta el Mediterráneo. Por ello, tiene depósitos marinos y continentales: conglomerados en los rebordes montañosos y más finos en el centro (areniscas, margas, yesos, calizas y sales). La diferente dureza de los materiales y el clima árido han creado diversas formas de relieve.

  • Piedemontes pirenaico e ibérico: Tierras llanas, levemente inclinadas, entre las sierras y el centro de la depresión. Están constituidos por materiales gruesos y duros de las montañas (conglomerados) transportados por los ríos. En ellos se forman mallos o torreones rocosos por la erosión aprovechando las diaclasas verticales, y hoyas o depresiones erosivas en los materiales blandos, que pueden ser pequeñas (dando lugar a lagunas saladas temporales) o mayores (hoyas de Huesca y Barbastro).
  • Centro de la depresión: Los estratos son horizontales y alternan calizas duras y arcillas, margas y yesos blandos. El resultado es un relieve de muelas o planas donde se conservan las calizas, y barrancos sobre los materiales blandos.
b. La depresión del Guadalquivir

Paralela a las Cordilleras Béticas, estuvo primero abierta al mar. Luego fue un lago litoral y más tarde marismas pantanosas. Se rellenó con arcillas, calizas y margas marinas. Las arcillas dan lugar a campiñas onduladas. Las calizas, a mesas y cerros testigo.

4. Las cordilleras exteriores a la Meseta

Se formaron en la Era Terciaria por la orogénesis alpina, al plegarse los materiales de las fosas oceánicas entre antiguos macizos que actuaron como topes.

a. Los Pirineos
  • Zona axial: De roca primaria, de un macizo herciniano. Es la zona más alta (picos Aneto y Monteperdido).
  • Prepirineos: Al sur de la zona axial, son de materiales secundarios calizos, depositados en la fosa y levantados. Son dos alineaciones paralelas a la zona axial, más bajos y de formas más suaves.
  • Depresión media: Una larga y estrecha depresión margosa que separa las dos alineaciones prepirenaicas.

Los Pirineos tienen como prolongación los Montes Vascos y la Cordillera Costero-Catalana.

b. Los Montes Vascos

Son de roquedo calizo, escasa altura y formas suaves. Sus mayores cimas son Aralar y Peña Gorbea.

c. La Cordillera Costero-Catalana

Está separada de los Pirineos por fallas, que han dado lugar a volcanes. La mitad norte es de materiales primarios, del macizo herciniano Catalano-Balear. La mitad sur son terrenos calizos secundarios. La cordillera tiene dos alineaciones: una paralela a la costa, de escasa altura, y otra interior, más alta (Montseny, Montserrat). Están separadas por una depresión longitudinal que se rellenó con materiales terciarios y cuaternarios, dando un relieve de colinas suaves y valles.

d. Las Cordilleras Béticas

Tienen gran complejidad geológica y las mayores alturas de la Península.

  • Cordillera Penibética: Bordea la costa, formada por materiales primarios del antiguo macizo Herciniano Bético-Rifeño. Destaca Sierra Nevada con el Mulhacén y el Veleta.
  • Cordillera Subbética: Bordea la depresión del Guadalquivir, es de materiales secundarios depositados en la fosa bética. Eran duros y blandos, por lo que, al presionar la placa africana, originó mantos de corrimiento y pliegues (desplazados horizontalmente de sur a norte). Las sierras más destacadas son Grazalema, Ubrique y Cazorla.
  • Depresión Intrabética: Entre ambas cordilleras, está fragmentada en varias depresiones pequeñas (hoyas de Ronda, Antequera, Guadix y Baza), rellenas de materiales terciarios que dan un paisaje de barrancos dada la aridez del clima.

II. El Relieve Costero

A. El relieve costero peninsular

1. Las costas atlánticas
  • Costa cantábrica: Es rectilínea. Sus accidentes principales son los acantilados y las rasas. Además, hay rías, generalmente cortas y de boca estrecha, como las del Nervión y el Nalón; algunas playas arenosas y tómbolos, como los de San Sebastián, Santander y Gijón.
  • Rías gallegas: Constituyen la costa más articulada de España. Resultan de la invasión por el mar de los valles fluviales abiertos en las numerosas fracturas del Macizo Galaico. Por estos valles, el mar penetra hasta 35 km en el interior. Entre ellas se encuentran las de Ortigueira y Vigo.
  • Costa atlántica andaluza: Sus accidentes principales son las marismas, como las formadas en la desembocadura del Guadalquivir; las flechas litorales, como la de El Rompido, y los campos de dunas, como el de Doñana.
2. Las costas mediterráneas
  • Sector bético: Se extiende entre Gibraltar y el cabo de La Nao. Presenta tramos acantilados donde las cordilleras Béticas discurren paralelas al litoral y tramos de costa baja que forman una estrecha llanura litoral creada por los abundantes aportes de las cordilleras Béticas. También son frecuentes los campos de dunas; las albuferas, como la del Mar Menor, y las terrazas marinas, debidas al levantamiento de la costa desde finales del Terciario.
  • Golfo de Valencia: Comprende desde el cabo de La Nao al delta del Ebro. Se caracteriza por sus playas amplias y arenosas, formadas por los depósitos marinos y por los sedimentos del Sistema Ibérico; las albuferas, como la de Valencia; los tómbolos, como el Peñón de Ifach (Alicante), y los pequeños deltas originados por ríos poco caudalosos o de carácter torrencial.
  • Litoral catalán: Se extiende entre el delta del Ebro y la Costa Brava. Presenta costas acantiladas donde el extremo de la Cordillera Costero-Catalana llega hasta el mar (Costa Brava), y playas y pequeñas llanuras litorales entre los promontorios rocosos. También cuenta con algunos deltas, como los de los ríos Ebro y Llobregat.

B. El archipiélago Balear

Geológicamente, las Islas Baleares son un eslabón entre las cordilleras alpinas del Mediterráneo: Mallorca, Ibiza y Formentera son fragmentos emergidos de la Cordillera Subbética, y Menorca está ligada a la Cordillera Costero-Catalana.

  • Mallorca: Presenta tres conjuntos: la Serra Tramuntana (al norte), es de roquedo calizo, abrupta, y contiene la mayor altura del archipiélago, el Puig Mayor (1455 m); las Serres de Llevant, también calizas, no alcanzan los 500 m. Las mayores alturas se encuentran en el noreste (macizo de Artá). En el extremo sur de la isla, las sierras se sumergen para emerger después en Cabrera; y la depresión central o Pla, entre ambas sierras, es de roquedo arcilloso y relieve suave.
  • Ibiza y Formentera: Unidas hasta el Cuaternario, repiten el esquema mallorquín: un relieve montañoso calizo al norte de Ibiza, un macizo al este de Formentera (La Mola), y entre ambos una llanura que ocupa el sur de Ibiza y casi toda Formentera.
  • Menorca: Presenta dos conjuntos: la mitad norte tiene una alineación montañosa paleozoica, de baja altura y formas suaves, la Tramuntana, que enlaza con la parte norte de la Cordillera Costero-Catalana; y la mitad sur, el Migjorn, es llana, de materiales calizos mesozoicos y se separa de la anterior mediante una falla.

Las costas baleares son acantilados en las áreas donde los relieves montañosos llegan hasta el mar (norte de Mallorca y Menorca). En el resto, alternan playas largas y arenosas con numerosas calas abiertas por los torrentes. También hay algunas albuferas: Alcudia y Pollença.