Los recursos naturales son los diversos elementos que provienen de la naturaleza y que el ser humano utiliza para su beneficio. Podemos clasificarlos en:
- Recursos renovables: Son aquellos considerados inagotables, como la energía solar, el viento y la fuerza de las mareas.
- Recursos no renovables: Se encuentran en cantidades limitadas y son los más demandados, por ejemplo, el petróleo, el carbón y el gas natural.
- Recursos potencialmente renovables: Pueden ser renovables si la velocidad de explotación humana es inferior a la regeneración natural del recurso, como en la agricultura, la ganadería, la pesca y los bosques.
El Agua: Un Recurso Vital en Peligro
El agua es esencial para la vida, y su distribución en el planeta es desigual. El 96,5% del agua en la Tierra se encuentra en mares y océanos, mientras que solo el 3,5% es agua dulce. Su uso se divide en: agricultura (67%), industria (19%), hogares (9%), reservas (3%) y energía (2%).
Esta distribución desigual, junto con el crecimiento demográfico, genera problemas de abastecimiento para gran parte de la población mundial. Más de 1500 millones de personas enfrentan serios problemas de acceso a agua potable.
En España, aunque los recursos hídricos son inferiores a la media mundial, el consumo de agua es elevado. El índice de explotación del agua, que relaciona la demanda de agua con los recursos hídricos disponibles, es alto. La huella hídrica, que mide el volumen de agua dulce que utiliza un individuo o comunidad para producir los bienes y servicios que consume, también es un indicador importante.
Para afrontar la crisis del agua, se deben tomar medidas como:
- Mejorar la gestión y canalización del agua.
- Promover la reutilización del agua.
- Invertir en nuevas tecnologías, como plantas desalinizadoras, y mejorar las existentes, como los sistemas de riego agrícola.
- Reducir el consumo de agua en todos los ámbitos.
El Suelo: Un Recurso Limitado y Frágil
El suelo es la capa superficial de la Tierra que contiene materia viva y permite el desarrollo de la vida. Se forma a través de un proceso lento de desintegración física, química y biológica (meteorización) de la roca madre, influenciado por factores como el clima, la vegetación y la topografía.
La acción humana ha alterado el suelo, provocando su agotamiento, erosión, deterioro y contaminación. La Carta Europea del Suelo lo reconoce como un recurso limitado y fácilmente destruible, considerándolo uno de los bienes más preciados de la humanidad.
Explotación del Suelo
Agricultura:
- La revolución verde, con sus cultivos genéticamente modificados, ha aumentado la producción de alimentos, pero también ha generado problemas como la contaminación por pesticidas y la compactación del suelo debido a la mecanización.
- La agricultura intensiva, enfocada en la productividad y el beneficio económico, puede llevar al monocultivo, agotando los nutrientes del suelo y haciéndolo más vulnerable a plagas y enfermedades.
Minería:
- La minería altera profundamente el suelo, pudiendo llegar a hacerlo desaparecer por completo o contaminarlo con sustancias tóxicas.
- También afecta la biodiversidad, contamina el agua y el aire, y genera un gran impacto visual en el paisaje.
Los Seres Vivos como Recurso: Un Equilibrio Delicado
Ganadería:
- La ganadería intensiva, que busca maximizar la producción de carne y productos lácteos, puede tener impactos negativos en el medio ambiente, como la deforestación para crear pastos, la contaminación por el uso excesivo de abonos orgánicos y la reducción de la biodiversidad.
Pesca:
- La sobreexplotación pesquera es una grave amenaza para los ecosistemas marinos. Para combatirla, se promueve la pesca responsable, con prácticas más selectivas y sostenibles, la creación de reservas marinas y el desarrollo de la acuicultura.
Bosques:
- Los bosques son esenciales para la salud del planeta, ya que protegen el suelo, regulan el clima, albergan una gran biodiversidad y actúan como sumideros de dióxido de carbono.
- La deforestación, impulsada por la expansión agrícola, la tala para obtener madera y la producción de biocombustibles, es un problema grave que requiere soluciones urgentes.
En conclusión, la explotación de los recursos naturales debe ser sostenible para garantizar su disponibilidad para las generaciones futuras. Es necesario un cambio de mentalidad hacia un modelo de desarrollo que respete los límites del planeta y promueva la conservación de la biodiversidad.