Características y Evolución de la Arquitectura Griega

Características de la Arquitectura Griega

Las principales características de la arquitectura griega son:

  1. Los materiales utilizados (adobe y madera) fueron sustituidos más tarde por la piedra y el mármol blanco.
  2. Sus construcciones son adinteladas: no se hace uso de arcos y bóvedas.
  3. Utilizando correcciones ópticas como:
    • a) Una leve curvatura del suelo de los edificios.
    • b) La inclinación de las columnas hacia dentro para evitar la sensación de caída.
    • c) El éntasis de las columnas (engrosamiento de la parte central del fuste).
    • d) La desigual distancia entre los intercolumnios.
  4. Perfección técnica del aparejo (la forma de colocar los sillares).
  5. Los edificios se realzaban con determinados elementos ornamentales como el meandro, la espiral, la roseta, las ovas, las perlas, las hojas de acanto, etc. Los templos griegos tenían un aspecto muy distinto al que presentan hoy, ya que eran policromados (en azul, rojo, negro y dorado).
  6. La edificación más característica es el templo, que tiene su antecedente en el megaron micénico.

Para los griegos, la arquitectura es proporción. Por eso surgieron allí los órdenes arquitectónicos que podemos definir como la unión armónica de los elementos constructivos y decorativos. El elemento fundamental en cada orden es la columna (stilo).

Órdenes Arquitectónicos

Hay tres órdenes:

  1. ORDEN DÓRICO. Características:
    • a) El templo se asienta sobre una base llamada estilobato.
    • b) La columna arranca directamente del suelo, no tiene basa. El fuste, estriado en sentido longitudinal, va disminuyendo de tamaño hacia arriba, aunque se ensancha hacia la mitad (éntasis a ese ensanchamiento). Sobre el fuste se sitúa el capitel, formado por: una moldura fina o collarino; un núcleo principal en forma de plato o equino; y un prisma cuadrangular llamado ábaco.
    • c) El techo se llama entablamento:
      • 1.- Arquitrabe.
      • 2.- Friso: viga dividida en espacios cuadrados triglifos y metopas.
      • 3.- Cornisa: dos cuerpos: un alero liso (goterón), que sobresale y aún más saliente, llamada cimacio.
  2. ORDEN JÓNICO. Es más esbelto y su decoración es mayor. Sus características son:
    • a) El templo se eleva sobre una grada denominada plinto.
    • b) La columna: una basa. El fuste carece de éntasis y es más esbelto que el dórico. El capitel está compuesto por una pieza (equino) decorada con ovas y flechas, y termina en dos volutas. Sobre él descansa un ábaco (almohadilla), que sostiene el entablamento.
    • c) Entablamento:
      • 1.- Arquitrabe.
      • 2.- Friso.
      • 3.- Cornisa.
  3. ORDEN CORINTIO. Es igual que el jónico, salvo el capitel. El capitel está más decorado.

El edificio arquitectónico más importante de la arquitectura griega es el templo.

Interior de los Templos Griegos

En su interior, los templos griegos estaban divididos en tres dependencias:

  • a) PRONAOS o pórtico abierto rematado por pilastras.
  • b) NAOS, que contiene la estatua del dios, y es una cámara rectangular.
  • c) OPISTODOMO, donde se guardaban las riquezas del templo.

La disposición y el número de columnas han establecido la siguiente tipología de los templos griegos:

  1. Apteros: Sin columnas.
  2. In Antis: dos columnas en las fachadas anterior y posterior.
  3. Próstilos: sólo en la fachada principal.
  4. Anfipróstilos: con más de dos columnas, sólo en las fachadas anterior y posterior.
  5. Perípteros: si está rodeado de columnas por todos lados.
  6. Pseudoperípteros: si las columnas están embebidas en la pared, siendo visible sólo la mitad de ellas.

De acuerdo con el número de columnas en sus fachadas, los templos griegos pueden ser:

  • a) Dístilos: dos columnas en la fachada principal.
  • b) Tetrástilos: cuatro columnas.
  • c) Hexástilos: seis (siempre van por pares).
  • d) Octástilos: ocho columnas, etc.

Cuando el peristilo está formado por una doble fila de columnas, el templo se denomina díptero.

Evolución Histórica

1. Período Arcaico (Siglos VIII-VI a.C.)

En este período se utilizan los estilos dórico y jónico, con materiales humildes como el adobe, el ladrillo o la madera, y posteriormente de mármol. Entre los templos dóricos de este período destaca el de Hera, conocido como La Basílica, del que se conserva el peristilo, parte del arquitrabe y parte del friso. También en Paestum se encuentra el templo de Poseidón. En cuanto a los templos arcaicos de estilo jónico, se caracterizan por ser dípteros (doble fila de columnas) y por la abundancia de elementos decorativos.

2. Período Clásico (Siglos V-IV a.C.)

Se identifica este momento con el gobierno de Pericles, magistrado ateniense que impulsó las obras públicas en la ciudad, la mayoría de las cuales se realizaron en la Acrópolis. La Acrópolis fue arrasada por los persas y reconstruida por Pericles en el S. V a.C.

3. Período Helenístico (Siglos IV-II a.C.)

El centro del arte griego en este período se desplaza a los territorios conquistados por Alejandro Magno. La arquitectura adquiere una tendencia al colosalismo en las proporciones y al lujo ornamental. Se abandona el orden dórico, mezclándose dórico y corintio, añadiéndose a este figuras de animales y adaptando tipos de capitel oriental como el palmiforme. Entre los grandes templos construidos destacan el de Zeus, al pie de la Acrópolis. Urbanísticamente, lo más importante de la arquitectura helenística es el denominado Altar de Zeus, que en la actualidad se encuentra en Berlín. Es un templo abierto, construido sobre un alto zócalo, decorado con relieves. Su estructura tiene forma de U. Sobre la escalinata se abría un pórtico jónico. A ambos lados del pórtico, dos pilastras de base cuadrada iniciaban la prolongación. El Altar tiene grandes relieves que representan la lucha de gigantes y dioses.

4. Otras Construcciones: El Teatro de Epidauro

Durante el período clásico se construyen, además de los templos (arquitectura civil), viviendas y edificios como los teatros, que tenían como finalidad la representación de comedias y obras dramáticas. Constaban de scena, orchestra y koilón. El de Epidauro, de mediados del S. IV, tiene la orchestra de planta circular, y en el centro hay un altar dedicado a Dionisos.

Características Generales de la Escultura Griega

Las características son:

  1. El culto al hombre. Se trata de una escultura realizada a tamaño humano, aunque representen a dioses o a personajes importantes.
  2. Plasmar la belleza física y el equilibrio espiritual.
  3. La búsqueda de la expresividad del rostro, que se consigue en el período clásico.
  4. La representación del movimiento, resultado de una larga evolución que llega hasta el período helenístico.
  5. Preocupación por el volumen y el punto de vista múltiple.
  6. Utilización del color en la decoración escultórica. Los relieves y esculturas vivas tenían policromías. Los trajes, labios, ojos, pelo e incluso la carne tenían un colorido especial para dar realismo a la figura.
  7. Los escultores no se limitaron a reproducir sus modelos de la manera más naturalista; buscaban prototipos y, para conseguirlo, realizaron cálculos numéricos y geométricos muy sutiles (Ej.: el Canon de Policleto).

Desarrollo Histórico: Etapas

2.1 Los Inicios: El Período Arcaico

En el S. IX-VIII a.C., los griegos realizan los primeros relieves. De esta época apenas quedan restos. En el S. VII a.C. consiguen cierto expresionismo con los xoana (imágenes religiosas de madera), que recuerdan a los troncos de árbol con un ligero estrechamiento en la cintura. Tenían un aspecto muy hierático (rígido) como consecuencia de la influencia de Oriente. Los conocemos por testimonios literarios y a través de esculturas posteriores en piedra (Dama de Auxerre, Hera de Samos). Las obras más importantes son las estatuas de atletas o Kuroi (singular Kuros) y las representaciones femeninas vestidas o Korai (singular Koré). Los Kuroi deben su existencia a la costumbre que existía entre los griegos de levantar estatuas en honor de los vencedores en las competiciones deportivas. Son, por tanto, estatuas de atletas griegos y tienen las siguientes características:

  • No son verdaderos retratos, sino que sus facciones se repiten.
  • Obedecen a la ley de la frontalidad, tienen los brazos rígidos unidos al cuerpo, los hombros elevados y horizontales, y están en actitud de marcha, con la pierna izquierda adelantada.

Entre los Kuroi más conocidos podemos citar:

  1. El grupo Cleobis y Bitón.
  2. El Kuros de Anavyssos.
  3. El Apolo del Piombino.
  4. El Efebo de Critios.
  5. Moscoforo.

Las Korai son representaciones femeninas que aparecen vestidas, envueltas o en una larga túnica. Se las representa sonrientes, con sonrisa estereotipada. Su evolución hacia el naturalismo se manifiesta sobre todo en la cada vez más perfecta organización de los pliegues de las vestiduras y de los cabellos, en el abultamiento del pecho y en el estrechamiento de las caderas. Estaban policromadas. Entre las Korai más conocidas y mejor conservadas podemos citar:

  1. La Dama de Auxerre.
  2. La Hera de Samos.
  3. La Kore del Peplo.
  4. La Kore 675.

2.2 La Transición al Clasicismo y el Estilo Severo

En la última fase del período arcaico se caracteriza un mayor naturalismo y se anatomiza la figura humana en movimiento para adaptar las composiciones a la forma triangular de los frontones. El más interesante es el Frontón del templo de Afaia en Egina, que se encuentra en Múnich. A esta fase de transición corresponden las esculturas del primer tercio al conocido como estilo severo.

2.3 El Clasicismo (Siglos V y IV a.C.)

a) El Siglo V a.C.: Mirón, Policleto y Fidias

Se caracteriza por la idealización, el equilibrio de las divinidades, aspectos que resumen los ideales de la escultura del S. V. Se busca el canon de belleza. Los tres grandes escultores de este período son Mirón, Policleto y Fidias.

  • MIRÓN: Es cronológicamente el primer escultor del clasicismo, por eso su obra tiene aún cierto tono arcaico. Mirón era broncista. Le interesó sobre todo el estudio del cuerpo humano en movimiento, como en “Atenea y Marsias” y el “Discóbolo”.
  • POLICLETO: Natural de Argos en el Peloponeso. Para él, el cuerpo humano es cálculo y proporción. Cada parte del cuerpo debía tener las dimensiones adecuadas. Escribió un tratado en el que explicaba el Canon, en el que la proporción del cuerpo humano debía contener siete veces la de la cabeza, como en el “Dióforo”.
  • FIDIAS: Es el escultor más importante del clasicismo griego. Su obra culmina los intentos anteriores de conseguir el equilibrio ideal tanto anatómico como expresivo. Fidias ejerció con maestría todas las ramas del arte. Su obra representó un gran avance, ya que resolvió la manera de decorar los vértices bajos de los frontones e hizo girar los cuerpos de tal manera que el movimiento fuera observable desde diferentes puntos de vista. Pero fue en el tratamiento de los ropajes donde Fidias reveló la fecundidad y exquisitez. Los abundantes y sinuosos pliegues de las telas que se pegan al cuerpo son una excusa de la que se vale para conseguir un efecto de mayor naturalidad en el tratamiento del cuerpo humano. Pericles encargó a Fidias la dirección de los trabajos del Partenón, así como varias esculturas de bulto redondo para la Acrópolis. Realizó varias esculturas exentas de la diosa Atenea, de las que sólo conocemos copias:
    • Atenea Prómacos, diosa de la guerra, con casco y lanza (15 m. de altura), realizada en bronce.
    • Atenea Lemnia, en bronce, en figura de doncella ateniense ataviada con un simple peplo.
    • Atenea Partenos. En ella se representa a Atenea en pie, victoriosa, dando una ligera impresión de movimiento. Sus atributos (escudo, lanza y casco coronado por esfinges y caballos alados).

    Los dos frontones donde aparecen representadas las Parcas son un ejemplo de adaptación al marco y de la técnica de paños mojados. También se destaca el friso exterior de la naos o cella y las metopas del exterior del templo.

    b) El Siglo IV a.C.

    La guerra del Peloponeso supuso el hundimiento político de Atenas. Los cambios sociales y políticos transformaron el sentimiento religioso y el pensamiento filosófico. Todo esto repercutió en el arte, que abordó los temas de modo distinto. La idealización, serenidad y equilibrio, constantes en el S. V a.C., dieron paso a la búsqueda de la naturalidad y al interés por mostrar los sentimientos y estados de ánimo de los retratados. Aparece en este momento el retrato de tipo realista en contraposición al idealizado del S. V a.C. Frente a la unidad estilística del siglo anterior, se da una mayor diversidad de escuelas. Los principales escultores de este período son Praxiteles, Scopas y Lisipo, cuyas obras más importantes vamos a analizar.

    • PRAXITELES: Ateniense. Modela sus figuras en mármol y bronce. Los dioses adoptan actitudes indolentes, describiendo suaves y curvas praxitelianas; expresión vaga y soñadora.
    • SCOPAS: Nació en la isla de Paros. Pertenece a la escuela de Atenas, como Praxiteles, del que fue contemporáneo, aunque tiene más capacidad que él para mostrar los sentimientos más exaltados como el amor, la sensualidad, la desesperación, la nostalgia, la inquietud, el deseo, en definitiva, lo que los griegos llamaban el Pathos. Sentía predilección por las expresiones patéticas, con bocas entreabiertas y angustiosas. La Ménade es su obra más conocida, una copia de algo más de medio metro que está en el Museo de Dresde.
    • LISIPO: Muestra clara influencia de Scopas y Praxiteles. Fue un extraordinario broncista y es el escultor preferido por Alejandro Magno. Aportó la elegancia y la flexibilidad en la representación de los atletas (era su tema preferido). Repitió el tipo del atleta maduro (ej. su Hércules Farnesio). Modificó el Canon adoptado por Policleto. Su obra más conocida es el Apoxiomenos.

    c) El Helenismo (Siglos IV-III a.C.)

    Las conquistas llevadas a cabo por Alejandro Magno y sus sucesores supusieron la difusión de la cultura griega. A fines del S. IV a.C., el arte griego, que había perseguido en sus obras equilibrio entre realidad y belleza ideal, comenzó a abandonar esos ideales. Otras características son:

    1. Orientalización (influencia del arte oriental).
    2. Sincretismo.
    3. Acentuación del movimiento, del patetismo y de la tensión.
    4. Predilección por los temas fantásticos.
    5. Introducción de escenas de la vida diaria.
    6. Se recrean en los defectos físicos.
    7. Dispersión de los centros escultóricos: Rodas, Tralles y Alejandría.

    Las obras más importantes son:

    1. La Victoria de Samotracia: Pertenece a la Escuela de Rodas. Formaba parte del mascarón de proa de un barco; está en el Museo del Louvre y es considerada una estatua conmemorativa.
    2. Friso oriental del Altar de Zeus en Pérgamo: Este altar está dedicado a Zeus y está decorado con grandes relieves de 230 m. Hay una fantástica combinación de hombres viejos y jóvenes, con influencia del estilo de Scopas.
    3. Laocoonte y sus hijos: La copia más conocida se encuentra en el Museo Vaticano. Es obra de Rodas (el original era un bronce del siglo III a.C.). Representa uno de los momentos más dramáticos de la mitología griega, cuando dos serpientes se enroscan al cuerpo de Laocoonte y sus hijos. Es el castigo que Poseidón manda a este sacerdote troyano por recelar del caballo de Troya que los griegos querían introducir en la ciudad. Es la máxima representación del barroquismo en la escultura griega y su influencia sobre el escultor renacentista Miguel Ángel.

    Estilo

    El viejo y el mar es una novela corta, escrita en tercera persona omnisciente. La narración es lineal; no obstante, en algunos momentos el relato se vuelve retrospectivo gracias al uso de la técnica del flashback. La novela no representa división alguna en partes o capítulos. El relato de la narración se intercalan frecuentes diálogos entre el viejo y el muchacho, conversaciones que el viejo mantiene consigo mismo, otras veces se trata de los diálogos que mantiene con el pez, con los tiburones o con el ave. El estilo es sencillo, muy directo y conciso, sin apenas alardes retóricos, con frases directas y cortas, muy precisas, y también las decisiones que aparecen en el texto no son muy abundantes.

    Introducción

    Con el realismo, se desarrolló en Europa un tipo de drama de escasa calidad; se trata de una comedia burguesa. Por otra parte, también existen varios dramaturgos que continúan cultivando un tema de trama postromántico en verso. De ahí que, a finales del siglo XIX, algunos autores se dediquen a apartarse de esta reproducción realista y minuciosa, para plantear un teatro cercano a los planteamientos estéticos del naturalismo, en el que se profundiza en la psicología de los personajes y, al tiempo, se realiza una crítica de la sociedad con una finalidad moralizadora. Entre estos, el dramaturgo destaca, el ruso Antón Chéjov, los escandinavos Henrik Ibsen y August Strindberg, y el irlandés Oscar Wilde. Son autores que anticipan la renovación total de la escena que tendrá lugar a principios del siglo XX.

    El Teatro Noruego: Henrik Ibsen

    El noruego Ibsen, en el siglo XIX, es el gran renovador con un teatro psicológico, conocido como “teatro de las ideas”. El tema preferido de Ibsen es el derecho del individuo a su plena realización personal, frente a las convenciones sociales y morales que coartan su libertad. Sus obras fueron consideradas escandalosas por cuestionar el modelo de familia y de moral en su época. Actualmente, sus obras tienen plena vigencia. La obra dramática de Ibsen puede dividirse en tres etapas: en la primera, escribe dramas románticos en verso. A partir de 1869, se inicia una segunda etapa, caracterizada por la crítica social; en estas obras, escritas en prosa, cuestiona los fundamentos de la sociedad burguesa, como por ejemplo en: Casa de muñecas, Espectros, Un enemigo del pueblo y El pato salvaje. Características: análisis de conflicto de índole moral, centrados en el enfrentamiento entre la verdad y la mentira y la hipocresía, como en El pato salvaje. Personajes con unos rasgos muy bien estudiados psicológicamente, especialmente lo femenino, como en Casa de muñecas. Gusto por el teatro clásico y respeto a la regla de las tres unidades. Mínima acción y tensión dramática creciente. Su obra más conocida es Casa de muñecas, denuncia de la situación de la mujer en el ámbito familiar y social. Nora se convirtió en el símbolo del feminismo y su autor en abanderado del mismo. Casa de muñecas se estrenó en Europa con una enorme polémica. En su tercera etapa, Ibsen cultiva un teatro de carácter simbólico, en el que sustituye la denuncia social por los temas de análisis de los conflictos individuales y existenciales.

    El Teatro Ruso: Antón Chéjov y Máximo Gorki

    En Rusia, el realismo dio un paso a un teatro psicológico, de la mano de Antón Chéjov, cuyo éxito es inseparable de la función del Teatro del Arte de Moscú. Allí se estrenó la primera obra de Chéjov. El tema principal de su producción dramática es la frustración derivada de la imposibilidad de ser humano por haber cumplido sus sueños y deseos. Junto a este tema aparecen la miseria y la angustia de vivir, como en La Gaviota y El jardín de los cerezos. En Tío Vania, varios personajes se enfrentan por la venta de una hacienda heredada, lo que sirve para reflejar la miseria de la vida humana. Máximo Gorki es un escritor ruso, muy conocido por sus cuentos y por alguna de las novelas de extensa como La confesión. De sus obras teatrales hay que destacar: Pequeños burgueses y Los bajos fondos.

    El Teatro Sueco: Strindberg

    Es un dramaturgo sueco que se inspira en el teatro de Ibsen. En una primera etapa, dentro del naturalismo y denuncia social, escribe obras en las que trata temas como la misoginia y la lucha entre sexos, como en La señora Julia, la relación amorosa entre su criado ambicioso y la señora Julia, hija de un conde que sufre una enfermedad mental. Posteriormente, evoluciona hacia un teatro más vanguardista y simbólico.

    El Teatro Inglés: Oscar Wilde

    Oscar Wilde, autor de la novela El retrato de Dorian Gray. Como dramaturgo, es autor de una comedia protagonizada por la nobleza, a la que criticó por su hipocresía. Sus obras están cargadas de intrigas y de humor; en ellas hace gala de un lenguaje elegante, refinado e irónico. La más conocida es La importancia de llamarse Ernesto, junto a otras comedias como Un marido ideal.

    El Teatro Europeo Moderno: Shakespeare y Molière

    El teatro de los siglos XVI y XVII. Durante la Edad Media, las representaciones teatrales habían tenido un carácter preferentemente religioso, pues estaban centradas en textos inspirados en asuntos religiosos. Durante el siglo XV, el teatro presentaba dos grandes tendencias. Por un lado, una tendencia popular, con espectáculos como las conocidas danzas de la muerte, algunas de cuyas muestras ya se encontraban en la Francia de finales del siglo XIV. En las danzas, un personaje alegórico, la muerte, invitaba a bailar a personas de diferente condición social, con la intención de ejemplificar el poder igualatorio de la muerte. Por otro lado, había una tendencia culta, representada por la llamada comedia humanística, inspirada en tragedias y comedias clásicas. A finales del siglo XVI, estas dos tendencias se funden en una sola. Es la época de los llamados teatros nacionales, así llamados porque cada uno de los países aporta al teatro las características propias de la época y de dicho país. Así, se puede hablar, entre otros, de un teatro inglés, un teatro francés y un teatro español, cuyos máximos representantes serían Shakespeare, Molière y Lope de Vega, respectivamente. De ese modo, el teatro se convierte en un verdadero espectáculo de masas en el que tienen cabida los temas que resultaban del interés y el agrado de los espectadores. Del mismo modo, se habilitan espacios adecuados para las representaciones, separando a las mujeres de los hombres, por cuestiones relativas a la moralidad, y se crean compañías de teatro estables. Ya en el siglo XVII, el teatro europeo evoluciona en direcciones opuestas:

    Un teatro más popular, de estilo barroco, en el que se rompe con la regla de las tres unidades: lugar, tiempo y acción, y mezcla la tragedia y la comedia. Los mejores ejemplos de este tipo de teatro lo ofrecen Inglaterra y España. Un teatro más culto, de estilo neoclásico, que se da en Francia, y en el que se respetan las tres unidades y no se mezclan tragedia y comedia.

    Además de estas dos grandes tendencias del teatro europeo, en Italia se desarrolla un tipo de teatro de marcado carácter popular, muy del agrado del público, que se conoce con el nombre de Comedia del Arte.

    La Comedia del Arte

    Se llama así a un tipo de teatro que triunfa en Italia durante los siglos XVI y XVII. Los rasgos más característicos de la Comedia del Arte son los siguientes:

    • Falta de diálogos escritos. Los actores disponían de unos breves esquemas, a modo de guión, que les permitían improvisar y adaptarse a las características del público que en cada momento asistía a las representaciones.
    • Uso de un lenguaje de marcado carácter coloquial, lo que daba a este teatro un tono más directo y popular.
    • El carácter dinámico de las representaciones permitía la presencia de enredos, raptos, golpes, peleas, carreras, etc., todo lo cual resultaba muy del agrado del público asistente.
    • Presencia de personajes arquetípicos, caracterizados por utilizar unos rasgos concretos, tanto en su comportamiento y lenguaje como en el vestuario y el maquillaje.

    Este tipo de personajes se pueden clasificar en tres grandes grupos: Los criados, Los amos, Los enamorados.

    El Teatro Inglés: Shakespeare

    William Shakespeare (1564-1616) es considerado el iniciador del teatro inglés moderno, coincidiendo con el llamado periodo isabelino, que toma su nombre del reinado de Isabel I de Inglaterra. Además, Shakespeare es una de las más grandes figuras de la literatura universal. En 1589 escribió su primera obra dramática, Pericles, y un año más tarde comienza la trilogía Enrique VI. En 1607, el rey le encomendó la dirección del teatro Black-Friars. En la época de Shakespeare, Inglaterra experimenta una gran transformación política, económica, social, ideológica y religiosa, en gran parte debida al enfrentamiento entre el catolicismo y el protestantismo. Por lo que al teatro se refiere, será a finales del siglo XVI cuando se consolida un teatro de marcado carácter popular. Las representaciones teatrales comenzaban en las primeras horas de la tarde y se prolongaban hasta el anochecer. En cuanto a las características del teatro shakespeariano, podemos señalar las siguientes:

    • En sus obras, Shakespeare mantiene los cinco actos del teatro clásico.
    • Suele mezclar la prosa y el verso, con lo que consigue fusionar lo dramático y lo lírico. Además, en cuanto al verso, emplea la polimetría y también el verso blanco.
    • Mezcla elementos cómicos y elementos trágicos.
    • Rompe con la regla de las tres unidades.
    • Cuidado del estilo y logra una gran perfección técnica.
    • Otro rasgo muy propio de su teatro es la creación de caracteres, presentando unos personajes dotados de gran humanidad, en los que se aprecia un estudio psicológico de las pasiones y emociones más características del ser humano.

    En la actualidad, se conservan treinta y siete obras teatrales de Shakespeare, cuya clasificación más conocida es la siguiente:

    • Dramas históricos.
    • Comedias.
    • Tragedias.

    El Teatro Francés

    En Francia, el teatro se desarrolló de forma más tardía.

    La Tragedia: Corneille y Racine

    El género más cultivado en el teatro francés fue la tragedia, siguiendo las normas de quien es considerado su iniciador: Pierre Corneille (1606-1684), autor de importantes tragedias en las que se unen el gusto por los temas históricos y el estudio de la personalidad psicológica de sus protagonistas. De otro lado, la Academia Francesa –institución fundada en 1634, con la intención de velar por el correcto uso de la lengua francesa y favorecer las creaciones literarias– estableció las normas del buen gusto, entre las cuales se hallaba el respeto a las reglas clásicas. En sus obras se pueden destacar las siguientes características:

    • Predominio de los argumentos, temas pertenecientes a la historia y la literatura española.
    • Personajes dotados de un fuerte carácter.
    • Sus protagonistas suelen estar marcados por el influjo de su destino.
    • Respeto a las reglas clásicas.
    • Gran perfección técnica.

    Pero, sin duda, el esplendor de la tragedia francesa se debe a Jean Racine. Como características propias de su teatro podemos señalar las siguientes:

    • Protagonistas con un carácter débil.
    • Acción casi inexistente.
    • Creación de grandes personajes femeninos.
    • Escenografía muy sencilla.
    • Intenso lirismo de sus obras.
    • Lenguaje y estilo sobrio.

    La Comedia: Molière

    Jean Baptiste Poquelin (1622-1673), conocido con el pseudónimo de Molière, es el creador de la comedia francesa. En su teatro se unen los temas procedentes del teatro grecolatino. Molière fue autor de farsas y comedias en las que muestra sus grandes dotes para la comicidad y para la sátira de los vicios de su época. De ahí que gran parte de los temas desarrollados estén relacionados con la educación, la familia, la situación de las mujeres y, fundamentalmente, la hipocresía de los seres humanos. Su teatro se caracteriza, entre otros aspectos, por la finalidad didáctica y moralizante de sus obras. Tal es el caso de algunas de sus más conocidas obras: Las preciosas ridículas, El misántropo, El médico a palos, El burgués gentilhombre, El avaro, El enfermo imaginario.

    El Teatro Español

    En España, durante el siglo XVI, merecen destacarse los intentos frustrados de Cervantes. Será en el siglo XVII cuando el teatro español alcance un esplendor inigualable, coincidiendo con el llamado Siglo de Oro.

    Tirso de Molina

    Uno de los más prestigiosos seguidores del teatro de Lope es el fraile Gabriel Téllez (1580-1648), conocido con el pseudónimo de Tirso de Molina. En sus obras es frecuente la crítica de la nobleza. Otras conocidas obras suyas son El condenado por desconfiado, El vergonzoso en palacio, Don Gil de las calzas verdes y, sobre todo, El burlador de Sevilla y convidado de piedra. En esta última, Tirso de Molina reúne dos leyendas populares: la del burlador de mujeres y la del hombre que invita a cenar a una calavera. En su teatro destaca el empleo del humor, muchas veces logrado gracias a los juegos de palabras y al lenguaje de estilo culterano. Igualmente, hay que destacar la creación de unos personajes que acaban convirtiéndose en símbolos de una determinada actitud.

    Hamlet

    La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca (título original en inglés: The Tragedy of Hamlet, Prince of Denmark), o simplemente Hamlet, es una tragedia del dramaturgo inglés William Shakespeare. Su autor probablemente basó su Hamlet en dos fuentes: la leyenda de Amleth y una perdida obra isabelina conocida hoy como Ur-Hamlet o Hamlet original (hecho que se deduce de otros textos). El año concreto en que fue escrita sigue aún en disputa, cuestión que se complica porque se han conservado a la época actual tres versiones tempranas de la obra. Hamlet es la pieza más larga de Shakespeare y una de las tragedias más potentes e influyentes de la literatura inglesa.

    Trama

    La obra transcurre en Dinamarca y trata de los acontecimientos posteriores al asesinato del Rey Hamlet (padre del príncipe Hamlet), a manos de Claudio (hermano del rey). El fantasma del rey pide a su hijo que se vengue de su asesino. La obra discurre vívidamente alrededor de la locura (tanto real como fingida) y de la transformación del profundo dolor en desmesurada ira. Además de explorar temas como la traición, la venganza, el incesto y la corrupción moral.

    Fausto (Goethe)

    Fausto, de Johann Wolfgang von Goethe, es una obra trágica enteramente dialogada, concebida más para ser leída que para ser representada (al estilo de La Celestina). Fue publicada en dos partes: Faust: der Tragödie erster Teil (Fausto: Primera parte de la tragedia) y Faust: der Tragödie zweiter Teil (Fausto: Segunda parte de la tragedia). Se trata de la obra más famosa de Goethe y está considerada como una de las grandes obras de la literatura universal. La Primera parte fue en principio terminada por Goethe en 1806. Su publicación en 1808 fue seguida de una edición revisada en 1828–1829, que sería la última editada por el propio autor. Previamente, había aparecido una versión parcial en 1790 titulada Fausto, un fragmento. Las primeras versiones de la obra, conocidas como el Urfaust, fueron elaboradas entre 1772 y 1775; sin embargo, los detalles de esa elaboración no están enteramente claros. Goethe terminó de escribir la Segunda parte de Fausto en 1832, el año de su muerte. A diferencia de la Primera parte, el foco de la acción ya no está centrado en el alma de Fausto, que ha sido vendida al diablo, sino más bien en fenómenos sociales como la psicología, la historia y la política. La segunda parte constituyó la principal ocupación de Goethe en sus últimos años y apareció solo póstumamente en 1832.

    Madame Bovary

    Madame Bovary es una novela escrita por Gustave Flaubert. Se publicó por entregas en La Revue de Paris desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de diciembre del mismo año; en forma de libro, en 1857.

    Argumento

    Carlos Bovary, a sus 15 años, comenzó sus estudios de primaria en el colegio de Ruán. Éste, que era hijo de Carlos Denis Bartolomé Bovary y de la señora Bovary, terminó la secundaria y estudió (con algunas interrupciones) medicina. Con el propósito de ejercer su profesión, se trasladó a Tostes, donde, por influencia de su madre, se casó con Eloísa Dubuc, viuda de un escribano de Dieppe, de 45 años, una mujer dominante, manipuladora y celosa, la cual murió luego de 14 meses de fracasado matrimonio. Tras la muerte de su esposa, contrajo nupcias con Emma Rouault, de origen campesino, hija de monsieur Teodoro Rouault y la señora Rouault (fallecida); se instalan en la casa de Carlos durante algún tiempo, pero, debido a quebrantos de salud de Emma, se trasladan a Yonville, en la región de Normandía. Emma (Madame Bovary), sumida en su mundo de ilusiones, se percata de que se equivocó al haberse casado con Carlos, a quien paulatinamente le iba perdiendo el amor, por cuanto no llenaba sus expectativas y no encontraba con éste la tan anhelada y esquiva felicidad. Luego de conocer y establecer una amistad con el joven León Dupuis, pasante del notario de Yonville, se involucran en un idilio platónico, que ninguno de los dos fue capaz de confesarse. Emma se enamora en silencio de León, con quien se divierte en paseos, charlas sobre literatura y lecturas que éste le hacía, así como las poesías que le declama; León también se enamora en silencio de los encantos de Emma. Tras la partida de León a terminar sus estudios de derecho en París, Emma queda destrozada y sumida en un profundo abatimiento. Luego de su trágica muerte, Carlos se entera de las infidelidades de su esposa Emma, a quien amó y comprendió profundamente durante su existencia, a pesar de sus desprecios, mentiras y engaños. Resignado a su destino, debió responder por las deudas de Emma, muriendo tiempo después, producto de la tristeza que le produjo la muerte y los engaños de su adorada Emma.

    Tartufo o el Impostor

    Tartufo ou l’Imposteur es una comedia en cinco actos escrita en versos alejandrinos por Molière y estrenada el 12 de mayo de 1664.

    Argumento

    Orgón es un personaje bastante importante que ha caído bajo la influencia de Tartufo (Tartuffe es el nombre dado a la trufa u hongo escondido bajo tierra), un hipócrita beaturrón, que además es bastante torpe. De hecho, los únicos que no se han dado cuenta de la verdadera naturaleza de Tartufo son Orgón y Madame Pernelle. El mediocre y ladino Tartufo exagera la devoción y ha llegado a ser el director espiritual de Orgón. Este aventurero está tratando, además, de casarse con la hija de su benefactor, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de éste, Elmira, mucho más joven que su marido. Una vez desenmascarado, tratará de aprovecharse de unas donaciones (firmadas) que Orgón le ha transmitido para tratar de echar a éste de su propia casa. Va incluso ante el rey, pero éste, recordando los antiguos servicios que Orgón le prestó, anula dichos papeles y hace que Tartufo sea detenido.

    Características de la Novela Realista

    Los principales rasgos de la novela realista son los siguientes:

    • Las obras tienen una historia verosímil, es decir, tratan temas relacionados con la realidad contemporánea y reflejan situaciones de la vida cotidiana.
    • Desaparecen los hechos maravillosos y las aventuras insólitas, así como los lugares remotos (su lugar es ocupado por el taller, la oficina, las casas, los bares…).
    • La vida real se convierte en objeto estético.
    • Las descripciones son minuciosas; en muchas obras predomina la descripción sobre la narración.
    • El lenguaje que utilizan es sobrio y preciso.
    • Como las novelas están destinadas a un público burgués, los protagonistas van a ser personajes de la clase media.
    • Se va a describir minuciosamente el entorno de estos personajes y se va explicando su personalidad, a través de la descripción de sus rasgos físicos, psíquicos y morales.
    • Se van a utilizar nuevas formas narrativas, como el monólogo interior y la narración en estilo indirecto libre.
    • El escritor realista pretende criticar los aspectos negativos de la sociedad con un afán renovador. Según sea la ideología del escritor, vamos a tener dos visiones distintas: los conservadores defienden una vuelta a los valores tradicionales (idealizan la vida rural), mientras que los progresistas ven en esos valores las causas del atraso de la sociedad (prefieren la vida urbana).
    • Los hechos transcurren de forma lineal en el tiempo, con pocas referencias al pasado de los personajes.

    El Realismo en España

    La tradicional inclinación española por el realismo (las novelas picarescas o cervantinas) hizo que fueran referentes para autores como Galdós o Pardo Bazán. Nuestros escritores realistas van a buscar la inspiración en la vida y las tierras de España, por eso van a situar sus obras en ambientes conocidos por ellos. Así, Valera sitúa sus obras en ambientes andaluces; Pereda, en el mar y en la montaña de Santander; Clarín, en tierras asturianas; y Galdós será el retratista de la vida madrileña.

    El Naturalismo

    Al principio se usó como sinónimo del Realismo, pero luego se especializó para llamar a una corriente que llevó a la exageración los principios de la literatura realista. Asumía todos los planteamientos realistas y los llevaba más allá. Las bases del Naturalismo fueron expuestas por Emilio Zola en 1870. Para él, era una estética literaria y una concepción del mundo y del ser humano.

    El Naturalismo en España

    Se desarrolla a partir de 1880. Autores realistas como Galdós, Pardo Bazán o Clarín utilizan técnicas naturalistas en la descripción de ambientes y personajes miserables, en la influencia de la herencia y el medio sobre el individuo. Se rechaza el naturalismo extremo, ya que se oponía a la doctrina católica, y se acentúa el análisis psicológico de los personajes, ya que los autores españoles pensaban que el hombre puede superar todo tipo de dificultades. Incluso Pardo Bazán, que fue la más ferviente defensora del Naturalismo, pensaba que el hombre es libre para obrar correcta o incorrectamente, y que su herencia biológica y su ambiente social no condicionan su comportamiento.

    Los principales autores y obras naturalistas son las siguientes:

    • Los pazos de Ulloa (1886) de Emilia Pardo Bazán.
    • Cañas y barro (1902) de Vicente Blasco Ibáñez. En sus novelas regionales refleja el mundo rural valenciano. Construye un espacio rural donde las pasiones se desencadenan libremente. Es la novela más naturalista de Blasco Ibáñez, sobre todo centrada en los cuadros costumbristas y en la descripción de los instintos primarios de los personajes.

    La Revolución Romántica en Teatro, Poesía y Novela

    El Romanticismo es un movimiento cultural, ideológico y social, artístico y, por supuesto, literario que alcanza su esplendor en Europa en la primera mitad del siglo XIX, aunque como tal movimiento se origina en el Sturm und Drang alemán del siglo XVIII. Su carácter revolucionario es incuestionable. Supone una ruptura con una tradición, con un orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales en nombre de una libertad auténtica. Se proyecta en todas las artes y constituye la esencia de la modernidad. El Romanticismo supuso una regeneración o reconstrucción frente a la decadencia estética del Neoclasicismo. Pero el Romanticismo va más allá, puesto que no solo supuso la irrupción de la modernidad a principios del siglo XIX, sino la creación de la esencia de lo moderno tal como se entiende hoy día, ya que legitimó la libertad de la forma artística, concibió al hombre como una unidad en el seno de una unidad superior, y le hizo aspirar al infinito mediante la reconciliación de su mundo interior con el mundo exterior. Todo el arte actual deriva en cierto modo de la revolución que supuso el Romanticismo.

    Poesía Romántica

    El romanticismo se caracteriza por la libertad artística. La Revolución Francesa (1789) sienta las bases de este movimiento con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. A ello se añade el predominio del espíritu sobre la razón que defiende la filosofía idealista alemana de los siglos XVIII y XIX. El Romanticismo se caracteriza por aspectos como la libertad artística, el rechazo de toda norma, la rebeldía, la evasión en el tiempo y en el espacio, el individualismo y subjetivismo, la presencia de una naturaleza que refleja los sentimientos del poeta, la presencia de lo sobrenatural o la exaltación de los valores nacionales.

    Poesía Romántica Alemana

    La poesía romántica alemana había tenido el precedente de los autores del “Sturm und Drang”. Este movimiento destacaba la superioridad de los sentimientos y las emociones sobre la razón. En la poesía romántica alemana destacan los siguientes autores:

    • Hölderlin (1770-1843).
    • Novalis (1772-1801).

    Poesía Romántica Inglesa

    La poesía romántica inglesa tiene algunos precedentes como Young y Blake. En ella encontramos, por una parte, a los llamados Poetas de los lagos y, por otro, a los llamados rebeldes o satánicos. Los poetas más importantes en este grupo son Lord Byron, quien crea personajes marginados y rebeldes, que se preocupan solo por sus necesidades personales. Destaca su poema Caín, en la que la historia bíblica se convierte en un reflejo de la rebelión romántica contra la injusticia divina por elegir a Abel y no a Caín, contra la divinidad que ha creado al género humano para que pague la culpa de sus primeros progenitores. Otro poeta destacado es Percy B. Shelley, que compuso Adonais, una elegía por la muerte de Keats en la que hay una aceptación serena de la muerte. Esta siempre será derrotada por la inmortalidad del espíritu humano. También escribió el drama Prometeo liberado, que cuenta la historia de la liberación de Prometeo como rechazo de cualquier forma de tiranía. Por último, podemos destacar a Keats y su Oda a una urna griega, que trata sobre el poder inmortalizador de la belleza en las producciones artísticas de los antiguos griegos.

    Poesía Romántica Francesa

    En ella destaca Víctor Hugo con sus Odas y baladas, que contienen una evocación de la infancia y episodios históricos, y Las contemplaciones, donde expresa el dolor que le han causado el destierro y la muerte de su hija.

    Novela Histórica

    La novela romántica es esencialmente histórica, está ambientada en el pasado, normalmente en la Edad Media. Esta ambientación es un reflejo del nacionalismo romántico porque se considera a la Edad Media la época de gestación de las naciones europeas. Entre los autores más relevantes de esta novela se encuentra en primer lugar Walter Scott, cuyos personajes son planos, con una personalidad que no es analizada con profundidad. Scott escribió Ivanhoe, que presenta el conflicto entre normandos y sajones por el trono de Inglaterra en el siglo XII. En esta obra, el protagonista es el joven valeroso sajón Ivanhoe, que se enfrenta al cruel Juan Sin Tierra, rey que había usurpado el trono a Ricardo Corazón de León. Otro de los autores más relevantes es Alexandre Dumas, quien escribió Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo. Por otra parte, entre las novelas de Víctor Hugo destacan Nuestra señora de París, que cuenta los amores desgraciados de Cuasimodo (campanero jorobado de la catedral de Notre Dame) y la gitana Esmeralda, a la que ha raptado. Hugo compuso también Los miserables, que trata de la historia de un hombre (Jean Valjean) que, después de pasar muchos años en prisión, intenta iniciar una nueva vida. Dentro de esta novela histórica, debemos hablar también del ruso Pushkin con La hija del capitán (novela histórico-legendaria cuya protagonista es una mujer) y al italiano Manzoni con Los novios. Fuera de la novela histórica, podemos destacar también la novela sentimental Orgullo y prejuicio de Jane Austen y la novela gótica Frankenstein de Mary Shelley.