El Surgimiento del Mercado del Libro en Atenas
Los libros antiguos, como el libro de Anaxágoras Sobre la naturaleza, podían comprarse a bajo precio. Éupolis, el gran maestro de la comedia clásica, se refiere incluso, en un fragmento citado por Pólux, a un mercado del libro 50 años antes. Ahora bien, ¿cuándo pudo haber surgido semejante mercado y cómo pudo haber surgido? Está claro: sólo una vez que Pisístrato encargó la transcripción de las obras de Homero.
La Transcripción de Homero y su Impacto
Poco a poco fui comprendiendo todo el significado de este acontecimiento: empezó a desplegarse la imagen ante mí. Antes de realizarse la transcripción de Homero, había libros, pero no libros populares en venta libre en el mercado. Aun donde existían, los libros eran una gran rareza, y no se producían ni se distribuían, sino que (al igual que el libro escrito por Heráclito) se guardaban en un lugar sagrado, bajo la vigilancia de los sacerdotes. Pero sabemos que en Atenas, Homero se popularizó rápidamente: todo el mundo leía a Homero, la mayoría lo sabían de memoria, o al menos sabían de memoria muchos de sus pasajes. Homero fue nada menos que el primer entretenimiento público. Y esto sucedió principalmente en Atenas, según podemos saber una vez más por Platón, quien en su República se queja de este peligroso entretenimiento, mientras que en Leyes satiriza a Esparta y Creta por su falta de interés literario: en Esparta, el nombre de Homero simplemente se conocía; y afirma que en Creta apenas se había oído hablar de él.
La Comercialización de Libros en Atenas
El gran éxito de Homero en Atenas dio lugar a algo como la comercialización de libros: sabemos que se dictaban libros a grupos de esclavos que sabían leer y escribir, quienes los ponían por escrito sobre papiro; estas hojas se reunían en rollos o «libros», y se vendían en el mercado en un lugar denominado la «Orquesta».
El Papel de Pisístrato en la Difusión de la Literatura
¿Cómo empezó todo esto? La hipótesis más sencilla es que el propio Pisístrato, un hombre acaudalado, no sólo hizo editar a Homero, sino que costeó su reproducción y distribución. Por una extraña coincidencia, hace seis años tropecé con un estudio según el cual la primera gran exportación de papiro de Egipto a Atenas comenzó en los años del gobierno de Pisístrato en Atenas.
Como Pisístrato se había interesado por organizar recitales públicos de Homero, es muy posible que comenzase a distribuir los libros recién editados; y su popularidad dio lugar a la aparición de otros editores.
La Evolución del Mercado del Libro y la Publicación
Vinieron entonces las recopilaciones de poemas escritos por otros poetas y las tragedias y comedias. Ninguna de éstas se había escrito deliberadamente para su publicación; pero tan pronto como la publicación se convirtió en práctica establecida, en Atenas aparecieron muchos libros escritos con esa finalidad, estableciéndose el mercado del libro (biblionia) en el Ágora. Opino que el primer libro deliberadamente escrito para publicar fue la gran obra de Anaxágoras Sobre la naturaleza. Al parecer, la obra de Anaximandro nunca llegó a publicarse, aunque puede que el Liceo tuviese un ejemplar -quizás un resumen- y que más tarde Apolodoro encontró una copia -quizá la misma- en una biblioteca de Atenas. Sugiero, pues, que la publicación de las obras de Homero fue la primera publicación de la historia, de hecho, la invención de la publicación, al menos en la región mediterránea. Esto no sólo convirtió a la obra de Homero en la biblia (biblion) de Atenas; hizo además, de sus libros, el primer instrumento de educación, el primer manual, el primer libro de lectura, la primera novela. La obra de Homero enseñó a leer y a escribir a los atenienses.
El Impacto de la Alfabetización en la Democracia Ateniense
Esto fue muy importante para el logro de la revolución democrática ateniense -la expulsión de Atenas del hijo de Pisístrato, y la redacción de una Constitución- según puede verse a partir de una de las instituciones características de la democracia, establecida unos 50 años después de esta primera publicación. Me refiero a la institución del ostracismo. Pues, por una parte, esta institución suponía calladamente que el ciudadano podía escribir -en un trozo de una vasija de barro- el nombre del ciudadano al que consideraba peligrosamente popular o notable por alguna otra razón. Éstos eran los ciudadanos que, según los atenienses, podían crear una tiranía. Por otra parte, la institución del ostracismo muestra que los atenienses, al menos durante el primer siglo después de la expulsión del tirano Hipias, consideraron que el problema central de su democracia era evitar una tiranía.
El Ostracismo como Herramienta Democrática
Esta idea se impone con claridad cuando tenemos presente que la institución del ostracismo no consideraba el destierro como un castigo. Al ser desterrado, un ciudadano conservaba inmaculado su honor, conservaba sus propiedades y todos sus derechos a excepción del derecho a residir en la ciudad. Perdía este derecho, primero por diez años y más tarde por cinco, aunque podía recuperarlo. En cierto sentido, el ostracismo era un tributo, pues reconocía que un ciudadano era notable; y algunos de la siguiente: en una democracia nadie es insustituible y por mucho que admiremos el liderazgo, hemos de ser capaces de hacerlo sin ningún líder particular; de lo contrario, puede convertirse en nuestro amo, y la principal tarea de la democracia consiste en evitarlo. Hay que señalar que el ostracismo no tuvo una dilatada vida.