La Literatura Hebrea
La literatura hebrea:
La Biblia es el libro fundamental de la cultura occidental, conteniendo su núcleo moral, sensibilidad, visión del mundo y concepción de la vida. Está escrita principalmente en hebreo, aunque también incluye fragmentos en arameo. El Nuevo Testamento, por otro lado, nos ha llegado completamente en griego. La palabra biblia proviene del latín eclesiástico, derivado del griego ‘biblia’ que significa ‘libros’. Por lo tanto, ‘biblia’ se define como el libro de los libros sagrados de las religiones judía y cristiana. El Antiguo Testamento comprende los libros que narran la alianza de Dios con el pueblo de Israel, mientras que el Nuevo Testamento trata de la alianza establecida por Jesús con la humanidad. Algunos libros importantes de la Biblia son:
Génesis: Explica el origen del mundo y la creación de un pueblo en solo siete días. Dios crea al hombre (Adán) y lo sitúa en un lugar privilegiado hasta que este prueba el fruto del árbol del bien y del mal, siendo castigado a soportar el dolor de la muerte y el alejamiento de Dios. Esto puede interpretarse como el dolor de la humanidad al conocer el valor del bien y del mal como producto de su emancipación y su sentido de libertad.
Cantar de los Cantares: Un libro poético lleno de sensualidad que influirá poderosamente en la literatura mística cristiana. Narra la belleza y el amor de una pareja joven en un ambiente de boda, visto como una metáfora del amor de Dios hacia su pueblo, una muestra de fidelidad entre Dios e Israel, o, en un sentido más profundo, como la grandeza del amor humano visto como obra de Dios.
La Literatura Griega
La literatura griega consta de cuatro etapas bien diferenciadas:
Periodo Jónico-Dórico (Mar Jónico): Se inició en el siglo IX a.C. y se extendió hasta el comienzo del siglo IV a.C. Los textos más antiguos que conservamos son la Ilíada y la Odisea, de Homero. El amplio eco de las obras homéricas construyó la base de las epopeyas cantadas por aedos, recitadores profesionales que viajaban por toda Grecia. Las epopeyas (narraciones) tenían dos grandes temas: Troya y Tebas. Con este precedente de la novela se desarrollaron otros géneros. Hesíodo abrió paso a la poesía didáctica, mientras irrumpieron las diferentes variedades de la lírica, entre las que destacamos:
- La pasión amorosa cantada por la escuela de Lesbos (Safo).
- El epigrama (Simónides de Ceos).
- El iambe (Arquíloco).
- La elegía (Teognis).
Las primeras obras en prosa datan de finales del siglo VI a.C. y están unidas al inicio del pensamiento filosófico de autores como Heráclito o Anaximandro.
Periodo Ático (clásico):
- Estallido del teatro.
- La tragedia se convirtió en el género por excelencia y alcanzó su mayor esplendor gracias a las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides.
- La comedia alcanzó su punto máximo con Aristófanes.
Período Helenístico.
Periodo Romano y Bizantino.
El Mito y las Musas
El mito es una de las aportaciones más importantes de la literatura grecolásica, un conjunto de relatos que nos hablan de dioses, héroes y humanos protagonistas de aventuras y epopeyas.
Las musas tienen como función expresar en forma mitológica las ideas de aquella época (9): comedia, tragedia, astronomía, elegía, lírica, epopeya, música, danza e historia.
La tragedia griega pertenece a Atenas, donde se desarrolló de manera intensa en el siglo V a.C.
Autores más representativos: Esquilo, Sófocles y Eurípides.
La Literatura Latina
La literatura Latina.
Formación de la literatura grecolatina: Alrededor del siglo III a.C. encontramos la creación de una literatura en latín a imitación de la griega. La conquista de la Magna Grecia provocó un contacto directo con las formas culturales y literarias griegas, incluyendo la adaptación métrica. Después, fueron apareciendo los diferentes géneros. A mediados del siglo II a.C. nació la sátira y la prosa.
El clasicismo y la literatura augustal: Durante el siglo I a.C., la literatura latina llegó a su esplendor, gracias al favorecimiento del cultivo literario durante la época del emperador Augusto y la protección de las artes que llevaron a cabo nobles. Autores destacados: Horacio, Virgilio y Ovidio.
El Clasicismo Latino y Renacentista
El clasicismo latino es representado por Horacio, Virgilio y Ovidio. La fusión que llevaron a cabo de numerosos aspectos de la literatura griega con su propia obra generó tópicos y lugares comunes que cristalizaron en la literatura posterior.
El clasicismo renacentista recuperó y desarrolló temas como el carpe diem (aprovecha el día), Ubi sunt (¿dónde están?), Beatus ille (feliz aquel que…) y locus amoenus (lugar agradable).
Autores Latinos Destacados
Virgilio: Autor vinculado a Nápoles, ciudad que se convirtió en su segunda patria. Le gustaba la soledad y la vida rural, aspectos que encontramos en su obra con un elogio de la vida retirada. Escribió con un estilo alejandrino post-catuliano y fue influido por los griegos y los latinos.
Horacio: Hijo de un esclavo emancipado, recibió una sólida educación humanística en Roma y Grecia. A pesar de la protección imperial, se mantuvo independiente. Poeta de una gran agudeza psicológica, guardó un equilibrio entre la sociedad y la soledad, la vida rural y la vida urbana. En su obra desarrolló todos los temas posibles, pero destaca el lirismo. Su obra está formada por sátiras, epodos, odas y epístolas.
Ovidio: Poeta refinado y observador. Escribió poesía amatoria y erótica, y dos obras capitales.
Influencia Italiana
El dolce stil novo: Es como se denominaba en el siglo XIX a los poetas italianos de la segunda mitad del siglo XIII.
Dante Alighieri: Poeta italiano. Su obra maestra es la Divina Comedia, una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las obras importantes de la literatura universal.
Francesco Petrarca: Lírico y humanista italiano.
Giovanni Boccaccio: Escritor y humanista italiano. Es uno de los padres, junto con Dante y Petrarca, de la literatura italiana. Compuso también varias obras en latín. Lo recordamos sobre todo como autor del Decamerón.