Teatro Isabelino
El teatro isabelino (1558-1625) es una denominación que se refiere a las obras dramáticas escritas e interpretadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra (1533-1603), y se asocia tradicionalmente a la figura de William Shakespeare (1564-1616). Shakespeare le dedica a Jacobo I algunas de sus obras principales, escritas para celebrar el ascenso al trono del soberano, como Otelo (1604). El período isabelino no coincide cronológicamente en su totalidad con el Renacimiento Europeo. Los actores solían improvisar y procedían de los oficios que se suponía más afines con su papel: los carpinteros interpretaban a Noé durante la construcción de su barco. Pese a su inspiración religiosa, las composiciones a menudo se hallaban impregnadas de un significativo acento anticlerical. Tenían un propósito moral y religioso. Cabe señalar que el desenvolvimiento medieval del teatro que se ha conservado parece circunscripto de manera estricta a temas bíblicos y a fábulas moralizadoras, con exclusión casi absoluta del clima romántico que generalmente circunda los milagros de santos. La naturaleza de estas representaciones e inclusive el significado exacto de la denominación que las agrupa han motivado extensos debates eruditos, pues aparentemente esta especie dramática admitía desde los procedimientos alegóricos de la moralidad hasta la comicidad realista de la farsa.
Autores y Obras Clásicas
- Homero – Ilíada y Odisea – Épica – Griego
- Esquilo – Prometeo y Suplicantes – Tragedia
- Sófocles – Edipo, Antígona, Electra
- Eurípides – Medea y Orestes
- Aristófanes – Las ranas, Las nubes – Comedia
- Safo de Lesbos – Poemas – Lírica
- Anacreonte – Anacreóntica
- Píndaro – Odas
- Virgilio – Eneida – Épica – Latín
- Horacio – Odas – Lírica
- Ovidio – Metamorfosis – Mitología
- Marcial – Epigramas – Sátira
- Plauto – Anfitrión – Comedia
- Terencio – La suegra
Literatura Medieval
- Anónimo (Francia) – Chanson de Roland – Épico
- Anónimo (Alemania) – Cantar de los Nibelungos – Épico
- Anónimo (Inglaterra) – Beowulf – Épico
- Chaucer (Inglaterra) – Cuentos de Canterbury – Narrativa
- Boccaccio (Italia) – El Decamerón – Narrativa
- Anónimo (Oriente) – Las mil y una noches – Narrativa
- Dante – La Divina Comedia – Narrativa
- Anónimo (Bretaña) – Ciclo Artúrico – Épica
La Tragedia Griega
Los tres dramaturgos más importantes de la tragedia griega fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides. La razón de sus diferencias reside principalmente en la época en la que existieron, además de, evidentemente, en la visión que cada uno de ellos tenía del teatro.
Esquilo
Esquilo (obras optimistas marcadas por un sentimiento de unidad, final feliz, creador del género trágico, 80 tragedias, Las suplicantes) – Prometeo encadenado: presenta una composición tardía, por lo que puede referirse su redacción a la última estancia del poeta en Sicilia, poco antes de su muerte. Se ha llegado a discutir mucho acerca de la paternidad esquiliana de la obra; sin embargo, su autoría se le atribuye a Esquilo como la casi segura primera parte de una trilogía a la que también pertenecen Prometeo liberado y Prometeo portador del fuego.
Sófocles
Sófocles (496-406 a.C.) (Sus obras poseen un carácter religioso en el que adquieren especial relevancia las consecuencias en las que derivan las acciones humanas, escritor y actor, Triptolemo, empleó diferentes recursos estilísticos, como las formas: Edipo Rey y Antígona, Electra -> aún se representa ahora)
Eurípides
Eurípides (se mantuvo al margen, 50 años escribiendo tragedias, Aristófanes lo menciona en Las ranas, 92 obras, cree en la razón como el mejor método para enfrentarse a los conflictos de la vida, personajes se encuentran abocados a un conflicto insuperable, por eso recurre al personaje divino)
Clásicos Latinos
Virgilio
Virgilio (se dio a conocer después de su clásico Cicerón, gran pensador, defendió ideas estéticas exigentes en lo técnico, El reino de Saturno)
Las Metamorfosis es la obra principal del autor latino Ovidio. Está compuesta por 15 libros. Un ejemplo es Apolo y Dafne.
Aristófanes
Aristófanes (pocos datos del dramaturgo, 35 obras, Las ranas, Las nubes, Pluto)
La Narrativa en la Edad Media
La narrativa en la Edad Media tiene su más importante expresión en las novelas de caballería. Este género narrativo, escrito en verso, aúna elementos heredados de la poesía épica y elementos propios de la lírica trovadoresca.
Entre los siglos XII y XIII, cuando la épica empieza a ser sustituida por la lírica provenzal, la materia caballeresca pervive bajo forma novelística. A diferencia de los cantares de gesta, el nuevo género es de mayor complejidad narrativa y de autor conocido y culto, y está destinado a la lectura. Las novelas, además, sustituyen el verso largo de la épica por otro algo más breve (normalmente el verso octosílabo).
Las novelas recrean las aventuras extraordinarias que acontecen al caballero, siempre en defensa del débil y en lucha con gigantes y monstruos, dentro de un marco geográfico fantástico.
Además, el amor ocupa un lugar destacado bajo el evidente influjo del amor cortés trovadoresco. Los caballeros de las novelas ya no combaten para servir a su rey o por la religión, sino que tratan de conquistar el amor de sus damas.
El primer paso corresponde a Chrétien de Troyes, en la segunda mitad del siglo XII, considerado uno de los fundadores de la novela moderna. Sus breves obras (todavía en octosílabos) Erec y Enid, Lanzarote o El caballero de la carreta y Perceval o El cuento del Grial, consagran a la corte del rey Arturo y a los caballeros de la Mesa Redonda y su búsqueda del Santo Grial como modelo definitivo de la caballería.
Paulatinamente se abandona el verso y se adopta la prosa, que hasta entonces se utilizaba solamente para la historiografía o los libros científicos.
Otras obras destacadas en la narrativa medieval son:
- Roman de Renart (siglos XII-XIII): conjunto de poemas en francés que parodian la épica y la novela cortés; están ambientados en una sociedad animal que imita la humana, y protagonizados por Renart, el zorro.
- Roman de la Rose: extenso poema en francés de más de veinte mil versos, de gran éxito en los siglos XIV y XV.