Platón y la República: Reflexiones sobre la Justicia y la Democracia en la Atenas Clásica

Contexto Histórico-Cultural de la República de Platón

El texto que vamos a comentar pertenece a la obra platónica “La República”, diálogo platónico de madurez cuyo tema fundamental es la Justicia. Platón (427-347 a.d.C.) nace en Atenas en el seno de una familia aristocrática. Su vida transcurrió en una época convulsa de la historia de Atenas. Durante el siglo V a.d.C., Atenas vive un periodo de esplendor, el “siglo de Pericles”. En efecto, tras la victoria ateniense contra los persas en la batalla de Salamina, Atenas se convierte en la polis más poderosa e influyente del mundo griego. Pericles instaura un sistema democrático en el que todos los ciudadanos, salvo las mujeres, los esclavos y los metecos (extranjeros), forman parte de la Asamblea. En ella son elegidos, por sorteo o votación, todos los cargos públicos de la ciudad.

La Oposición a la Democracia Ateniense

Pronto imitarán este modelo político el resto de las ciudades griegas, pero también pronto surgirá una oposición a la democracia, tanto interna (liderada por las clases aristocráticas, que han visto mermado su poder con el nuevo sistema político) como externa, ejercida por Esparta, que ve en Atenas una amenaza a su régimen político aristocrático militar. Se producen así las guerras del Peloponeso, entre atenienses y espartanos (431-404 a.d.C.), en las cuales muere Pericles y que suponen el inicio del declive ateniense.

El Régimen de los Treinta Tiranos y la Influencia en Platón

Tras la derrota de Atenas, los espartanos imponen el régimen de los treinta tiranos, formados por atenienses contrarios a la democracia, y de la que formaron parte Critias y Cármides, primo y tío de Platón. Este, que por entonces tenía 24 años, fue invitado a formar parte de la tiranía, pero rehúsa la invitación, pues siente repugnancia por su gobierno despótico y criminal. Un año después, el pueblo ateniense derroca a los tiranos, y la democracia se reinstaura. Platón se siente llamado a participar en la vida política, pero, como explica en su *Carta VII*, los demócratas estaban sedientos de venganza y, como habían decretado una amnistía para delitos políticos, actuaron contra Sócrates acusándolo de impiedad y de corrupción.

La Condena de Sócrates y el Ideal Político de Platón

La injusta condena a muerte de su maestro decepciona profundamente a Platón, quien declara que ningún estado estará bien gobernado hasta que los filósofos accedan al poder o los gobernantes se conviertan en filósofos. Así pues, Platón dedicará su vida y su pensamiento a la consecución de un sistema político ideal, inmune a la corrupción y gobernado por sabios. A los cuarenta años funda una escuela de Filosofía, la “Academia”, en la que intenta formar sabios para que gobiernen la polis, y durante su vida viajó en tres ocasiones, tratando de materializar en Dionisio II su ideal de filósofo-gobernante.

Rechazo y Críticas a las Enseñanzas de Platón

Las enseñanzas de Platón en la Academia fueron objeto de rechazo y burla por una gran parte de la sociedad ateniense. Debemos citar al dramaturgo Aristófanes, quien en su comedia “Las Nubes” ridiculiza a Sócrates, que es retratado como un sofista que corrompe a los jóvenes. Pero quizás es Isócrates el sofista quien con mayor virulencia ataca el tipo de enseñanza que se imparte en la Academia.

La Democracia Directa Ateniense y la Crítica de Platón

Para entender esta hostilidad contra Platón por parte de sus contemporáneos, debemos tener en cuenta la naturaleza de la vida democrática ateniense. Se trataba de una democracia directa, no representativa, como la actual. Los ciudadanos que tenían derecho a participar en la Asamblea eran solamente una séptima parte de la población. Aun así, eran demasiados para una democracia directa. Muchos cargos políticos se otorgaban por sorteo a personas que no estaban capacitadas para detentarlos. El ciudadano ateniense vivía por y para la política. En la Asamblea, los argumentos más convincentes eran los que triunfaban sobre la verdad, y los demagogos imponían su criterio a un pueblo que se dejaba llevar de un modo irracional por políticos egoístas que únicamente buscan su propio beneficio.

Platón vs. Isócrates: Dos Visiones de la Educación Política

En este contexto, las críticas mordaces de Sócrates a la inmoralidad de los demagogos le llevaron a la muerte, y Platón encontró imposible compaginar la justicia en la polis con un modo de gobierno (el democrático) que, por su propia naturaleza, promovía la corrupción. Isócrates, en su Escuela de Retórica, trataba de formar estadistas que rescatasen la ciudad y la democracia de la corrupción imperante. Pero Platón partió de una premisa muy distinta: no hay que rescatar la democracia, sino sustituirla por un gobierno de sabios. Por eso él no quiso formar estadistas, sino filósofos, y por eso no enseñaba oratoria o retórica (disciplinas que habilitan al político para la manipulación por medio del discurso), sino geometría y dialéctica, que permiten al gobernante conocer la verdad, convirtiéndolo en sabio.

La Influencia de la Sociedad Esclavista en el Pensamiento Platónico

No podemos olvidar, en este *análisis* del mundo ateniense, la influencia que tuvo en la mentalidad platónica el hecho de vivir en una sociedad esclavista. Aunque en varias ocasiones Platón expresa la igualdad de todo ser humano respecto al saber (en el mismo mito de la caverna es el “esclavo” el que se libera y alcanza el conocimiento del Bien), en la mentalidad de la época se valora la superioridad del conocimiento teórico sobre el práctico, pues el saber práctico se asocia al trabajo manual y la esclavitud. Esta mentalidad la encontramos en la división y jerarquización de los tipos de conocimiento y de las clases sociales en la *República* platónica.