Análisis del Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923)

El texto a comentar trata del Golpe de Estado que dio el general Primo de Rivera y Orbaneja en 1923 con el fin de restablecer el sistema político de la Restauración con sentido democratizador. El texto se divide en 3 párrafos.

Primer Párrafo: Justificación del Golpe

En el primer párrafo, se ataca al sistema político de la Restauración, justificando el Golpe de Estado como la salvación de la Patria, que sobrepasa la legalidad. Primo de Rivera quiere tomar medidas extremas, llegando a una dictadura militar. Aclara que no era su deseo violar la constitución, pero se vio obligado, haciendo referencia a los políticos elegidos democráticamente, que son los responsables del “cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el año 98”, refiriéndose al desastre del 98, en la cual España perdió las colonias de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

Estas desdichas han continuado con la aparición de independentistas, terroristas, desórdenes públicos e incluso enfrentamientos políticos. Pasa a criticar al turnismo, a lo que llama la “tupida red de concupiscencias”.

Dice que mediante este sistema político en España “gobiernen los que ellos dicen que no dejan gobernar”, aludiendo a los propios líderes políticos que están enfrentados entre ellos pero que gracias al sistema “se avienen fáciles y contentos al turno pacífico y reparto”, a pesar del descontento del pueblo español que insistía en la necesidad de un cambio y reforma.

Segundo Párrafo: Objetivos del Mandato

En el segundo párrafo, explica los objetivos que se propone durante su mandato. Con el fragmento “gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina”, se refiere al mandato de los militares, junto con hombres civiles que compartan sus mismos principios y valores. Afirma que no piensa permitir sublevaciones que puedan dañar su dictadura, justificando sus actos “por España y por el Rey”.

Tercer Párrafo: Causas y Males a Combatir

El tercer párrafo sigue nombrando causas de un modo más enérgico, de forma que consiga llegar hasta “el pueblo sano”, aquellos que todavía no han sido corrompidos políticamente. Da una lista de males que piensa impedir como asesinatos, atracos, corrupción y “rastreras intrigas políticas”.

Hace alusión a la tragedia de Marruecos, la derrota en Annual que se produjo cuando marroquíes atacaron un ferrocarril español.

Pretende mejorar la producción agraria e industrial, acabar con otros sistemas políticos (“impune propaganda comunista”) y todo tipo de nacionalismo ya que al ser dictador es centralista (“descarada propaganda separatista”), culturizar al pueblo al que tacha de incultos e imponer la religión cristiana ya que culpa al pueblo de impiedad.

Contexto Histórico y Personal de Primo de Rivera

Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, que vivió entre 1870 y 1930, fue militar y político español. Defendía el orden, la disciplina y el amor a la Patria. Creció en plena época de Restauración, en una familia de tradición militar, lo cual influirá bastante en su vida, sobre todo debido a su tío, Fernando Primo de Rivera, que le dejó el título de marqués de Estella al fallecer en Annual en 1921.

El 13 de septiembre de 1923, tras la consulta al resto de los capitanes generales y con el visto bueno del propio rey Alfonso XIII, proclamó la dictadura a causa del fracaso del bipartidismo, el problema de Marruecos, la generalización de los desórdenes públicos y el terrorismo anarquista. Sus objetivos eran acabar con la Restauración de 1875, acabar con el problema de Marruecos, garantizar el orden público y eliminar el terrorismo y el anticlericalismo.

El Directorio Militar y Civil

El periodo en que Primo de Rivera ejerció el poder en España, durante el cual se suspendió la vigencia de la Constitución de 1876, ha quedado dividido por la historiografía en dos etapas muy bien definidas: la del Directorio Militar (1923-1925) y la del Directorio Civil (1925-1930), diferenciadas ambas por los dos gobiernos distintos designados por él.

La Renuncia y el Legado

Al ver que la oposición crecía y que no contaba con el apoyo de sus propios compañeros de armas, Primo de Rivera presentó al rey Alfonso XIII su renuncia el 28 de enero de 1930, dejando tras de sí todo un cúmulo de problemas: nacionalismo, obrerismo, crisis económica e incluso la misma viabilidad del sistema monárquico. Falleció el 16 de marzo de 1930 en París.