Ascenso de los Totalitarismos: Hitler en Alemania y Stalin en la URSS

Ascenso del Régimen Totalitario Nazi en Alemania

Tras su nombramiento como canciller, Hitler procedió a establecer, en un plazo extraordinariamente breve, un régimen totalitario en Alemania. En febrero de 1933, promulgó un decreto que establecía limitaciones al derecho de reunión y a la libertad de prensa. Un total de 16 periódicos socialistas y comunistas fueron clausurados, y las fuerzas policiales ocuparon la sede del Partido Comunista.

El incendio del edificio del Reichstag, atribuido sin pruebas a los comunistas, sirvió de pretexto para desencadenar una violenta persecución contra sus militantes y para promulgar un nuevo decreto que suprimía los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución.

En este ambiente de represión e intimidación, las elecciones de marzo de 1933, ya sin garantías democráticas, depararon un nuevo triunfo del Partido Nazi, que alcanzó los 288 diputados, pero no la mayoría absoluta. Tras llegar a un acuerdo con los nacionalistas y los miembros del Partido de Centro Católico, Hitler aprobó una ley de plenos poderes que le facultaba para gobernar durante cuatro años al margen del parlamento y para anular el contenido de la Constitución siempre que lo considerase necesario para el bien de Alemania. A partir de ese momento, cualquier atisbo de democracia, y la propia República de Weimar, podían darse definitivamente por enterrados.

Medidas de Nazificación de Alemania (1933 en adelante)

  • Ilegalización de los partidos socialdemócrata y comunista: Sus dirigentes fueron detenidos y enviados a campos de “reeducación”, y sus bienes, confiscados. Esta medida se hizo extensiva poco después a las restantes organizaciones políticas y, a partir de julio de 1933, se estableció por ley un régimen de partido único: el NSDAP, o Partido Nazi.
  • Unificación de los Länder (Estados federados): Supresión del sistema federal y disolución de los parlamentos territoriales.
  • Depuración de la administración: Exclusión de los escalafones oficiales a todos aquellos funcionarios no arios o presumiblemente no adictos al régimen. También fueron perseguidos los intelectuales y artistas contrarios al régimen.
  • Reforzamiento de la represión: Se dotó de funciones policiales a las SS y se creó la Gestapo (1934), un cuerpo de policía política. Asimismo, se empezó la construcción de campos de concentración para internar en ellos a las personas consideradas peligrosas o indeseables.
  • Eliminación de la disidencia dentro del partido: En las SA se habían producido críticas a la concentración de poder en manos de Hitler y a la deriva capitalista del partido. En junio-julio de 1934 (Noche de los cuchillos largos), Ernst Röhm y los principales dirigentes de las SA fueron asesinados. Se consagró así la hegemonía de las SS de Himmler, cuerpo de élite dentro del partido y el Estado.
  • Conquista del espacio vital (Lebensraum): Garantizar la expansión territorial necesaria para el desarrollo de la raza aria y para llevar a cabo la rectificación del Tratado de Versalles.
  • Nombramiento de Hitler como jefe de Estado: Después de morir el presidente Hindenburg en agosto de 1934, Hitler se convirtió en Führer, es decir, en caudillo y canciller del III Reich (Imperio). Este nombramiento fue ratificado en plebiscito días más tarde.

El Estalinismo en la Unión Soviética

Stalin marcó un antes y un después en la trayectoria de la revolución soviética desde que en 1927 se erigió en su principal dirigente y gobernó el país hasta su muerte (1953). El estalinismo se centró en consolidar la revolución en la Unión Soviética (“socialismo en un solo país”) antes de exportarla a otros países:

  • Se implantó una dictadura férreamente centralista, con Stalin como guía y ejecutor. La consolidación de su poder se acompañó de un verdadero culto a su persona, de una fuerte represión contra la disidencia, de un control ideológico y del recurso sistemático a la violencia como instrumento del Estado para controlar a la sociedad.
  • Se transformó el Partido Comunista (PCUS) en una entidad monolítica de funcionamiento clientelar ensamblada con el Estado. Para controlar este aparato se potenció la burocracia y la nomenklatura, una verdadera élite que se situaba por encima de la sociedad, aunque por otro lado se postulaba la igualdad de clases.
  • Se impulsó un proyecto de desarrollo económico que transformó a la URSS en una de las primeras potencias mundiales.

La Economía Planificada y la Colectivización Forzosa

Stalin defendía que la supervivencia de la URSS, único país donde se había consolidado el socialismo, exigía de un gran desarrollo económico basado en una rápida industrialización. Con este objetivo, se apostó por una economía planificada, centrada en la colectivización, la industrialización en diez años y el uso de la violencia y la coerción.

El proyecto partía de que el Estado consiguiese del campo, pero también de otros sectores, el capital necesario para crear industrias. Para ello, en 1928, se procedió a la colectivización agraria forzosa como instrumento de control del campesinado y de la producción: se eliminó la propiedad privada y se forzó a los campesinos a integrarse en granjas colectivas (koljós) o estatales (sovjós).

Se definió como enemigos del pueblo a todos aquellos que se resistían al proceso o que no cumplían con los objetivos de producción que fijaba el Estado. En ese sentido, se procedió a la destrucción de los kulaks como clase y a la represión y deportación de los campesinos que no querían integrarse en las granjas. Además, el Estado controlaba la producción y la comercialización, los precios y los bajísimos salarios de los campesinos.

Con estos métodos, el ritmo de colectivización fue rápido. Al final de todo el proceso, 25 millones de pequeñas empresas agrícolas habían sido fusionadas en 240.000 koljós y 4.000 sovjós, pero al coste de enormes sacrificios de la población campesina y de la reducción constante de las cosechas. La hambruna obligó a imponer un estricto racionamiento, que estimuló el surgimiento del mercado negro.

Los Planes Quinquenales

Para promover la industria, se organizaron los Planes Quinquenales, que fijaron los objetivos y los medios para transformar la economía sobre la base de la socialización y de un enorme esfuerzo de los trabajadores. El objetivo era potenciar la industria pesada y las construcciones mecánicas, así como la producción de energía y las infraestructuras. La industria de bienes de consumo quedó relegada, provocando escasez y desabastecimiento de productos básicos para la mayoría de la población.

En 1939, la URSS había experimentado un gran crecimiento económico que la había convertido en la tercera economía mundial, tan solo por detrás de Estados Unidos y de Alemania.