Contexto Histórico y Golpe de Estado
El 13 de septiembre de 1923, el militar Miguel Primo de Rivera, apoyado por algunos compañeros, se pronuncia en Barcelona con la intención de formar un gobierno provisional que devolviera el orden al país en pocos meses. España venía viviendo desde hacía unos años una crítica situación política, social y económica, que se vio agravada después del desastre de Annual de 1921. Si bien la expansión territorial en Marruecos, promovida por Alfonso XIII, había sido ideada como un desvío de atención, no logró más que empeorar las circunstancias, pues la conmoción que provocó la muerte de 10.000 hombres en el frente marroquí condujo al país a una crisis social y política aún peor.
En una huida de responsabilidades por el desastre de Annual, el rey ve en Primo de Rivera una buena solución para enterrar el problema, de modo que le concede todos los poderes y le ordena formar Gobierno. Pero el desastre de Annual no es la única causa por la que triunfa el golpe. La acusada inestabilidad política, la conflictividad social, la devaluación de la moneda, el caciquismo y las actividades terroristas en Cataluña y el País Vasco propician el alzamiento de un régimen autoritario capaz de poner fin a estos problemas. Por ello, un régimen que defendiera los valores del patriotismo, orden, eficacia y disciplina contaría con el apoyo no solo del ejército sino también del pueblo y la corona.
El Directorio Militar (1923-1925)
El “cirujano de hierro” comienza su mandato con un Directorio Militar, formado por ocho generales y un contralmirante. Durante casi tres años que está en funcionamiento este directorio, se suspenden las garantías constitucionales, se sustituyen los gobernadores civiles por militares, se limita la libertad de prensa y se intenta crear un somatén nacional, capaz de poner fin a los posibles conflictos sociales que se produjesen. Además, al principio se luchó contra el caciquismo, hasta que el régimen se dio cuenta de cómo emplearlo en su propio beneficio.
Entre 1924 y 1925 se promulgó el Estatuto Provincial y Municipal, ideado por José Calvo Sotelo, con la idea de expandir la red de servicios en las áreas de sanidad, educación y obras públicas. Para atraer la popularidad hacia el régimen, el dictador crea un partido político, la Unión Patriótica, que sin apenas programa político desaparece a la caída de la dictadura.
En 1925 se produce uno de los éxitos más aclamados del proceso dictatorial: el fin de la guerra de Marruecos. Gracias a la colaboración francesa en la creación de un protectorado franco-español, se lleva a cabo el desembarco de Alhucemas, tras el cual las milicias marroquíes van siendo derrotadas paulatinamente hasta que su líder, Abd el-Krim, es capturado y el conflicto llega a su fin.
El Directorio Civil (1925-1930)
En medio del ambiente de júbilo y la popularidad de la dictadura, Primo de Rivera decide sustituir el Directorio Militar por un Directorio Civil, formado por políticos y técnicos civiles, en diciembre de 1925. Si bien el orden ya había sido parcialmente devuelto, el dictador pretendía ahora mejorar la situación económica y laboral e institucionalizar su gobierno.
En materia económica, el estado puso en marcha una serie de medidas intervencionistas que favorecieron la aparición de monopolios, otorgaron subvenciones a sectores determinados y facilitaron la realización de obras públicas y la concentración bancaria. La política laboral más destacable fue la creación de los comités paritarios, organizaciones en las que los patrones y obreros arreglarían sus asuntos de manera satisfactoria para ambas partes, aunque realmente los empresarios solían salir beneficiados.
Para institucionalizar la dictadura, Primo de Rivera convoca una Asamblea Nacional Consultiva y le encarga la redacción de una nueva Constitución, que acabará en 1929 pero que nunca llegó a entrar en vigor debido a la retirada de apoyos que había ido sufriendo el régimen.
Oposición y Caída del Régimen
Si bien en un principio la dictadura no tenía opositores, ahora sus enemigos crecían rápidamente:
- Militares: Descontentos por haber sido apartados de la vida política y por haberse cambiado el esquema de ascenso en el arma de artillería.
- Estudiantes universitarios: Agrupados en torno a la Federación Universitaria Escolar, protagonizan numerosas revueltas por la concesión de privilegios a universidades de la Iglesia.
- Cataluña: Reivindica la eliminación de su Mancomunidad y la prohibición del catalán.
- Republicanos: Crean la Alianza Republicana.
- Corona: Alfonso XIII se ve cada vez más marginado en la toma de decisiones.
Viéndose tan falto de apoyos, Primo de Rivera solicita al Rey una salida ordenada de la dictadura, petición a la cual Alfonso XIII no le hace gracia y pide su dimisión inmediata en el año 1930, acabando así su dictadura.
El Fin de la Dictadura y la Llegada de la Segunda República
Una vez acabada la dictadura empieza el gobierno del general Dámaso Berenguer que, a petición del rey, intenta devolver a España a la situación de normalidad constitucional de 1876. Pero un cúmulo de problemas y la incapacidad del general para tomar el control de la situación hacen inevitable su destitución en febrero de 1931. Entonces Alfonso XIII puso al mando del gobierno al almirante Aznar, quien convoca elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Los republicanos ganan en las ciudades y los monárquicos en los pueblos debido a la influencia del caciquismo. El rey, viendo peligrar el trono, intenta perpetuarse unos años en el poder prometiendo celebrar unas elecciones generales en los próximos años. Pero la Nación Española sabía lo que quería, así que dos días después se proclama la II República Española el 14 de abril de 1931.