Causas del Descontento Colonial y la Independencia de EE. UU.
La independencia de los Estados Unidos tuvo sus raíces en el profundo descontento de los colonos con la corona británica. Varias fueron las causas fundamentales:
- Restricción territorial: La corona británica negó a los colonos el derecho a establecerse al oeste de los Montes Apalaches.
- Castigo al contrabando: Se intensificaron las medidas contra el contrabando, afectando la economía colonial.
- Nuevos impuestos: Se impusieron impuestos al azúcar, el café, los textiles y otros bienes, generando gran malestar.
- Ley de Alojamiento: Se obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos, lo que se percibió como una carga adicional.
- Ley de Estampillas: Se impusieron impuestos especiales en periódicos, folletos y documentos oficiales, lo que fue visto como una medida opresiva.
Los colonos protestaron enérgicamente, argumentando que los nuevos impuestos dificultaban el comercio y temiendo que las tropas británicas fueran utilizadas para reprimir sus libertades civiles. El lema “Ningún impuesto sin representación” resumió su principal queja: la falta de representación en el Parlamento británico que les imponía las cargas fiscales. Aunque el gobierno británico suspendió algunos impuestos, mantuvo el del té y asignó el monopolio de su comercio a la Compañía de Indias Orientales, lo que exacerbó aún más la situación.
Relación entre la Guerra de Independencia de EE. UU. y la Guerra de los Siete Años
La Guerra de los Siete Años (1756-1763) tuvo un impacto significativo en la posterior Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Francia y España, derrotadas en la Guerra de los Siete Años, vieron en la rebelión de las colonias americanas una oportunidad para debilitar a Inglaterra y vengar su derrota. Por ello, apoyaron a los rebeldes americanos con tropas, armas y dinero, contribuyendo decisivamente a su victoria.
El Sistema Político de la Constitución de EE. UU.
Tras la guerra, Alexander Hamilton propuso la elección de un Congreso constituyente. En 1787, cincuenta delegados, conocidos como los “padres fundadores”, se reunieron en Filadelfia y redactaron la Constitución, que entró en vigor en 1789 y sigue vigente, en sus aspectos básicos, hasta hoy. El sistema político establecido se basaba en los siguientes pilares:
- Poder Legislativo: Recaía en un Parlamento bicameral:
- Senado: Representaba a los estados.
- Cámara de Representantes: Representaba proporcionalmente al conjunto de la población.
- Poder Ejecutivo: Recaía en el Presidente, elegido por los varones blancos cada cuatro años. El Presidente nombraba a los miembros del gobierno (secretarios de Estado), comandaba el ejército, podía promulgar leyes y tenía derecho a veto. George Washington fue el primer presidente.
- Poder Judicial: Encabezado por el Tribunal Supremo, compuesto por seis magistrados elegidos por el Presidente. Su función era velar por la constitucionalidad de las leyes.
Crisis Política y Económica en Francia Previa a la Revolución
En el último cuarto del siglo XVIII, Francia atravesaba una grave crisis económica que afectaba seriamente a la Hacienda Real. La situación se agravó por la intervención en la Guerra de Independencia de EE. UU. y por la mala cosecha de 1788. Esto provocó un aumento del malestar entre la población:
- Los campesinos estaban asfixiados por los impuestos reales, el diezmo y sus obligaciones feudales.
- La burguesía, a pesar de su creciente importancia económica, se sentía marginada políticamente por el sistema estamental y adoptaba las ideas de la Ilustración.
Los ministros de Hacienda señalaron la necesidad de que los privilegiados (nobleza y clero), que concentraban la mayor parte de la riqueza, contribuyeran económicamente. Sin embargo, esta propuesta se encontró con la férrea oposición de los privilegiados en la Asamblea de Notables.
De los Estados Generales a la Asamblea Nacional
En 1789, Luis XVI convocó los Estados Generales en medio de una grave crisis económica, inflación y una crisis productiva generalizada, agravada por el aumento de los precios del pan debido a una mala cosecha. Antes de la apertura de las sesiones, cada estamento redactó un “cuaderno de quejas”. Los representantes del Tercer Estado (burguesía y campesinado) aprovecharon para exigir el fin de los privilegios.
Al iniciarse las sesiones, los representantes del Tercer Estado exigieron que se votara por individuo, no por estamento, y que las deliberaciones fueran conjuntas. El rey, la nobleza y el clero se negaron. Como respuesta, los representantes del Tercer Estado se reunieron en un antiguo frontón, adoptaron el nombre de Asamblea Nacional, se declararon depositarios de la soberanía nacional (en el “Juramento del Juego de Pelota”) y juraron no disolverse hasta haber redactado una constitución. El rey ordenó el cierre de su sala de sesiones como respuesta.
La Asamblea Nacional Constituyente: Decretos y Constitución de 1791
Los diputados del Tercer Estado, reaccionando a la orden del rey, se reunieron en la Sala del Juego de Pelota y juraron no abandonarla hasta haber redactado una constitución, tomando el nombre de Asamblea Nacional Constituyente. Esta asamblea promulgó decretos fundamentales:
- Decreto de abolición del sistema feudal (agosto de 1789): Eliminó los privilegios señoriales en materia jurisdiccional y fiscal.
- Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: Reconoció los derechos políticos, civiles y religiosos.
- Se aprobaron otras medidas como la disolución de las órdenes religiosas, la confiscación de sus propiedades y la Constitución Civil del Clero.
Finalmente, la Asamblea redactó la Constitución de 1791, que establecía:
- Soberanía nacional: Encarnada en la Asamblea Nacional.
- Separación de poderes:
- Legislativo: Asamblea Nacional.
- Ejecutivo: El rey.
- Judicial: Jueces independientes.
- Sufragio censitario: Solo los varones mayores de edad que hubieran jurado la Constitución y demostraran un determinado nivel de renta podían votar y ser votados.