Abdicaciones de Bayona
Las Abdicaciones de Bayona fueron las renuncias sucesivas de Fernando VII y Carlos IV al trono de España en favor de José Bonaparte, en 1808. Con la excusa de solucionar el enfrentamiento entre Carlos IV y Fernando VII, Napoleón convocó a ambos. Una vez reunidos, ordenó a Fernando reconocer a su padre como rey legítimo. A continuación, se produjo la abdicación de Carlos IV en el propio Napoleón, quien cedió la corona a José Bonaparte. Las Abdicaciones de Bayona no constituyeron únicamente un cambio dinástico. Napoleón proclamó que España se encontraba frente a un cambio de régimen, con los beneficios de una Constitución sin necesidad de una revolución previa.
Afrancesados
Los afrancesados eran españoles que defendían el poder francés (José Bonaparte) y su legislación (el Estatuto de Bayona). Se trataban de ilustrados que querían un futuro mejor para España, y pensaban que José I podía ir introduciendo las reformas de la Revolución Francesa en nuestro país.
Constitución de 1812
La Constitución de 1812 fue promulgada por las Cortes Generales de España, reunidas extraordinariamente en Cádiz. Se trata de la primera constitución española, además de ser una de las más liberales. Estuvo en vigor sólo dos años, desde su promulgación hasta su derogación en 1814, tras el regreso a España de Fernando VII. La constitución establecía la soberanía en la Nación, la monarquía constitucional, la separación de poderes, la limitación de los poderes del rey, el sufragio universal masculino indirecto, la libertad de imprenta, la libertad de industria, el derecho de propiedad y la fundamental abolición de los señoríos. Además, incorporaba la ciudadanía española para todos los nacidos en territorios americanos.
Estatuto de Bayona
El Estatuto de Bayona fue una carta otorgada promulgada en 1808 por José Bonaparte como rey de España. A través de esta, Napoleón trató de institucionalizar un régimen autoritario, pero con un reconocimiento básico de libertades.
Godoy
Manuel Godoy fue primer ministro de Carlos IV entre 1792 y 1797, y nuevamente de 1801 a 1808. Como secretario de Estado estuvo al frente del Gobierno de España durante la crisis europea provocada por la Revolución Francesa y las ambiciones de Napoleón Bonaparte, que culminó con la invasión francesa de 1808 y la Guerra de la Independencia, pocos meses después de la caída de Carlos IV y el propio Godoy a causa del Motín de Aranjuez.
Junta Suprema Central
La Junta Suprema Central fue un órgano formado en septiembre de 1808 que acumuló los poderes ejecutivo y legislativo españoles durante la ocupación napoleónica de España. En ella había representantes de las Juntas que se habían formado en las provincias españolas.
Pragmática Sanción
La Pragmática Sanción es la ley promulgada por el rey que incumbe a aspectos fundamentales del Estado, regulando cuestiones tales como la sucesión dinástica u otras. La de 1789 fue acordada por el rey Carlos IV de España y aprobada después por las Cortes. Esta Ley imposibilitaba la Ley Sálica.
Pronunciamiento
Un pronunciamiento es cuando un grupo de militares declara públicamente su oposición al gobierno de turno. Los rebeldes esperan entonces que el resto de las fuerzas armadas se declaren a favor o en contra del gobierno de turno.
Señorío Jurisdiccional
El señorío jurisdiccional es un derecho concedido por el rey a los nobles, donde el señor goza de jurisdicción sobre sus propiedades y también sobre las tierras de propietarios libres.
Trienio Constitucional
El Trienio Constitucional es el periodo de la historia contemporánea de España que transcurre entre 1820 y 1823; que constituye el periodo español de revoluciones de 1820. El país se vio envuelto en un largo periodo de inestabilidad política causada por la latente desafección del monarca al régimen constitucional y por los conflictos causados por la rivalidad entre liberales moderados y exaltados.
Etapas del Reinado de Fernando VII (1808-1833)
Desde el comienzo del reinado de Fernando VII, a partir de 1808 y hasta 1814, podemos distinguir un primer periodo muy rico e intenso en acontecimientos, en el que cabría analizar tres planos diferentes:
- Por una parte, la Guerra de la Independencia, que estalla como consecuencia de la invasión de la Península por parte de los ejércitos napoleónicos y de la resistencia que inmediatamente oponen todos los españoles.
- Por otra parte, el desarrollo de la España afrancesada, regida por la nueva Monarquía de José I, impuesta por Napoleón, con sus proyectos, sus reformas y sus dificultades.
- Por último, las Cortes de Cádiz, ese proceso de profundos cambios legislativos que tiene lugar en la única ciudad abierta que quedó en España, y a la que fueron a reunirse los representantes de la soberanía española para llevar a cabo la más impresionante labor de reforma que hubiera tenido lugar jamás en España y que, en su conjunto, puede considerarse como una auténtica revolución.
La finalización de la Guerra de la Independencia y la vuelta de Fernando VII en 1814, dio lugar a la anulación de todas las reformas y al retorno de la vieja Monarquía absoluta, como si nada hubiese ocurrido desde 1808. Esta primera restauración de Fernando VII como monarca de plena soberanía, se mantendría durante seis años (el Sexenio Absolutista) hasta el triunfo de los defensores de la Constitución de 1812.
En efecto, en 1820, el triunfo de la Revolución liberal, encabezada por el comandante Riego, abrió un nuevo periodo de tres años (Trienio Constitucional) en el que Fernando VII se vio obligado a acatar la Constitución y a reinar de acuerdo con los principios aprobados durante la reunión de las Cortes de Cádiz.
Finalmente, y gracias a la ayuda que el monarca español recibió por parte de las potencias de la Santa Alianza, materializada por la intervención de un ejército francés comandado por el duque de Angulema, se restauró por segunda vez la Monarquía absoluta en España en 1823. Es la última etapa del reinado de Fernando VII, que se prolongará a lo largo de diez años (La Ominosa Década) hasta su muerte en 1833.
La muerte de Fernando VII abriría una nueva etapa en la Historia de España Contemporánea en la que, eliminadas definitivamente las trabas que impedían el triunfo de las nuevas ideas, el liberalismo acabaría por imponerse, dando así por cerrado ese proceso de la crisis del Antiguo Régimen.
Reinado de Carlos IV y la Crisis del Antiguo Régimen (1788-1808)
La crisis del Antiguo Régimen en España se inició en el reinado de Carlos IV (1788-1808) que supuso el fin de la etapa reformista de la Ilustración. Las causas de la crisis se debieron a los graves problemas de la hacienda real que llevaron a la quiebra de la monarquía absoluta, así como a la difusión de las nuevas ideas ilustradas y al ascenso de la burguesía, deseosa de alcanzar el poder político y realizar reformas para acabar con los obstáculos que impedían el crecimiento económico en el Antiguo Régimen.
Carlos IV mantuvo el equipo político de su padre Carlos III, pero se encontró a poco de subir al trono con el estallido de la Revolución Francesa (1789). El miedo a la difusión de las ideas revolucionarias llevó al gobierno de Floridablanca a cerrar las fronteras, congelar las reformas ilustradas y realizar una campaña de censura de la propaganda revolucionaria. El conde de Aranda, su sucesor, adoptó una postura más moderada. En 1792 Carlos confió el poder a Manuel Godoy, un joven militar plebeyo favorito de la reina Mª Luisa. La alta nobleza y la Iglesia lo odiaban por sus reformas (desamortización eclesiástica, con la que pretendía resolver los problemas hacendísticos, y control de la Inquisición) y también los sectores ilustrados porque se vieron sustituidos en el favor real.
Godoy, acabando con la neutralidad de Aranda, declaró la guerra a Francia en 1793 cuando Luis XVI fue guillotinado, y se alió con Inglaterra. Tras la derrota española y la paz de Basilea (1795) se reinició la amistad tradicional con Francia. Godoy firmó en 1796 con Napoleón el Tratado de San Ildefonso por el que España se vio envuelta en la guerra contra Inglaterra. El almirante Nelson destrozó en Trafalgar (1805) a la escuadra franco-española, lo que supuso el hundimiento del poderío naval español.
Un nuevo tratado con la Francia napoleónica se firmó en octubre de 1807: el Tratado de Fontainebleau por el que se autorizaba el paso de tropas francesas por España con el pretexto de invadir Portugal, país aliado de los británicos que se había negado al bloqueo continental contra Inglaterra. El objetivo era el reparto de Portugal (la del sur sería para Godoy). Fue la excusa para la invasión francesa de la Península.