Texto 10: Constitución de 1931
El texto que voy a comentar es una fuente primaria e histórica, de contenido jurídico-político. Es una norma donde se asienta el nuevo régimen político republicano del 14 de abril de 1931.
El autor del texto son las Cortes Constituyentes, elegidas por sufragio universal masculino en 1931.
La República es proclamada como consecuencia del descrédito de la monarquía de Alfonso XIII desde la dictadura de Primo de Rivera. Aznar convoca elecciones municipales y en ellas triunfan los partidos republicanos.
La oposición al régimen se preparó en el Pacto de San Sebastián, que agrupó a republicanos de diversa índole política y a nacionalistas. Los resultados de las elecciones hacen que el rey tenga que abdicar y, desde el 14 de abril, el Comité Revolucionario pasaría a tener el gobierno provisional y a proclamar la II República.
Ideas Principales de la Constitución de 1931
Artículo 1: En este artículo se declara que España es una República de todos y, en especial, de obreros y clases bajas. La clase obrera pasa a tener cierto protagonismo, y aparece el concepto de libertad y justicia, que son los ideales propios de las clases populares.
Aparece también el modelo de organización territorial del Estado. Se reconoce el intento por hacer compatible el modelo centralista del Estado con la autonomía de los territorios. El derecho de que las regiones tuviesen autonomía se recoge en el artículo 8, donde quedaba garantizado el apoyo, ya fuesen de izquierdas o conservadores, a la República.
Artículos 3 y 26: Se determina la relación Iglesia-Estado. Esta Constitución suprime el mantenimiento económico de la Iglesia Católica, y otras medidas como el distanciamiento con la Iglesia para evitar su excesiva influencia social en opinión de los republicanos.
Artículo 25: Se amplía la declaración de derechos y libertades, se suprimen los privilegios jurídicos y se implanta la igualdad ante la ley. Ya las constituciones del siglo XIX habían puesto esa igualdad, pero aún no se reconocía la igualdad de la mujer. Gracias a Clara Campoamor, se reconoció la igualdad entre hombres y mujeres.
El Bienio Reformista de la Segunda República (1931-1933)
Tras aprobarse la Constitución, se inició un nuevo período con un gobierno presidido por Manuel Azaña y formado por republicanos de izquierda y socialistas. En diciembre, Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República.
El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas en un contexto económico desfavorable, marcado por el ascenso del paro. Estas fueron sus principales medidas:
- Reformas laborales: Iniciadas desde el Ministerio del Trabajo por el socialista Largo Caballero, que favorecían la posición de los trabajadores y sindicatos y encontraron la cerrada oposición de los empresarios.
- Reforma educativa: Amplio programa de construcción de escuelas y contratación de maestros: 6750 escuelas y 7000 maestros con mejores salarios. Enseñanza mixta. La Religión dejó de ser asignatura obligatoria, lo que agudizó el enfrentamiento con la Iglesia.
- Reforma militar: Buscando garantizar la fidelidad del Ejército al nuevo régimen republicano y propiciar la reducción del excesivo número de jefes y oficiales, se exigió el juramento de fidelidad al nuevo régimen republicano, pudiendo optar los que se negaran a ello al retiro voluntario con paga completa.
- Reforma agraria: Se aprobó en 1932 la Ley de Bases de la Reforma Agraria. Con ella se buscaba el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios insuficientemente explotados. Su aplicación fue un fracaso y muy pocos campesinos se beneficiaron de la ley. Esto provocó una decepción generalizada entre el campesinado en un contexto económico de paro creciente.
La Cuestión Agraria en Extremadura Durante la Segunda República
La vida política, económica y social de Extremadura dependió en buena parte de la cuestión agraria. La agricultura extremeña había conocido un proceso de expansión a lo largo del primer tercio del siglo XX que hizo que a la altura de 1930 se labraran más de un millón de hectáreas en la región, cifra nunca alcanzada hasta entonces.
En Extremadura, las tensiones en el campo se comprobaron con las invasiones de fincas durante el invierno de 1931 a 1932, otoño de 1934 y marzo de 1936. No se trataba de invasiones violentas, sino de ocupaciones de fincas para roturarlas con la intención de que los yunteros obtuvieran algún fruto de ellas. Sin embargo, en varias ocasiones, la tensión de los acontecimientos llevó a duros enfrentamientos entre la Guardia Civil y los campesinos, saldándose incluso con varios muertos.
Aunque la Ley de Reforma Agraria se aprobó en septiembre de 1932, el complejo sistema burocrático para su puesta en marcha provocó el desencanto entre los campesinos. En otoño de 1932, el paro alcanzaba en Extremadura sus cotas más altas. Azaña optó por recurrir a la vía del decreto mediante la intensificación de cultivos de noviembre de 1932. Esta medida se aplicó en las provincias latifundistas y tuvo especial importancia en Extremadura.
Por último, en la madrugada del 25 de marzo de 1936, más de 25.000 campesinos extremeños se lanzaron a roturar dehesas que no se estaban labrando. La Guerra Civil frustró las esperanzas de una verdadera reforma agraria que, como tal, no volvería a darse nunca.