La Crisis del Sistema de la Restauración en España (1898-1931): Reformismo, Oposición y Declive
1. El Reformismo Dinástico
1.1. El Fracaso del Primer Gobierno Regeneracionista
En 1899, la reina regente María Cristina otorgó su confianza para formar gobierno a Francisco Silvela, un conservador que convocó elecciones. Silvela mostró cierta voluntad de renovación, incorporando a figuras como el general Polavieja y Manuel Durán y Bas.
Se inició una política reformista con proyectos de descentralización administrativa y una política presupuestaria que incrementaba los tributos sobre los productos de primera necesidad. Estas nuevas cargas fiscales provocaron un boicot de los contribuyentes, conocido como el “cierre de cajas”. En 1901, la regente volvió a conceder el gobierno a los liberales, reinstaurando las viejas prácticas del turno de partidos.
1.2. Las Reformas de Maura y Canalejas
En 1902, Alfonso XIII accedió al trono. En 1903, tras la muerte de Sagasta, Antonio Maura asumió la jefatura del Partido Conservador, mientras que José Canalejas se consolidaba en el Partido Liberal. Esta nueva generación de políticos impulsó importantes proyectos de reforma desde dentro del sistema, aunque el miedo a los riesgos políticos mantuvo el turno dinástico.
En 1904, Antonio Maura se convirtió en jefe de gobierno. Maura, con un espíritu renovador y reformista dentro del conservadurismo, promovió la “revolución desde arriba”, que defendía la necesidad de reformar el régimen desde el gobierno para evitar una revolución popular.
Maura intentó atraer al régimen al nacionalismo moderado no republicano, como el de la Lliga Regionalista.
El gobierno de Maura adoptó medidas económicas para reactivar la industria y promulgó la Ley de Colonización Interior. En el ámbito social, aprobó leyes y creó el Instituto Nacional de Previsión, dedicado a los seguros obreros. En 1910, José Canalejas formó un nuevo gobierno liberal. Su programa buscaba modernizar la política con un mayor reformismo social y limitar el poder de la Iglesia. Su gabinete emprendió una amplia tarea legislativa, abordando la separación de la Iglesia y el Estado. Se promulgó la “Ley del Candado”, que restringía el establecimiento de nuevas órdenes religiosas. Se sustituyó el impuesto de consumos por un impuesto progresivo sobre la renta.
Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales. El gobierno liberal elaboró la Ley de Mancomunidades, que permitía la unión de las diputaciones provinciales. Las reformas se interrumpieron con el asesinato de Canalejas por un anarquista en Madrid, en 1912.
2. La Fuerza de la Oposición
2.1. El Republicanismo
El republicanismo fue la principal fuerza de oposición y constituyó la minoría parlamentaria más numerosa a principios del siglo XX, pero sufrió una fragmentación en diversos grupos. En 1903, nació la Unión Republicana, una coalición liderada por Nicolás Salmerón y Alejandro Lerroux. La Unión Republicana se acercó a los nacionalismos regionalistas de Cataluña, Galicia y Valencia.
Alejandro Lerroux fundó en 1908 el Partido Radical, de carácter anticatalanista. Hacia 1910, después de la Semana Trágica, moderó su discurso y se trasladó a Madrid.
2.2. Los Nacionalismos: Cataluña y el País Vasco
En Cataluña, en el primer tercio del siglo XX, destacó la conservadora Lliga Regionalista, liderada por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó. En 1905, se creó el Centre Nacionalista Republicà y, en 1910, la Unió Federal Nacionalista Republicana. Como reacción a la política anticatalanista del gobierno liberal, se constituyó Solidaridad Catalana, que agrupaba a catalanistas, republicanos y carlistas. En 1917, se creó el Partit Republicà Català, liderado por Marcelino Domingo, y en 1922 surgieron Acció Catalana (escisión de la Lliga Regionalista) y Estat Català. El catalanismo republicano fue derrotado por la Lliga hasta 1931, cuando su unión en Esquerra Republicana de Catalunya logró el triunfo en las elecciones.
El nacionalismo vasco, durante el primer tercio del siglo XX, estuvo marcado por disputas internas en el Partido Nacionalista Vasco (PNV) sobre el independentismo, el autonomismo y el catolicismo. En 1916, el PNV pasó a llamarse Comunión Nacionalista Vasca. El auge económico del País Vasco favoreció el crecimiento del nacionalismo. En 1911, el PNV creó su propio sindicato, Solidaridad de Obreros Vascos.
2.3. La Derecha Antiliberal: El Carlismo
A principios del siglo XX, el carlismo mantuvo su presencia y sus bases. En 1909, falleció Carlos de Borbón, siendo sucedido por su hijo Jaime de Borbón. Las disputas durante la jefatura de don Jaime fueron frecuentes, destacando la producida a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando un sector del partido, contrario al apoyo oficial a los aliados, se manifestó. Juan Vázquez de Mella abandonó la militancia y fundó el Partido Tradicionalista en 1919.
Las bases del integrismo y del carlismo se concentraban en Navarra, País Vasco y Cataluña. Ambos aceptaron la participación electoral. La derecha antiliberal insistió en el peligro comunista o bolchevique. Con la llegada de la República en 1931, los tres grupos se reunificaron en Comunión Tradicionalista.
2.4. La Oposición Obrera
Entre las fuerzas sociales que el régimen no pudo incorporar figuraron las del movimiento obrero: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
El Partido y el Sindicato Socialistas
Al comenzar el siglo XX, el PSOE era una fuerza relativamente pequeña. Pasó de unos 3000 afiliados en 1899 a 15000 en 1915 y 30000 en la década de 1920.
El partido seguía estas directrices: preservar la organización y aprovechar las oportunidades del sistema parlamentario. En 1905, el PSOE obtuvo concejales en Madrid y, en 1910, Pablo Iglesias consiguió un acta de diputado.
La UGT se mostró partidaria de la acción política para conseguir reformas sociales y laborales, defendiendo la participación de representantes obreros en los organismos estatales. Socialistas como Francisco Largo Caballero, futuro secretario general de la UGT, participaron en el Instituto de Reformas Sociales.
A partir de 1917, a pesar del fracaso de la huelga general revolucionaria, el sindicalismo socialista creció.
La vinculación entre el PSOE y la UGT era muy estrecha. El auge del sindicalismo socialista estuvo acompañado por el crecimiento del partido. Sin embargo, la Revolución Rusa provocó una escisión en 1921, con la fundación del Partido Comunista de España (PCE) por militantes socialistas partidarios de la línea bolchevique.
Los Anarcosindicalistas: CNT
En Barcelona, las sociedades obreras y los sindicatos autónomos de inspiración anarquista crearon en 1907 Solidaridad Obrera. En 1910, impulsaron la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). El nuevo sindicato nació con el objetivo de extenderse por toda España.
La CNT se definía como revolucionaria y presentaba una ideología basada en: la independencia del proletariado respecto a la burguesía y al Estado, una postura apolítica, la necesidad de la unidad sindical de los trabajadores y la voluntad de derribar el capitalismo. La acción revolucionaria se llevaría a cabo mediante huelgas y boicots hasta llegar a la huelga general revolucionaria.
4. La Descomposición del Sistema (1917-1923)
4.1. La Descomposición Política
El régimen de la Restauración entró en una progresiva descomposición debido a la falta de renovación política de los dirigentes dinásticos. Los partidos dinásticos, sin líderes claros, se fragmentaron, imposibilitando la formación de mayorías parlamentarias. Desde 1917, se recurrió a gobiernos de concentración. El más relevante fue el “Gobierno Nacional”, con participación de líderes dinásticos y regionalistas catalanes. Las diferencias internas impidieron reformas. Tras el fracaso de los gobiernos de concentración, se volvió al turno dinástico (conservadores entre 1919 y 1922, y luego liberales). A pesar del fraude electoral, ningún partido logró la mayoría, recurriendo a medidas de excepción y a la suspensión de garantías constitucionales.
4.2. Conflictividad Obrera y Pistolerismo
En España, el final de la Primera Guerra Mundial provocó un cambio económico brusco: descenso de la producción, aumento del paro y subida de precios. Esto generó movilización obrera y un crecimiento del sindicalismo. El movimiento huelguístico afectó a regiones industriales, especialmente a Barcelona. En 1919, la huelga de La Canadiense paralizó el 70% de la industria local. La huelga finalizó con un acuerdo que incluía la readmisión de despedidos, aumentos salariales y la jornada de ocho horas. El incumplimiento de este acuerdo provocó el cierre de empresas y una dura represión contra los sindicatos.
En Andalucía, se produjo el “trienio bolchevique”. Los anarquistas impulsaron revueltas campesinas motivadas por el “hambre de tierras” y el deterioro de las condiciones de vida. La declaración del estado de guerra, la ilegalización de organizaciones obreras y la detención de líderes pusieron fin a la rebelión. La conflictividad laboral derivó en una radicalización. Para detener la fuerza sindical, los patronos crearon la Federación Patronal, contrataron pistoleros a sueldo para asesinar a dirigentes obreros y fundaron el Sindicato Libre. Grupos vinculados a la CNT respondieron con violencia. Entre estos grupos destacaron “Los Solidarios”, que actuaron en Barcelona.
La Federación Patronal barcelonesa exigió medidas de fuerza. Martínez Anido protagonizó una dura represión contra los sindicalistas y puso en práctica la “ley de fugas” (la policía podía disparar contra los detenidos en caso de intento de fuga). Esta época, conocida como el “pistolerismo”, causó la muerte de 226 personas, entre ellas el presidente del gobierno Eduardo Dato.
4.3. El Problema de Marruecos: Annual
Las tribus rifeñas hostigaban al ejército español. En 1921, se intentaron operaciones para controlar a los rebeldes. El general Silvestre inició una ofensiva que acabó en el desastre de Annual, con la pérdida de todo el territorio ocupado. En 1923, con gobiernos inestables, el anuncio de la discusión parlamentaria del caso Annual movilizó a sectores del ejército y de la derecha, que veían en una dictadura militar la solución a la crisis.