Colapso del Sistema Liberal (1917-1923): Crisis General de 1917 y Desastre de Annual
La Gran Guerra en España provocó serios desequilibrios económicos fruto del desabastecimiento y la inflación. Eso movilizó a las organizaciones obreras, lo que disparó la conflictividad. En el verano de 1917, diferentes fuerzas trataron de conquistar el poder y, entre junio y agosto, se sucedieron tres movilizaciones.
La primera manifestación fue una crisis militar, iniciada por las Juntas de Defensa. (En 1916, el Cuerpo de Infantería organizó una Junta de Defensa para luchar contra los bajos salarios, la promoción “política” y los ascensos por méritos de guerra en Marruecos). En primavera de 1917, surgió una tupida red de juntas y el gobierno ordenó su disolución. La Junta se negó y sus miembros fueron encarcelados.
Comenzó la segunda fase de la crisis, una crisis política. En junio, se cerraron las Cortes ante el rumor de huelga general. Por ello, los catalanistas organizaron una asamblea en Barcelona que se reunió el 19 de julio (solo acudió menos del 10% del Parlamento original). La reunión fue declarada sediciosa. Se comprendió que el turno había radicalizado a los partidos moderados.
La tercera fase fue una crisis social. Los sindicalistas encabezaron la protesta. El socialismo español quería poner en marcha una revolución como la de Rusia. Entonces, el 9 de agosto, UGT y PSOE convocaron una huelga general política, la cual tuvo un amplio seguimiento en el país. El gobierno actuó con rapidez y sacó las tropas a las calles. Resultado: 200 muertos, 2000 detenidos y una dura represión.
El fracaso de las movilizaciones se puede deber a varias causas: la débil estructura revolucionaria en el país, la escasa preparación política, la división del proletariado, la desmovilización campesina y la falta de apoyo republicano.
Se acercaba la caída definitiva del régimen de la Restauración. Esta vino definida por:
La crisis social
Se debió a los problemas económicos (caída de las exportaciones, aumento de las importaciones y de la inflación) y a las protestas (impresionante crecimiento sindical; CNT convocó a la huelga de “La Canadiense”, en febrero de 1919). Generó una aguda crisis entre el poder político y el militar, un lock-out por parte de las patronales y una degradación de las relaciones laborales, lo que propulsó el pistolerismo (entre anarquistas y patronos). El general Anido puso en marcha la Ley de Fugas.
La incapacidad gubernativa
La fragmentación del turno impedía la existencia de mayorías parlamentarias estables. Ello propició el fin del turno dinástico. Entre 1918 y 1923 habrá diez gobiernos con cierres sucesivos del parlamento.
La guerra de Marruecos
Durante la Primera Guerra Mundial, la situación se había paralizado, pero, una vez acabada, en 1919, Francia intensificó su acción y, como consecuencia, España también. En la zona occidental, Berenguer tuvo éxito, pero en la oriental, Silvestre actuaba con plena autonomía. En el verano de 1921, las tropas españolas sufrieron una emboscada en Annual, el 21 de julio. Esto provocó una retirada masiva y desordenada hacia Melilla, dejando 13.000 hombres muertos. Este hecho se investigó en el Expediente Picasso, pero antes de que el Congreso emitiera dictamen, se produjo el golpe de Estado de Primo de Rivera.
Sexenio Democrático (1868-1874)
La armada, dirigida por Prim y por Bautista Topete, se sublevó contra Isabel II. En cada ciudad se constituyó una junta. El ejército sublevado derrotó al de la reina borbón. Triunfaba así “la Gloriosa”. De 1868 a 1873, se ensayará una Monarquía Constitucional democrática. Esto se hará en dos tiempos: primero, la aprobación de una Constitución y, después, la elección de un Rey.
Serrano será el encargado de formar un gobierno provisional y pondrá en marcha reformas para democratizar el régimen, liberar la economía e impulsar el librecambio. Para solucionar la crisis económica, se redujeron los aranceles, se creó la peseta y se aprobó la Ley de Bases sobre Minas.
En enero de 1869, se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes (con sufragio universal masculino). Se aprobó una Constitución (1869) con dos novedades:
- Amplio catálogo de derechos y libertades (como la enseñanza o la reunión).
- Adopción de una Monarquía democrática.
Se buscará un nuevo rey. Prim tanteó a Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel, rey de Italia. Este aceptó y las Cortes lo aprobaron el 16 de noviembre de 1870. El 30 de diciembre, Amadeo I llega a España y, ese mismo día, Prim es asesinado. La coalición monárquica, sin Prim, se dividirá en Partido Constitucionalista (de Sagasta) y Partido Radical (de Zorrilla).
Amadeo I tuvo que hacer frente a varios problemas:
- Dos guerras: alzamiento carlista (1872-1876) y conflicto colonial en Cuba (“grito de Yara”, 1868).
- Los movimientos insurreccionales de los republicanos.
- Movimiento obrero bajo la influencia de la Comuna de París (ilegalización de la Internacional).
- El apoyo de las élites al retorno borbónico.
Amadeo de Saboya renunció al trono el 10 de febrero de 1873. El Congreso y el Senado aprobaron la República. Hubo una división de republicanos entre federales (transformación radical mediante la construcción de una federación de estados) y unitarios (solo cambio de Jefe de Estado, unidad del Estado).
La I República la inauguró el presidente Figueras, con quien se mantuvo en vigencia la Constitución de 1869. Se rompió la alianza entre radicales y republicanos y se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes. El 8 de junio, se proclamó la república federal y Figueras dimitió. Nueva división del federalismo: “benévolos” (cambio gradual y desde arriba) e “intransigentes” (cambios acelerados y desde abajo).
Se sucederán tres gobiernos:
Pi i Margall: (11 junio – 18 de julio)
Su objetivo era la aprobación de una nueva Constitución, la de 1873 (que será muy similar a la de 1869). Esta plantea una nueva división territorial (17 estados, contando a Cuba y Puerto Rico). Se producen las revueltas de los cantones y Pi i Margall dimite.
Salmerón: (18 de julio – 7 de septiembre)
Sofocó la revuelta cantonal, pero la presión militar causada por las condenas a muerte le hicieron dimitir.
Castelar: (20 septiembre – 2 de enero)
Republicano unitario, pretendió establecer una república conservadora. En enero de 1874, convocará a las Cortes y Pavía las disolverá por la fuerza. Entonces, Serrano instauró una dictadura republicana con la participación de Sagasta (constitucionalista) y Zorrilla (radical).
Cánovas del Castillo irá sumando apoyos para la causa alfonsina. Martínez Campos lidera un pronunciamiento militar en Sagunto, proclamando a Alfonso de Borbón como rey de España. Finaliza así el sexenio revolucionario y comienza la Restauración.