Crisis del Sistema de la Restauración y Caída de la Monarquía (1902-1931)
La Evolución de la Dictadura de Primo de Rivera
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de Estado. Esto ocurrió días antes de que se debatiese en el Congreso el “informe Picasso”, que revelaba las responsabilidades del Desastre de Annual, y que podía afectar al rey. Alfonso XIII aceptó el pronunciamiento, disolvió el Consejo de Ministros (el gobierno) y encargó al general sublevado la formación de un nuevo Gobierno o Directorio compuesto exclusivamente por militares.
Directorio Militar (1923-1925)
Tras el nuevo gobierno estaría el mismo bloque de poder que había dominado el país durante la Restauración: la oligarquía de terratenientes e industriales. El Directorio Militar tomó rápidamente medidas para controlar la situación:
- Militarización del orden público: Se implantó el estado de guerra durante dos años.
- Prohibición de la bandera y el himno catalán y restricción de la lengua catalana al terreno privado.
- Política de “mano dura” en todo lo referente al orden público.
- Creación de la Unión Patriótica, partido único dirigido por un militar, imitando el modelo de Mussolini.
- El Desembarco de Alhucemas en 1925, el primer desembarco anfibio moderno de la Historia, fue un gran éxito del gabinete y puso fin a la resistencia en el Rif. Su líder Abd-el-Krim se entregó a las autoridades del Marruecos francés. El fin de la guerra en Marruecos le dio gran popularidad al dictador, animándole a continuar al frente del país.
Directorio Civil (1925-1930)
En diciembre de 1925 se restableció el Consejo de Ministros, sustituyendo al Directorio Militar. Se trataba de institucionalizar la dictadura. El nuevo gobierno fue conocido como Directorio civil por la entrada de políticos civiles, como José Calvo Sotelo. Se puede sintetizar la política del nuevo gabinete en tres ámbitos:
- Política económica: desarrolló una política de nacionalismo económico en un contexto internacional favorable. Creó el monopolio de petróleos (CAMPSA) y la Telefónica. Intentó introducir un impuesto global sobre la renta, que tuvo muchas resistencias.
- Obras Públicas: puso en práctica ambiciosas obras hidráulicas, amplió la red de carreteras y modernizó la de ferrocarriles.
- Política laboral: creó los “comités paritarios” para resolver los conflictos entre obreros y patronos. Estas medidas, combinadas con la represión, redujeron la conflictividad social. Los dirigentes del PSOE y UGT cooperaron con el dictador hasta que éste se volvió impopular.
La oposición al régimen y la caída de Primo de Rivera
En sus comienzos, la oposición se limitó a algunos representantes de la “vieja política” (liberales y conservadores) y la oposición del movimiento obrero fue liquidada de forma contundente y rápida. Más importancia tuvo la oposición de los intelectuales. El más destacado fue Miguel de Unamuno, al cual destituyeron de sus cargos y se refugió en Hendaya, desde donde hostigó sin descanso a la Dictadura. Esta actitud intelectual conectó con un movimiento estudiantil organizado en la Federación Universitaria Escolar (FUE), que protagonizó protestas. El Gobierno cerró varias universidades. Los grupos republicanos, muy divididos y dispersos, se fueron reorganizando. Surgieron disensiones en el propio ejército. En 1928 Primo de Rivera intentó aprobar una nueva constitución de tipo conservador y autoritario, pero se encontró con la oposición frontal de casi toda la sociedad. Aquí comenzó el declive total de su régimen.
La crisis mundial de 1929 devolvió a España las huelgas y el desorden social, acrecentando el descontento. Entonces los socialistas se apartaron de la colaboración y se decantaron con claridad por la salida republicana. En 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al monarca, que se apresuró a aceptarla. El general murió en Francia dos meses después.
Las Causas de la Formación del Frente Popular
Al final del bienio radical-cedista (1934-1936) las diferencias entre el Partido Radical y la cada vez más extremista CEDA eran evidentes en el seno del gobierno. Pero la crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el del Estraperlo, que afectó a altos cargos gubernamentales. Lerroux y el Partido Radical cayeron en un descrédito total, del que no se recuperarían. La aparición de nuevos escándalos precipitó el fin de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en febrero de 1936. En un ambiente de creciente radicalización, las candidaturas a las elecciones de febrero de 1936 fueron:
- Frente Popular: pacto electoral entre Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y Esquerra Republicana de Catalunya. Agrupaba a todas las izquierdas; incluso la CNT, con muchos presos en la cárcel, apoyó de forma tácita a la coalición. Fue un acuerdo electoral, pero no de gobierno. El nombre de “Frente Popular” fue idea de la Komintern, y no gustaba a ningún partido excepto el PCE. Más adelante, las derechas dieron como excusa para el golpe de Estado de julio la influencia comunista en el gobierno, cuando realmente era muy pequeña.
- Los grupos de derecha, representados sobre todo por la CEDA y Renovación Española fueron incapaces de presentarse juntos como un bloque. Los partidos de derechas se agruparon en el Bloque Nacional (CEDA, monárquicos, tradicionalistas y, en algunas provincias, radicales y Lliga Catalana) pero no lograron elaborar un programa electoral consensuado. Falange y PNV también se presentaron por su cuenta.
Por un escaso margen la victoria fue para el Frente Popular, triunfador en las ciudades y provincias del sur y la periferia. Mientras, la derecha triunfó en el norte e interior del país. Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. El objetivo era que Indalecio Prieto, hombre fuerte del ala más moderada del PSOE, ocupara la jefatura del gobierno. Sin embargo, la negativa de su propio partido, dividido en diversas tendencias, llevó a que se formara un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del PSOE. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado. El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:
- Amplia amnistía para todos los represaliados tras octubre de 1934 (unos 30.000 presos).
- Restablecimiento del Estatuto catalán y tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia, fue aprobado en plebiscito en junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de 1936.
- Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Franco, Mola y Goded fueron destinados a Canarias, Navarra y Baleares.
- Reanudación de las reformas del Bienio Reformista, sobre todo de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.
El ambiente social era cada vez más tenso: la izquierda obrera viraba hacia una postura revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas (los más violentos con diferencia) y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. Entre febrero y julio hubo 262 víctimas mortales: 148 serían militantes de la izquierda, 50 de la derecha, 19 de las fuerzas de orden público y 45 sin identificar.
Mientras, la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, había una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera. Por otro lado, crecía el número de generales implicados: Franco, Goded, Fanjul, Varela, etc. Emilio Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el “director” del golpe, aunque Sanjurjo también se implicó desde Portugal. Los conspiradores iniciaron contactos con Mussolini y Hitler.
El 12 de julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial izquierdista de la Guardia de Asalto: el teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente madrugada con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un grupo de miembros de las fuerzas de seguridad. El enfrentamiento era inevitable. El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas pese a las continuas advertencias de las organizaciones obreras, vio como el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El triunfo parcial del golpe desencadenó la guerra civil
Comentario de Texto: Tratado de Utrecht (1713)
El texto analizado es un fragmento del Tratado de Utrecht, firmado el 13 de julio de 1713 entre España y Gran Bretaña, en el marco de la paz que puso fin a la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Se trata de un documento de naturaleza diplomática, cuyo ámbito geográfico abarca los territorios de España, sus posesiones americanas y Europa. La cronología se enmarca en el inicio del siglo XVIII, un periodo marcado por el conflicto sucesorio tras la muerte sin herederos de Carlos II, el último monarca de los Austrias españoles.
Ideas principales y secundarias
El texto articula varias disposiciones clave:
- Paz y relaciones comerciales (artículo 1): Establece la paz y amistad perpetuas entre España y Gran Bretaña, reflejando la voluntad de normalizar relaciones tras el conflicto.
- Control comercial y territorial en América (artículo 8): España se compromete a no ceder territorios americanos a potencias extranjeras, salvo acuerdos explícitos, mientras que se garantiza la libertad comercial entre ambas naciones.
- Cesión de Gibraltar y Menorca (artículos 10 y 11): España cede estos territorios estratégicos a Gran Bretaña, consolidando su influencia en el Mediterráneo y afectando la soberanía española.
- Asiento de negros (artículo 12): Se otorga a Gran Bretaña el monopolio para el comercio de esclavos en América, consolidando su hegemonía mercantil.
- Amnistía a Cataluña (artículo 13): Hace referencia a la supresión de los fueros y privilegios de Cataluña si bien se muestra como una reconciliación con los territorios catalanes tras su oposición durante la Guerra de Sucesión.
Relación entre contenido y situación política
El tratado refleja las concesiones de Felipe V para ser reconocido como monarca español por las potencias europeas. Durante la Guerra de Sucesión, Gran Bretaña lideró la oposición al acceso borbónico al trono (Gran Alianza de la Haya), apoyando al archiduque Carlos de Austria y defendiendo la política de equilibrio continental. La paz resultante supuso un duro golpe territorial y económico para España.
Consecuencias territoriales
El tratado marcó la pérdida de Gibraltar y Menorca, estratégicos en el control del comercio y el Mediterráneo. Además, fortaleció la influencia británica en América mediante el asiento de negros y el comercio. Aunque Felipe V consolidó su posición, España inició un periodo de declive político-territorial, que sería compensado parcialmente por reformas borbónicas en el siglo XVIII.
Comentario de Texto de la Constitución de 1931
Naturaleza del texto, destinatario, ámbito geográfico y cronología
El texto es un fragmento de la Constitución de 1931, de naturaleza jurídica y política, elaborada durante la Segunda República Española. Fue aprobada el 9 de diciembre de 1931 por las Cortes Constituyentes. Su destinatario es el conjunto de la ciudadanía española, ya que establece los principios fundamentales del nuevo régimen político. El ámbito geográfico corresponde al territorio español, y la cronología se sitúa en el inicio de la Segunda República, tras la proclamación del 14 de abril de 1931.
Ideas principales y secundarias
El texto establece los principios fundamentales de la República:
- Idea principal: España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que promueve la libertad, la justicia y la igualdad (artículo 1). Además, se organiza como un Estado integral, reconociendo la posibilidad de autonomía regional (artículo 8).
- Ideas secundarias:
- La separación Iglesia-Estado (artículos 3 y 26), reflejada en la no oficialidad de ninguna religión y la eliminación de ayudas económicas a instituciones religiosas.
- El principio de igualdad (artículo 25), prohibiendo privilegios por motivos de clase, género, riqueza o creencias.
- La reforma del matrimonio (artículo 43), reconociendo el divorcio por mutuo acuerdo o causa justificada.
Reformas del Bienio Reformista (1931-1933)
Durante el bienio reformista, el gobierno progresista implementó diversas reformas:
- Reforma agraria: Buscaba redistribuir tierras entre campesinos, enfrentando el latifundismo.
- Reforma educativa: Creación de escuelas laicas y gratuitas, impulsando la alfabetización.
- Reforma militar: Reducción del número de oficiales y modernización del Ejército.
- Reforma laboral: Legislación de derechos laborales como el salario mínimo, jornada de 8 horas y derecho a huelga.
- Reforma autonómica: Aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1932.
- Reforma religiosa: Separación entre la Iglesia y el Estado, la disolución de órdenes religiosas como la Compañía de Jesús y la prohibición de la enseñanza religiosa en escuelas públicas.
Oposición a las reformas
Las reformas generaron una fuerte oposición:
- La Iglesia Católica rechazó la separación Estado-Iglesia y la secularización de la educación.
- Terratenientes y élites económicas se opusieron a la reforma agraria, que amenazaba sus intereses.
- El Ejército, vinculado a la tradición monárquica, receló de la reforma militar.
- Sectores conservadores y monárquicos consideraron las reformas demasiado radicales.
- La izquierda radical y anarquistas criticaron la lentitud de las reformas.
La resistencia culminó en conflictos sociales como la insurrección campesina de Casas Viejas (1933), lo que debilitó al gobierno republicano y abrió el camino a la radicalización política posterior.