De la Posguerra a los Felices Años 20: Auge y Caída de la Economía Mundial

1. Los Sombríos Años de la Posguerra

Un Endeudamiento Generalizado

El Tratado de Paz de Versalles impuso a Alemania indemnizaciones significativas por su papel en la Primera Guerra Mundial, mientras que los demás países, incluidos los aliados, debían pagar préstamos solicitados para financiar la guerra. Estados Unidos, como principal acreedor, se benefició de una economía sólida y una moneda fuerte respaldada por reservas de oro, lo que le permitió convertirse en la primera potencia económica mundial durante la década de 1920, mientras que Europa luchaba con la devastación, la deuda y la inflación.

Inflación, Devaluación e Hiperinflación

La República de Weimar en Alemania enfrentó el desafío de reconstruir el país tras la Primera Guerra Mundial y pagar las reparaciones de guerra, lo que condujo a una emisión excesiva de moneda y a la devaluación, desencadenando hiperinflación y debilitando la economía alemana. Esto resultó en salarios bajos que perdían valor frente a la inflación y un aumento del desempleo. Otros países también enfrentaron problemas similares al devolver préstamos, recurriendo a reservas de oro, emisión de deuda pública y nuevos créditos, principalmente a Estados Unidos.

Un Clima de Tensión Militar

El incumplimiento de Alemania en el pago de las reparaciones de guerra llevó a Francia, con el respaldo de Bélgica, a ocupar la cuenca minera del Ruhr en 1923. Este territorio era vital para la industria alemana. Alemania no pudo cumplir con el primer pago programado de 20.000 millones de marcos, solo pagando alrededor de 8.000 millones. La ocupación aumentó los problemas de la devaluación y la inflación alemanas y provocó una espiral de consecuencias encadenadas:

  • Económicas: Muchos trabajadores alemanes quedaron en paro, y huelgas y manifestaciones recorrieron todo el país. El gobierno alemán aumentó de nuevo la emisión de moneda, lo que agravó la devaluación y disparó aún más la inflación.
  • Políticas: La población alemana consideró la ocupación del Ruhr como una humillación, lo que estimuló el auge de las ideas nacionalistas y de opciones políticas populistas, como el nazismo, frente a las democráticas que representaba la recién instaurada República de Weimar.
  • Militares: Como alternativa a la falta de trabajo y a la humillación, se crearon redes militares semiclandestinas al margen de lo acordado en Versalles (que limitaba el número de efectivos militares de Alemania) y se planteó la reactivación de la industria del armamento.

La amenaza de una nueva guerra se intensificaba debido a los impagos de Alemania a Francia, lo que alimentaba el sentimiento antigermánico en Francia, mientras que la ocupación del Ruhr aumentaba el sentimiento nacionalista y el deseo de revancha en Alemania.

El Fermento de las Futuras Dictaduras

En 1923, Adolf Hitler lideró un intento fallido de golpe de Estado en Alemania, conocido como el Putsch de Múnich. La incapacidad de los regímenes democráticos para abordar los problemas económicos y sociales, como el desempleo, llevó al surgimiento de alternativas totalitarias como el comunismo, el fascismo y el nazismo. Este fenómeno permitió que las dictaduras ganaran terreno en el panorama político, con ejemplos como Yugoslavia, Grecia y España.

2. Del Pesimismo a la Esperanza

La Reconstrucción de Europa

La situación económica caótica en Europa afectó también a Estados Unidos debido a la falta de devolución de los préstamos concedidos durante la Primera Guerra Mundial, lo que restringió el crecimiento de sus industrias y el mercado para sus productos. En 1924, se convocó una conferencia internacional propuesta por Estados Unidos para suavizar las condiciones de paz de Versalles. Se aprobó el Plan Dawes, que relajó los plazos de las indemnizaciones de guerra de Alemania, respaldó su nueva moneda (el rentenmark) y le concedió nuevos créditos, lo que ayudó a Alemania a sanear su situación financiera y revalorizar su moneda. Esta medida contribuyó a la recuperación de Europa, aunque Estados Unidos fue el principal beneficiario al aumentar su hegemonía económica y política.

Un Clima de Euforia y Prosperidad

La recuperación económica tras el Plan Dawes llevó a una relajación de las tensiones entre los aliados y Alemania, marcadas por la ocupación de la cuenca del Ruhr. En 1925, se firmó el Tratado de Locarno, comprometiéndose Francia, Bélgica y Alemania a respetar sus fronteras. Esto permitió a los países europeos reconstruir sus infraestructuras, industrias y cultivos destruidos durante la guerra, aunque a un ritmo más lento que el de Estados Unidos, que se benefició aún más al recibir nuevos préstamos de Europa para reactivar su economía.

Estados Unidos se convirtió en el principal inversor exterior, consolidando al dólar como la moneda de referencia para los intercambios internacionales. Tres factores contribuyeron a esta posición privilegiada:

  • La mejora de su productividad, de la mano de la generalización de las cadenas de montaje, que rebajaron notablemente los costes y tiempos de producción.
  • La competitividad de sus productos, muchos de los cuales representaban una novedad en el mercado (coche, radio, teléfono, electrodomésticos…).
  • La exportación al continente europeo de buena parte de estos nuevos productos, lo cual generó un extraordinario superávit comercial respecto a sus importaciones.

Mientras en Norteamérica se construían rascacielos, en Europa se llevaba a cabo la reconstrucción de sus ciudades, impulsando el sector de la construcción, reduciendo el desempleo y mejorando el nivel de vida. El crecimiento económico alcanzó alrededor del 5% anual, reemplazando el pesimismo de posguerra con un período de euforia conocido como los “felices años 20“. Esta época se caracterizó por la popularidad de nuevos bailes como el “charlestón”, la expansión del jazz, y la difusión de entretenimientos como el cine, el gramófono, la radio, los teléfonos…