Diversidad Lingüística de España a Través de la Historia
1. Pueblos Prerromanos
Antes de la llegada de los romanos (218 a. C.), la Península Ibérica estaba habitada por diversos pueblos, cada uno con su propia lengua: celtas, íberos, celtíberos, vascones, cántabros, turdetanos y lusitanos. Estas lenguas fueron desapareciendo gradualmente con la romanización.
2. La Romanización
En el año 218 a. C., los romanos desembarcaron en Ampurias, dando inicio a la romanización de Hispania. Este proceso conllevó la adopción de la cultura, las costumbres, las instituciones y, sobre todo, la lengua latina. Hispania se convirtió en una parte esencial del Imperio Romano, aportando figuras notables como Trajano, Adriano, Séneca, Marcial, Lucano y Quintiliano.
Sustrato: fenómeno de interferencia entre lenguas que se produce cuando un pueblo sojuzgado adopta la lengua de los conquistadores.
3. Fragmentación del Latín en la Edad Media
En el siglo V d. C., las invasiones germánicas provocaron el colapso del Imperio Romano. Suevos, vándalos, alanos y, finalmente, visigodos, se asentaron en la Península. Sin embargo, la influencia germánica en las lenguas fue escasa, ya que estos pueblos estaban previamente romanizados.
Superestrato: influencia de la lengua de un pueblo invasor en la lengua del pueblo invadido.
4. La Situación Lingüística en Al-Ándalus
La llegada de los musulmanes en el siglo VIII tuvo un impacto mucho mayor que la presencia germánica, dejando una huella profunda en la cultura y el desarrollo de las lenguas de España. En el año 711, el rey visigodo Rodrigo, en su lucha por el poder contra Witiza, solicitó la ayuda de los musulmanes. Estos, tras derrotar a Rodrigo, permanecieron en la península hasta su expulsión en 1492. Durante siglos, cristianos y musulmanes convivieron en Al-Ándalus. Los cristianos (mozárabes) se integraron en la sociedad musulmana, donde el árabe era la lengua oficial.
5. Formación de las Lenguas Romances
Los pequeños reinos cristianos que se formaron en el norte iniciaron un proceso de Reconquista y repoblación que duraría siglos. Este proceso, que culminó con la conquista de Granada en 1492, dio lugar a las diversas lenguas romances que conocemos hoy en día.
La población autóctona de los núcleos cristianos del norte, junto con los mozárabes que huían del dominio musulmán, protagonizaron una compleja Reconquista que llevaría a la desaparición paulatina de Al-Ándalus y del dialecto mozárabe. Este proceso propició el desarrollo de los dialectos románicos peninsulares:
- Asturleonés: se extendió por Asturias, las tierras cántabras y el reino de León, dando lugar al bable.
- Gallegoportugués: avanzó hacia el sur, originando el gallego y el portugués.
- Castellano: se desarrolló hacia el sur en forma de cuña, convirtiéndose en la lengua de todo el territorio español.
- Navarroaragonés: ocupó tierras navarras y del norte de Aragón, dando lugar a las fablas.
- Catalán: se extendió por tierras valencianas, baleares y otras islas del Mediterráneo.
6. La Situación Lingüística en los Siglos de Oro (1492-1659)
La evolución lingüística en estos dos siglos está marcada por la unificación política de la península, excepto Portugal, mediante la unión de los reinos de Castilla y Aragón, la conquista de Granada y la anexión de Navarra. España y Portugal se consolidaron como Estados con una tendencia al centralismo político y a la unidad ideológica, cultural y artística. El castellano se convirtió en la lengua oficial del Estado.
El Humanismo renacentista, en su afán por dignificar las lenguas romances, contribuyó enormemente a su fijación. En 1492, Antonio de Nebrija publicó la primera Gramática Castellana.
7. Las Lenguas de España en los Siglos XVIII y XIX
Normativización del castellano: La Real Academia Española, fundada en 1713 por Felipe V, se encargó de fijar la norma gramatical de la lengua y le dio estabilidad definitiva en la escritura mediante la publicación del Diccionario de Autoridades (1726-1739), la Ortografía (1741) y la Gramática (1771).
Renaixença: El catalán experimentó una etapa de expansión a partir de la Renaixença, un movimiento cultural impulsado por la burguesía que promovía el uso y el estudio de la lengua catalana. En 1913, Pompeu Fabra elaboró las Normas ortográficas que unificaron la escritura del catalán moderno. En 1918, se publicó la Gramática y, en 1932, durante la II República, se concluyó el Diccionari General de la Llengua Catalana.
Conceptos Clave
Bilingüismo: fenómeno que se produce cuando dos lenguas son utilizadas con facilidad y de forma alterna en situaciones sociales parecidas o comparables, por lo que ambas gozan del mismo prestigio social y cultural.
Bilingüismo individual: se produce cuando una persona tiene un nivel de competencia tal en dos lenguas que puede usar indistintamente ambas en cualquier situación.
Diglosia: fenómeno en el que una lengua (dominante y mayoritaria) goza de mayor prestigio social y político y desempeña funciones formales, mientras que la otra (minorizada y normalmente minoritaria) queda relegada a las situaciones informales.
Estereotipos lingüísticos: creencias y prejuicios generalizados sobre una lengua o variedad lingüística, que pueden ser negativos o positivos. Estos estereotipos pueden influir en la forma en que las personas son percibidas y tratadas por su uso de la lengua.
Sesgo lingüístico: tendencia a hacer juicios o tomar decisiones basadas en la lengua de una persona o en estereotipos lingüísticos, en lugar de en su habilidad o competencia. Puede dar lugar a la discriminación lingüística y tener consecuencias negativas para las personas y comunidades lingüísticas marginadas.