Transformaciones Económicas y Revolución Industrial en la España del Siglo XIX
Durante el siglo XIX, el cambio social, junto con el escaso volumen de población y su lento y tardío crecimiento respecto al resto de Europa occidental (debido a las numerosas guerras y a las acusadas diferencias de patrimonio entre las distintas clases), condicionó la economía española. Esta situación se manifestó principalmente en la falta de capitales y de inversión en ciencia y tecnología, lo que impidió un verdadero avance en la industrialización. Los grandes propietarios estaban más interesados en sus latifundios, signo de prestigio, que en el espíritu de empresa. España continuó siendo un país fundamentalmente agrícola, cuya economía se basaba en un comercio escaso y cerrado de productos tradicionales.
Las Desamortizaciones y su Impacto Económico
Un factor importante en las transformaciones económicas de España fue el efecto de las desamortizaciones. Para valorar este proceso desde el punto de vista económico, hay que tener en cuenta que la extensión total de las tierras vendidas podría estar en torno a unos diez millones de hectáreas, equivalentes a una quinta parte del territorio nacional o a la mitad de la tierra cultivable.
Ya en el siglo XVIII se habían iniciado algunas desamortizaciones, aunque representaron una mínima parte comparadas con las del XIX. Todas siguieron el mismo proceso: el Estado se incautaba de tierras en “manos muertas” (amortizadas) de la Iglesia o de los municipios, las declaraba bienes nacionales y las ponía a la venta mediante subasta pública. Las desamortizaciones no fueron concebidas como una reforma agraria de carácter social, sino como una medida económica de carácter fiscal: su objetivo era reducir la deuda pública para sanear la Hacienda.
La Desamortización de Mendizábal (1837-1849)
La desamortización de Mendizábal, exclusivamente eclesiástica, se llevó a cabo principalmente entre 1837 y 1844, aunque continuó hasta 1849. No se conoce el número exacto de hectáreas vendidas, pero los ingresos ascendieron a casi 4.000 millones de reales, casi la tercera parte del total de ingresos por desamortizaciones a lo largo del siglo.
La Desamortización de Madoz (1855-1867)
La desamortización de Madoz, conocida como general porque incluía todo tipo de tierras amortizadas (de la Iglesia y de los municipios, principalmente), se efectuó, con interrupciones, desde 1855 hasta 1867. Se vendieron casi todas las tierras amortizadas del clero que habían quedado pendientes de la fase anterior y la mayor parte de las tierras amortizadas de titularidad civil, representando casi unos 5.000 millones de reales (el 42% del total de ingresos obtenidos por desamortizaciones).
Entre 1868 y 1900 todavía se venderían tierras por valor de 3.000 millones de reales (el 25% restante).
Consecuencias de las Desamortizaciones
Aunque se piensa que las desamortizaciones acentuaron la estructura latifundista de la propiedad de la tierra en España, no existen datos fiables que lo demuestren. Las tierras fueron vendidas en pública subasta a los mejores postores, por lo que se deduce que los compradores debieron ser personas adineradas (burgueses, principalmente) y no campesinos pobres. Se creó una nueva clase social de terratenientes, aunque no se puede descartar la presencia de compradores de la alta nobleza. Las desamortizaciones no modificaron sustancialmente la estructura de la propiedad; solo hubo un cambio de propietarios.
La consecuencia más importante fue la puesta en cultivo de grandes extensiones de terreno que no habían sido explotadas. Este hecho fue fundamental para incrementar la producción agrícola y satisfacer la demanda creciente de alimentos, derivada del aumento de la población. Sin embargo, el sector agrario tuvo un escaso desarrollo debido a la mala calidad de la tierra, a las adversas condiciones climatológicas y a la exclusión de los campesinos de la propiedad de la tierra.
La Reforma Agraria Liberal y el Estancamiento Agrícola
La reforma agraria liberal forma parte del proceso de sustitución del Antiguo Régimen por una sociedad capitalista. Se abolieron los señoríos y los derechos jurisdiccionales, se desvinculó la propiedad y se desamortizaron la mayoría de las tierras de la Iglesia y de los Ayuntamientos. Estas reformas consolidaron la propiedad privada, transformando la tierra en una mercancía. Sin embargo, el interés principal era obtener beneficios rápidos sin grandes inversiones, lo que provocó que no hubiera mejoras técnicas y el sector quedara atrasado, frenando una posible revolución agrícola.
El estancamiento en la agricultura se debió, además de a las causas ya mencionadas, a una férrea protección arancelaria. Los aranceles al trigo se mantuvieron altos durante todo el siglo para proteger al sector cerealista, arcaico y estancado, que utilizaba una cantidad excesiva de mano de obra y obtenía bajos rendimientos. Se infrautilizaron las tierras y la mano de obra.
- Trigo y Vid: Destacó el cultivo del trigo y de la vid, cuya producción aumentó gracias a la caída de la producción francesa (afectada por la filoxera).
- Sector Hortofrutícola: Existía un sector de grandes rendimientos, el hortofrutícola del litoral Mediterráneo, uno de los más competitivos de Europa, aunque con una pequeña superficie de cultivo.
- Olivo: El crecimiento del olivo fue muy apreciable, incrementando la producción de aceite.
La falta de inversión impidió una verdadera revolución agrícola, la mejora en la estructura de la propiedad de la tierra y la disminución de las desigualdades sociales. Este atraso impidió la incorporación de España a la revolución industrial.
El Desarrollo Industrial en España
El desarrollo de la industria en España estuvo muy alejado de los países europeos más desarrollados, debido a:
- Excedentes agrícolas insuficientes para un crecimiento elevado de la población.
- Demanda campesina de bienes industriales muy reducida.
- Transferencia insignificante de población de la agricultura a la industria.
La expansión de la industria moderna se inició en Cataluña con el sector algodonero. En 1833 se instaló la primera máquina de vapor, impulsando la mecanización, lo que supuso una disminución de costes y precios de venta que estimuló la demanda.