El Auge de las Naciones: Un Estudio del Nacionalismo y la Unificación en el Siglo XIX

El Auge de las Naciones en el Siglo XIX

Nacionalismo

El nacionalismo del siglo XIX se manifestó en dos vertientes principales:

  • Nacionalismo liberal: Enraizado en la Ilustración y la Revolución Francesa, este movimiento encontró sus primeros ejemplos en la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa, procesos que definieron el concepto de nación contemporánea. Defendía la libertad y la independencia de los pueblos, y la ciudadanía se adquiría por nacimiento o residencia en un territorio (derecho de suelo). La pertenencia a una nación se consideraba un acto voluntario, una visión defendida por historiadores como Jean Michelet y Giuseppe Mazzini. Hasta 1848, el liberalismo fue la ideología dominante.
  • Nacionalismo conservador: El nacionalismo alemán introdujo la idea de un nacionalismo orgánico a través del concepto de Volkgeist (espíritu del pueblo). La nacionalidad se basaba en la sangre, en una lengua, cultura y tradiciones comunes. La pertenencia a una nación no era un acto voluntario, sino un derecho de nacimiento. La legitimidad del Estado residía en la existencia de un pueblo con una historia y cultura compartidas. Figuras como Goethe y Herder contribuyeron a esta corriente. Con el ascenso de la burguesía al poder, a partir de 1848, el nacionalismo adoptó una postura más conservadora.

Durante el siglo XIX, el nacionalismo se convirtió en una fuerza política con dos vertientes:

  • Fuerza centrífuga: En estados plurinacionales, el nacionalismo actuó como elemento disgregador, como en los imperios austríaco y otomano, donde diversos pueblos reclamaron su derecho a la independencia.
  • Fuerza centrípeta: En territorios donde un pueblo estaba dividido en múltiples estados, el nacionalismo actuó como impulsor de la unificación, como en Italia y Alemania.

En ambos casos, la conciencia nacional fue esencial. Se promovió la cohesión a través de la lengua y la investigación histórica, construyendo un relato nacional compartido.

Oleadas Revolucionarias

  • 1820:
    • España: El pronunciamiento del coronel Rafael de Riego obligó a Fernando VII a aceptar la Constitución de 1812.
    • Nápoles: Las revueltas de los Carbonarios forzaron al rey a instaurar un parlamento y una constitución.
    • Grecia: Con el apoyo de Rusia, Grecia logró su independencia del Imperio Otomano tras el Tratado de Adrianópolis (1829).
    La Santa Alianza intervino militarmente para restaurar el absolutismo en España y Nápoles.
  • 1830:
    • Francia: Un levantamiento popular en París contra el absolutismo de Carlos X llevó al trono a Luis Felipe de Orleans, quien instauró una monarquía constitucional moderada.
    • Bélgica: Se independizó de Holanda y estableció una monarquía constitucional.
    • Polonia: Una revuelta contra el zar Nicolás I fue violentamente sofocada. También fracasó una rebelión en el norte de Italia contra Austria.
  • 1848 (Primavera de los Pueblos):
    • Causas:
      • Crisis económica (1845-1847): Malas cosechas, crisis industrial y comercial.
      • Descontento de la pequeña burguesía: Artesanos y comerciantes excluidos de la vida política.
      • Actividad liberal y nacionalista clandestina.
      • Aparición del proletariado como sujeto político, reclamando derechos y justicia social.
    • Reacción conservadora:
      • Francia: La alianza entre burguesía y trabajadores se rompió, y el país adquirió un carácter conservador bajo Napoleón Bonaparte, quien proclamó el Segundo Imperio en 1852.
      • Alemania: El rey rechazó la Constitución de Frankfurt, que fracasó por la falta de unidad y la actitud de Prusia. Se impulsó un nuevo texto conservador.
      • Italia: Los austriacos recuperaron el control del norte y restauraron el poder del Papa, deteniendo el proceso unificador.
      • Austria: El ejército sofocó las rebeliones, incluyendo la húngara, y el emperador impuso una constitución común para el imperio.

Unificación Italiana

El sentimiento de resistencia contra Austria y la idea de pertenencia a un espacio común impulsaron la unificación italiana. El modelo piamontés, liderado por el Conde Cavour, primer ministro de Víctor Manuel II, se impuso. Etapas:

  • Anexión de Lombardía (1859): Con ayuda de Francia, Piamonte derrotó a Austria en Magenta y Solferino. Lombardía se incorporó a Piamonte, que cedió Niza y Saboya a Francia. Parma, Módena y Toscana se integraron posteriormente.
  • Conquista de Nápoles (1860): La expedición de Garibaldi y sus Camisas Rojas conquistó el Reino de las Dos Sicilias, que se unió a Piamonte. En 1861 se convocó el primer parlamento italiano en Turín.
  • Incorporación de Venecia (1866): Venecia se unió a Italia tras la derrota austriaca contra Prusia.
  • Ocupación de Roma (1870): Tras la derrota francesa en la guerra franco-prusiana, las tropas italianas ocuparon Roma, que se convirtió en la capital.

Unificación Alemana

Bismarck orquestó la unificación alemana mediante guerras que debilitaron a Austria y superaron la resistencia de los estados católicos del sur:

  • Guerra de los Ducados (1864): Prusia y Austria se aliaron contra Dinamarca, anexionando Schleswig-Holstein (de población alemana). Schleswig pasó a Prusia y Holstein a Austria.
  • Guerra contra Austria (1866): La victoria prusiana en Sadowa excluyó a Austria del proceso de unificación y permitió la creación de la Confederación Alemana del Norte, liderada por Prusia.
  • Guerra Franco-Prusiana (1870): Bismarck atrajo a los estados del sur. La victoria en Sedán provocó la caída del Segundo Imperio Francés. Guillermo I fue proclamado emperador del Segundo Reich. El Tratado de Frankfurt (1871) cedió Alsacia y Lorena a Alemania.