CAPITAL
– El capital es dinero susceptible de multiplicarse, dinero que engendra dinero, y es la base del sistema capitalista, cuya riqueza se mide en cantidad de dinero: las personas valen por el dinero que tienen y el trabajo vale por el dinero que genera.
– El capital es un tipo de dinero diferente del salario. El salario es el dinero que recibe un proletario a cambio de su trabajo; con él el trabajador resuelve sus necesidades y repone sus fuerzas para seguir trabajando. El capital es el dinero que el capitalista o burgués obtiene de vender lo que el proletario produce; con él el burgués puede hacer mucho más que sobrevivir. Por ello podemos decir que el dinero que entra en el bolsillo del proletario, el salario, es moneda impotente, mientras el dinero que entra en el bolsillo del burgués, el capital, es moneda potente. La diferencia entre lo que una persona puede hacer en la vida dependiendo de si su dinero es salario o capital es el fundamento de la explotación.
– El capitalismo es un sistema económico cuya riqueza es el dinero, y al que le interesan por tanto las cosas y el trabajo en la medida en que producen dinero. El dinero, no el hombre, es su finalidad. El dinero y el trabajo no son en el capitalismo medios para que viva el hombre: el hombre y su trabajo son medios para que se multiplique el dinero. El hombre no es un sujeto que maneja el dinero como instrumento, sino al revés: el dinero es el sujeto que maneja al hombre convertido en instrumento.
– El dinero, como Dios para Feuerbach, es para Marx lo que existe por encima y antes que el hombre, es el sujeto, el protagonista de la vida humana, y los hombres son sus siervos. Por eso en el capitalismo los hombres no son libres, unos están explotados y todos están alienados.
PLUSVALÍA
– La fuerza de trabajo del obrero produce mercancías, y es una mercancía a su vez porque se cambia por dinero: el capitalista la compra, paga al proletario, y el proletario la vende, cobra un salario por ella. El salario se calcula sumando el precio de las mercancías (comida, vestido, habitación, transporte) que el trabajador tiene que consumir para seguir vivo y seguir trabajando.
– El capitalista compra la fuerza de trabajo del obrero, le paga al obrero su salario, y después se apropia de las mercancías que el obrero produce: lo que el obrero produce le pertenece al capitalista. A continuación, el capitalista vende esas mercancías a un precio mucho mayor que el salario que ha pagado al obrero por producirlas, y esa diferencia entre lo que el capitalista gana por vender las mercancías y el salario que le ha pagado al obrero por producirlas es la plusvalía.
– La plusvalía es el origen de la ganancia del capitalista y de la explotación del trabajador, pues, por este procedimiento, el capitalista puede enriquecerse cada vez más mientras el obrero siempre vivirá con lo justo. El dinero que entra en el bolsillo del obrero es salario, y el salario es moneda impotente, moneda con la que el proletario no puede más que sobrevivir para seguir trabajando; en cambio, el dinero que entra en el bolsillo del capitalista es capital, y el capital es moneda potente, moneda que se multiplica con la que el capitalista puede hacer mucho más que sobrevivir. Por eso el proletario está explotado.
ALIENACIÓN
– Una persona está alienada cuando tiene una imagen errónea de sí misma, es decir, cuando es una extraña para sí misma y vive fuera de sí. Alienus en latín significa “otro” y con Marx adquiere el sentido peyorativo de “extrañado o fuera de uno mismo”; por eso se dice de quien tiene una imagen falsa de sí mismo que está alienado. Estar alienado significa no identificarse ni reconocerse a uno mismo y, por tanto, es sinónimo de deshumanización.
– Según Feuerbach, la causa de la alienación del hombre es la religión, y según Marx la causa de la alienación es la propiedad privada, que es la base del sistema de explotación capitalista. En las dos clases sociales que genera el modo de producción capitalista todos los individuos están alienados, tanto los burgueses como los proletarios.
– El burgués o capitalista está alienado porque maneja capital, fuerza monetaria, dinero que engendra más dinero, y se convierte en una personificación de esa fuerza. Su vida consiste en manejar y multiplicar el dinero y termina identificándose con lo que maneja: las cualidades del dinero se convierten en sus propias cualidades, es más importante mientras más dinero tiene, vale por la cantidad de dinero que acumula o por el dinero que cuestan las cosas que posee, es decir, vale por su dinero, no por su persona. Además, el capitalista está alienado porque no utiliza el dinero para vivir sino que pone su vida al servicio del dinero.
– El proletario, por su parte, está alienado por la forma en que trabaja. En principio, según Marx, debería ser a través del trabajo como el ser humano consigue su realización y dignificación personal. Sin embargo, en el sistema capitalista le sucede lo contrario: lo que el obrero produce no le pertenece y por tanto no se reconoce en lo que crea; la actividad laboral no le interesa, y su horario de trabajo no le deja tiempo para cultivarse como persona (desarrollar sus capacidades intelectuales o espirituales) ni para establecer con las demás personas relaciones sociales satisfactorias. Solo es una pieza más del engranaje productivo.
– La religión, que hace creer que existe tras la muerte una vida mejor y resigna a las personas a aceptar sus sufrimientos, es el efecto y no la causa de la alienación: la religión sirve para adormecer el deseo de libertad y de felicidad en este mundo y, por ello, según Marx, la religión es el “opio del pueblo”.
– La propiedad privada es la causa de la alienación y solo el comunismo -entendido como supresión de la propiedad privada y del capital- permitirá la eliminación de todas las alienaciones, el fin de la explotación y la humanización del hombre.
Comentario de texto: Karl Marx
El presente fragmento pertenece al prólogo de la obra titulada Contribución a la crítica de la economía política, de Karl Marx, publicada en 1859; en esta obra realiza una crítica al sistema económico capitalista y defiende una posición filosófica conocida como materialismo histórico. Karl Marx fue un filósofo, economista, sociólogo y periodista, nació en Alemania y murió en Londres conocido por ser uno de los pensadores más influyentes en la historia moderna. Por sus ideas políticas tuvo que exiliarse de Alemania y refugiarse en París donde conoció a Friedrich Engels con quien escribiría varias obras. Expulsado de Francia, redactaron juntos en Bruselas el Manifiesto Comunista en 1848. Tiene que huir del continente y se refugia en Londres, donde seguirá su tarea política y filosófica. Será partícipe en la creación de la I Internacional (Asociación Internacional de Trabajadores) y tendrá un papel activo en la lucha del movimiento obrero. Además, continuará su labor filosófica hasta su muerte en 1883. Su obra más conocida es El Capital, donde examina la naturaleza del capital, la plusvalía y las contradicciones inherentes al sistema capitalista. También abogó por la abolición del sistema de clases y la creación de una sociedad comunista sin propiedad privada ni explotación.
El tema es la relación entre la infraestructura (estructura económica) y la superestructura en una sociedad.
La IDEA PRINCIPAL que defiende Marx en este fragmento es que la estructura o infraestructura económica de una sociedad, es decir, las relaciones de producción, determinan o condicionan la superestructura de una sociedad, es decir, las formas de conciencia social o ideologías predominantes en una sociedad en un momento determinado. En otras palabras, el sistema económico de la sociedad conforma el conjunto de creencias de una sociedad a través de sus diferentes instituciones políticas, sociales, culturales y religiosas. El materialismo histórico consiste precisamente en defender que no son las ideologías las que determinan la realidad concreta, sino que es precisamente la realidad material (económica) la que produce su propia ideología.
La infraestructura es el sistema económico de una comunidad, es decir, las fuerzas y relaciones de producción existentes. Y la superestructura está formada por la cultura, las instituciones, ideologías, costumbres, normas, etcétera, de la sociedad.
Es decir, si cambia la infraestructura económica, necesariamente cambiará la superestructura. Las relaciones de producción y las fuerzas productivas materiales condicionan por tanto el desarrollo de las instituciones políticas, jurídicas y culturales de una sociedad. Por lo tanto, los cambios en la infraestructura económica pueden dar lugar a cambios en la superestructura.
Si queremos cambiar una sociedad, debemos transformar su economía.
Este es el motivo de que Marx crea que llegaremos a una sociedad de personas libres e iguales si abolimos la propiedad privada, que pertenece a la economía y por tanto a la infraestructura, y no la religión, que es una creencia y pertenece a la superestructura. El camino para la libertad y la igualdad es, pues, transformar la economía, derrocar el modo de producción capitalista basado en la propiedad privada e instituir un modo de producción comunitario o comunista basado en la propiedad común. Así cambiaría la infraestructura de la sociedad, y de ello derivarían otras relaciones sociales, otras instituciones políticas y otra ideología, es decir, otra superestructura.
En conclusión, Karl Marx sostiene en este fragmento que la infraestructura económica de una sociedad, sus relaciones de producción, influye y condiciona la superestructura, es decir, las ideologías y creencias predominantes en esa sociedad. En sus obras, Marx argumenta que el sistema económico capitalista moldea las instituciones políticas, sociales, culturales y religiosas, dando forma a la conciencia social en un momento específico.