El Carlismo y la Construcción del Estado Liberal en España: Isabel II y el Sexenio Democrático

El Carlismo y la Construcción del Estado Liberal en España: Isabel II y el Sexenio Democrático

1. Ámbito Geográfico, Ideario y Apoyos Sociales del Carlismo

El Carlismo tuvo su principal arraigo en el campo y las pequeñas ciudades del País Vasco y Navarra. Estas regiones apoyaron mayoritariamente al pretendiente Carlos María Isidro de Borbón debido a su tradicionalismo foral, gracias al apoyo que le dio el bajo clero local. La causa carlista en el País Vasco y Navarra fue fundamentalmente foralista. En Aragón y Cataluña, el Carlismo se vio como una oportunidad para recuperar sus derechos forales, perdidos tras la Guerra de Sucesión con los Decretos de Nueva Planta.

El programa ideológico del Carlismo se resumía en la defensa de la religión, el absolutismo monárquico, el foralismo (de ahí el apoyo que recibió en Cataluña, provincias vascas y Navarra) y los privilegios del Antiguo Régimen. Su rechazo a las reformas liberales iniciadas en las Cortes de Cádiz fue total, especialmente a las que afectaron a la Iglesia.

Sus apoyos sociales fueron el clero, aunque la jerarquía eclesiástica se mantuvo ambigua; el campesinado pobre; gran parte de la nobleza y sectores de las clases medias defensoras de los fueros.

2. Causas y Consecuencias de las Dos Primeras Guerras Carlistas

Fernando VII, queriendo garantizar la descendencia en su futuro hijo, hizo publicar la Pragmática Sanción que eliminaba la Ley Sálica y restablecía la línea sucesoria de las Partidas. Este hecho fue protestado por los carlistas como un atentado a los derechos del infante Don Carlos, y se convirtió en un problema cuando nació la infanta Isabel, la heredera. En 1833, Fernando VII murió, y su hermano, considerándose el heredero al trono, luchó por él, arrebatándoselo a Isabel. Así comenzó la Primera Guerra Carlista, una guerra civil que enfrentó a absolutistas y liberales. La causa principal era que los carlistas querían que el rey fuese el infante Carlos María y que se mantuviese el absolutismo, mientras que los liberales deseaban que fuese Isabel II para así implantar el liberalismo.

La Primera Guerra Carlista generó una serie de consecuencias. En primer lugar, fue un conflicto muy sangriento, generando un alto coste en vidas humanas. En el plano político, la guerra contribuyó a la definitiva inclinación de la Monarquía española hacia el liberalismo. El reforzamiento del protagonismo de los militares en la política española fue otra repercusión del conflicto. En lo económico, la guerra generó enormes gastos, que pesaron como una losa sobre la pésima situación de la Hacienda. Estas dificultades condicionaron la orientación de ciertas reformas, como la desamortización.

La Segunda Guerra Carlista, también conocida como Guerra de los “Matiners”, se desarrolló durante el reinado efectivo de Isabel II y el gobierno de Ramón María Narváez. El conflicto surgió fundamentalmente como un levantamiento popular en distintos puntos de Cataluña, debido al fracaso de los intentos de casar a Isabel II con el pretendiente carlista, Carlos Luís de Borbón, que había sido apoyado por distintos sectores moderados de Isabel II.

Consecuencias:

  • En primer lugar, el protagonismo político de los militares (espadones), que fue una pieza clave para la defensa del régimen liberal.
  • En segundo lugar, la inclinación de la monarquía hacia el liberalismo.

3. Características de los Partidos Políticos durante el Reinado de Isabel II

Los partidos políticos se trataban de agrupaciones de personas influyentes y poderosas. Las características de los sistemas eran que la práctica electoral estaba sometida a la corrupción y al arreglo, la gran influencia de los líderes, el retraimiento y el uso de símbolos de raíz histórica. La escasa participación en las elecciones hacía del pueblo un mero espectador de la vida política, lo que tuvo como consecuencia un sistema electoral corrupto.

Ideología de cada partido:

  • Partido Carlista: querían volver al Antiguo Régimen, defendían el absolutismo monárquico, la soberanía real, los privilegios forales estamentales y la restauración de la Inquisición.
  • Partido Moderado: querían integrar a los carlistas, sin volver al Antiguo Régimen. Defendían la soberanía compartida entre las Cortes y el rey, el “Orden” por encima de todo y la reconciliación con la Iglesia.
  • Unión Liberal: se situaban en un término medio entre los moderados y los progresistas. Representaban a los sectores más acomodados de la sociedad y defendían la soberanía compartida.
  • Partido Progresista: defendían la soberanía nacional, representada por las Cortes, el sufragio censitario y la Milicia Nacional. Su base social eran las clases medias.
  • Partido Demócrata: abogaban por la soberanía popular, representada por las Cortes, el sufragio universal masculino, un fuerte apoyo a la Milicia Nacional y contaron con el apoyo de las clases medias y bajas.

4. Comparación de las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz

Las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, ambas impulsadas por el Partido Progresista, compartían algunos objetivos, pero también presentaban diferencias. Las consecuencias (económicas, sociales, políticas y ambientales) fueron similares, beneficiando principalmente a la burguesía.

  • Fase eclesiástica de Mendizábal (1837-1850): consistió fundamentalmente en la venta por subasta de las tierras expropiadas a la Iglesia. Tenía tres objetivos:
    1. Sanear la Hacienda mediante la amortización parcial de la deuda pública.
    2. Financiar la guerra civil contra los carlistas.
    3. Convertir a los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal.
  • Fase general de Madoz (1855-1867): se inició durante el Bienio Progresista e incluía todo tipo de tierras amortizadas: las de la Iglesia aún no vendidas y las de propiedad municipal, principalmente.

Objetivos de ambas desamortizaciones:

  • Ampliar la cantidad de tierra disponible en el mercado.
  • Mejorar la Hacienda pública a través del dinero recaudado.
  • Ampliar el número de simpatizantes del liberalismo, creando un sector de propietarios que se sintieran unidos al régimen liberal isabelino.
  • En el caso de la de Mendizábal, crear una clase media agraria de campesinos propietarios.

5. La Nueva Sociedad de Clases frente a la Sociedad Estamental del Antiguo Régimen

La sociedad estamental del Antiguo Régimen dio paso a la sociedad de clases, en la que la posición social dependía de la riqueza. En la cima estaban las clases altas, una alianza entre la vieja nobleza y la nueva burguesía enriquecida, que tenían el poder político, económico y los cargos públicos. Por debajo había unas escasas clases medias y una gran masa con poco poder económico. Las clases populares constituían el resto de la población, su denominación hacía referencia a quienes trabajaban (campesinado y clases bajas urbanas) y excluía a los marginados: mendigos o pobres. A lo largo del siglo XIX, irá apareciendo el obrero industrial.

Mientras que la sociedad burguesa del siglo XIX, una vez que se implanta el liberalismo, basa su posición en la riqueza económica, la del Antiguo Régimen se dividía en tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano. Cada uno de estos estamentos estaba definido por la posesión de un régimen jurídico y económico propio, lo que implicaba una división social basada en la existencia de privilegios (nobleza y clero: privilegiados; y estado llano: no privilegiado). Era, por tanto, una sociedad con muy escasa movilidad social.

6. Comparación del Estatuto Real de 1834 y las Constituciones de 1837 y 1845

El principal objetivo de la revolución era el desmantelamiento de la monarquía absoluta y la implantación de una monarquía parlamentaria constitucional. Los documentos más importantes fueron:

  • El Estatuto Real de 1834: No era una constitución propiamente dicha, sino una “Carta Otorgada”. Era una convocatoria de Cortes con dos Cámaras (Próceres y Procuradores). La Corona no renunciaba a su soberanía, las Cortes solo podían legislar a propuesta del monarca, que era quien las convocaba. El sufragio era censitario y muy minoritario. En él no se componía de los propietarios territoriales o dueños de fábricas, de títulos de Castilla, nobles y de los arzobispos.
  • La Constitución de 1837: Fue de carácter progresista, recuperaba algunos aspectos de la Constitución de 1812, aunque pretendía el consenso entre las dos corrientes liberales: progresistas y moderados. La soberanía se atribuía conjuntamente a las Cortes y al rey. El Parlamento se dividió en dos cámaras: Congreso de los Diputados y Senado. Las Cortes compartían y controlaban el poder ejecutivo y eran los electores los cuales podían proponer a los senadores y elegir a los Senadores, mientras que el rey tenía la potestad de ejecutar las leyes, también podía sancionar y promulgar las leyes, dicho rey compartía poder legislativo con las Cortes y poseía el poder ejecutivo. El sufragio censitario siguió siendo minoritario: los grandes contribuyentes. Se da en ella una declaración de ciertos derechos y se crea la Milicia Nacional.
  • La Constitución de 1845: Se basaba en el liberalismo más conservador. Estableció también la soberanía compartida (reina – Cortes), el sufragio censitario fue muy reducido y también se suprimió la Milicia Nacional. El Senado pasó a ser enteramente elegido por designación real entre las oligarquías. El Ejecutivo estaba en manos de la reina, mientras que el Legislativo lo compartía con las Cortes. El rey podía elegir libremente a su gobierno, nombrar a los miembros del Senado y disolver las Cortes y vetar sus decisiones, el cual poseía el poder ejecutivo y compartía con las Cortes el poder legislativo.

7. Características Esenciales de la Constitución Democrática de 1869

La Constitución de 1869 fue la primera Constitución de carácter democrático y liberal de carácter muy progresista. Sus principales características eran:

  • Soberanía Nacional.
  • Sufragio Universal para varones mayores de 25 años.
  • División radical de poderes.
  • Forma de Gobierno: Monarquía Constitucional de carácter democrático.
  • Exhaustiva declaración de derechos con reforzamiento del derecho universal masculino al voto, libertad de enseñanza, inviolabilidad del domicilio, libertad de expresión, libertad de reunión, libertad de prensa.

El poder de la monarquía estaba muy controlado por las Cortes españolas. La Iglesia quedaba totalmente sometida al Estado. El poder legislativo radicaba en las Cortes. Una cámara alta que será el Senado que pierde el poder que había tenido hasta anteriormente, y una cámara baja elegida por sufragio universal. El poder judicial era el constituido por los jueces y sus organismos de gobierno y era totalmente independiente del poder legislativo. El poder ejecutivo residía en el gobierno formado por el presidente y los distintos ministros que éste eligió. Una vez aprobada la constitución, el general Serrano fue elegido regente y el general Prim pasó a ser jefe de gobierno. Ambos buscaron un nuevo Rey de España, que fue Amadeo de Saboya.

8. Conflictos del Sexenio Democrático y sus Consecuencias Políticas

Durante el Sexenio Democrático (1868-1874) se dieron cinco grandes conflictos, aparte de un asunto de gran complejidad diplomática y de política interior: la elección de un nuevo rey, de una dinastía distinta a la de los Borbones, en la persona de Amadeo de Saboya.

  1. La “Guerra Larga de Cuba” (1868-1878): liderada por Céspedes, finalizó ya en la etapa de la Restauración con la Paz de Zanjón.
  2. El Gobierno Provisional (1869-1870): el General Serrano convocó, a través del sufragio universal, elecciones para formar las Cortes que debían redactar una nueva Constitución. Aprobada esta, se convirtió en Regente.
  3. Monarquía Constitucional: surgieron dos tendencias, la monárquica y la republicana. Triunfó la monárquica. Amadeo I de Saboya consiguió el trono, pero su reinado fue inestable debido a la muerte de su principal apoyo, el General Prim, y al escaso apoyo político. Abdicó y abandonó España.
  4. Primera República Española (1873-1875): tampoco consiguió estabilizar el sistema. En menos de un año se sucedieron cuatro presidentes:
    • Figueras: fue sustituido por Pi y Margall, quien proclamó la República federal.
    • Las Cortes elaboraron una nueva constitución que no llegó a aprobarse debido a una violenta insurrección.
    • Pi y Margall fue sustituido por Nicolás Salmerón, quien envió un ejército para sofocar el movimiento cantonalista.
    • Salmerón fue sustituido por Castelar, quien representaba el triunfo de la República. Se produjo un golpe de Estado y Castelar dimitió. La República había muerto.
  5. Dictadura del General Serrano: la República siguió hasta 1874 con Serrano al mando.

Las consecuencias políticas del Sexenio Revolucionario se pueden resumir en un completo fracaso de la Revolución del 68 y un evidente fracaso también de la experiencia de la Primera República.

9. Elementos Fundamentales del Sistema Político Ideado por Cánovas

El sistema político canovista, ideado por Antonio Cánovas del Castillo, tenía en cuenta los avances democráticos validados durante el Sexenio Democrático. En la práctica, sus objetivos fueron:

  • Asentar definitivamente la monarquía.
  • Desarrollar la nueva Constitución de 1876.
  • Conseguir un sistema de alternancia amistosa en el gobierno de los dos principales partidos políticos.
  • Conseguir que el ejército permaneciera al margen de la política.

Para ello, buscaba pactos y alianzas entre los partidos menos radicales. Finalmente, Cánovas y el Partido Conservador terminaron apoyándose fundamentalmente en el Partido Liberal. El “turno” político se basaba en la adulteración del sistema electoral (manipulación de las elecciones). Ello era posible gracias a la oligarquía en la España del momento (ciudades y pueblos dominados por los caciques que se imponían a una población sometida).

Por ello, en realidad, el sistema canovista fue, al margen de la apariencia de libertades, un sistema político corrupto, basado en la alternancia en el poder de las jerarquías políticas conservadoras y liberales que dominaban según sus intereses al conjunto de la población. Se trataba de un acuerdo entre los partidos (pacto o “turno”) con el apoyo del rey. El presidente elegido convocaba Cortes que el Ministerio de Gobernación “amañaba” y manipulaba a través de la extensa red oligárquica y caciquil de la España de ese momento.

10. Características Esenciales de la Constitución de 1876

Esta constitución sale de las Cortes Constituyentes en 1876. Mantiene un teórico sufragio universal que sigue la tradición del Sexenio Democrático. Las principales características de la Constitución de 1876 son:

  • Amplia declaración de derechos y deberes.
  • Sufragio universal en la teoría, en la práctica “manipulación” electoral.
  • Soberanía no nacional, sí compartida entre las Cortes y el rey (ambos con iniciativa legal, la Corona además sanciona las leyes).
  • Cortes bicamerales (Congreso y Senado). El Senado, con tres tipos de senadores, y el Congreso de los Diputados elegido por un teórico sufragio universal.
  • Poder ejecutivo en la Corona a través de sus ministros.
  • Poder judicial en jueces teóricamente independientes.
  • Ayuntamientos y diputaciones quedan bajo el control central del gobierno.
  • Reconocimiento de la confesionalidad católica del Estado español y sostenimiento de la misma por los presupuestos del Estado.
  • Establecimiento de censura previa y ley de imprenta.

En definitiva, se trató de una constitución con un carácter conservador.