El Desastre del 98: Causas, Desarrollo y Consecuencias
El Contexto Previo: El Problema de Marruecos y el Directorio Militar
“Cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el año 98“: Con esta frase, Primo de Rivera alude a la liquidación de los últimos vestigios del Imperio español a consecuencia de las guerras coloniales (1895-1898) y la derrota ante Estados Unidos. También se refiere al fracaso de la experiencia regeneracionista posterior, marcada por el mantenimiento del sistema caciquil, los regionalismos y la conflictividad social.
El Directorio Militar fue la primera etapa de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1925). Durante este periodo, el dictador desarrolló el programa anunciado en su Manifiesto Inaugural: suspensión del régimen constitucional, militarización del orden público y el desembarco de Alhucemas (1925), que puso fin al conflicto marroquí.
El Problema de Marruecos se refiere al control del Protectorado Marroquí, asignado a España por la Conferencia de Algeciras (1906) y el Tratado Hispano-francés (1912). El control sobre esta zona fue contestado desde el principio por las tribus bereberes, organizadas en cabilas, que infligieron importantes derrotas a las tropas españolas, como la del Barranco del Lobo (desencadenante de la Semana Trágica de Barcelona) o el desastre de Annual, una de las causas del golpe de Estado de Primo de Rivera.
La Guerra de Cuba (1895-1898): El Fin del Imperio Español
En febrero de 1895 se produjo un levantamiento independentista en Cuba, que junto con Puerto Rico, Filipinas y algunos archipiélagos del Pacífico, constituían los últimos vestigios del Imperio Español. La insurrección cubana se debió a dos factores principales:
- Maduración del movimiento independentista: Tras la Paz de Zanjón en 1878 (fin de la Guerra de los Diez Años), la promesa del general Martínez Campos de conceder cierto grado de autogobierno no se cumplió. Ni la abolición de la esclavitud en la isla (1886) ni los tímidos proyectos de reforma administrativa (como el proyecto de autogobierno de Maura, rechazado en las Cortes) satisficieron a los distintos sectores de la sociedad cubana: la burguesía criolla y los sacarócratas, organizados en el Partido Liberal Cubano (autonomistas), y los nacionalistas, agrupados en el Partido Revolucionario Cubano (fundado en 1892 por José Martí).
- Respaldo norteamericano a los insurgentes: Los políticos estadounidenses eran partidarios de la independencia de Cuba porque significaba el fin del colonialismo europeo y la posibilidad de explotar la isla en exclusiva. En 1891, el gobierno de Cánovas aprobó una ley de aranceles que prohibía a los cubanos el libre comercio con Estados Unidos, lo que intensificó el apoyo material y propagandístico estadounidense a los independentistas.
Fases de la Guerra de Cuba
La Guerra de Cuba tuvo dos momentos:
- Entre 1895 y 1898, la guerra entre el ejército español y los grupos independentistas nativos.
- En 1898, la intervención directa de Estados Unidos en el conflicto, que llevó al enfrentamiento hispano-estadounidense.
Guerra Hispano-Cubana (1895-1898)
Se desarrolló en tres fases:
- Desde el Grito de Baire (febrero de 1895) hasta enero de 1896: Las tropas sublevadas avanzaron del este al oeste de la isla. El general Martínez Campos no pudo frenar este avance.
- Enero de 1896 – diciembre de 1897: Weyler sustituyó a Martínez Campos. Recuperó territorio dividiéndolo mediante líneas fortificadas (trochas) y concentrando a la población civil para evitar que apoyaran a los insurrectos, expulsados a las montañas. Comenzó una guerra de desgaste caracterizada por la superioridad militar española a pesar del apoyo estadounidense a los rebeldes. En agosto, Cánovas fue asesinado. Sagasta formó gobierno e intentó un proyecto de autonomía más amplio.
- Diciembre de 1897 – abril de 1898: Blanco sustituyó a Weyler. En la Península, el consenso liberal-conservador sobre la cuestión cubana comenzó a romperse.
Guerra Hispano-Estadounidense (1898)
El gobierno de McKinley, apoyado por una intensa campaña de prensa a favor de la causa cubana, presionó al gobierno español para la venta de la isla (300 millones de dólares). Ante la previsible negativa española, amenazó con la guerra. El enfrentamiento era inevitable al tratarse de una cuestión de prestigio. El incidente que propició la guerra fue la explosión del acorazado Maine (15 de febrero de 1898) anclado en la bahía de La Habana.
La declaración de guerra se produjo el 25 de abril, comenzando las hostilidades en Filipinas. El desarrollo de las operaciones fue rápido y contundente debido a la superioridad técnica y material de los estadounidenses. Cavite fue tomada el 1 de mayo, destrozando la flota española, y Manila cayó casi sin resistencia el 14 de agosto. En Cuba, la flota del almirante Cervera, tras ser sitiada en Santiago, fue derrotada el 3 de julio. Ese mes, las tropas estadounidenses desembarcaron en Guantánamo y Puerto Rico. El 12 de agosto, España solicitó el armisticio.
El Tratado de París y el Fin del Imperio
Por el Tratado de París (10 de diciembre de 1898), España renunció definitivamente a Cuba y cedió a Estados Unidos las Filipinas, Puerto Rico y la isla de Guam en las Marianas. En 1899, se deshizo de los últimos vestigios del antiguo Imperio colonial al ceder a Alemania el resto de las Islas Marianas, las Carolinas y las Palaos.
Consecuencias del Desastre del 98
Las consecuencias de la derrota fueron de diverso tipo (demográficas, económicas, etc.), pero en su conjunto supusieron un golpe a la conciencia nacional, que comenzó a plantearse la necesidad de un cambio profundo en las estructuras sociopolíticas y económicas del país:
- Regeneracionismo político: Su principal representante fue Francisco Silvela. Entre 1899 y 1900, Silvela presidió un gobierno de concentración con el que intentó varias reformas, pero solo pudo llevar a cabo la de Hacienda. A principios de siglo, el regeneracionismo era asumido por conservadores, liberales, republicanos, etc., aunque su efecto político real fue muy limitado.
- El desastre del 98 impulsó el nacionalismo catalán y vasco. En Cataluña, se radicalizó el discurso nacionalista de corte conservador, lo que llevó a la fundación en 1901 de la Lliga Regionalista de Cataluña (Prat de la Riba, Cambó). En el País Vasco, el PNV (fundado en 1895) comenzó a tener una vida activa en la política.
- El regeneracionismo intelectual dio lugar a un nutrido grupo de escritores y pensadores que elaboraron un diagnóstico de la situación española. Entre ellos destacan figuras como Joaquín Costa, Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu.