El Franquismo: Apoyos, Institucionalización y Fases Políticas (1939-1975)
1. Los Pilares del Régimen
La dictadura franquista se sustentó en diversos apoyos: el Ejército, la Iglesia, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS), los tradicionalistas (carlistas) y la derecha conservadora. Sin embargo, ninguno de estos grupos logró imponerse completamente sobre los demás.
1.1. El Ejército y la Iglesia
Los militares constituyeron el apoyo más firme y leal al franquismo. El régimen también contó con el respaldo de los mandos de la Guardia Civil y la Policía Armada, conformando el aparato represivo del Estado.
La jerarquía eclesiástica y gran parte del clero legitimaron la dictadura ante la opinión católica, tanto nacional como internacional. A cambio, la Iglesia obtuvo importantes concesiones, especialmente tras la firma del Concordato con la Santa Sede en 1953. Esta alianza garantizó la presencia eclesiástica en las altas instituciones del régimen. En contrapartida, Franco se reservaba el derecho de presentación de obispos en caso de vacante. Los denominados “católicos” estuvieron siempre presentes en los gobiernos franquistas.
No obstante, algunos sectores católicos, particularmente en Cataluña y el País Vasco, se opusieron al franquismo. A partir del Concilio Vaticano II (1962-1965), una parte de la jerarquía eclesiástica y del clero se distanció progresivamente del régimen.
1.2. Falangistas y Carlistas
La Falange y los tradicionalistas (carlistas) fueron pilares ideológicos clave del sistema franquista. La Falange se convirtió en un cuerpo burocrático estatal, encargado de la propaganda y la organización del sindicato vertical. A partir de 1958, se impuso la denominación de “Movimiento Nacional”. Ambas fuerzas, especialmente la Falange, configuraron el poder organizador social y sindical del régimen.
1.3. Otros Apoyos Sociales
El franquismo también contó con el apoyo de terratenientes, financieros, empresarios, grandes y pequeños propietarios agrarios, y la clase media de las zonas rurales. A esto se sumó un proceso de desmovilización política de la sociedad española, el recuerdo de la Guerra Civil y la censura. Este fenómeno se conoce como “franquismo sociológico”.
2. El Proceso de Institucionalización del Régimen
La dictadura franquista atravesó tres fases políticas principales, vinculadas a su proceso de institucionalización:
- Fase Totalitaria (1939-1959): Marcada por el retroceso económico, la involución ideológica y la represión.
- Fase Tecnocrática (1959-1969): Caracterizada por la apertura económica y el desarrollo.
- Fase de Descomposición (1969-1975): Etapa final del régimen, marcada por la crisis interna y la creciente oposición.
2.1. La Fase Totalitaria (1939-1959)
Esta fase se subdivide en tres etapas, influenciadas por el contexto internacional:
2.1.1. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
La evolución de la Segunda Guerra Mundial influyó en la política interior franquista. España se declaró inicialmente neutral, pero luego adoptó la “no beligerancia”, mostrando simpatía por las potencias del Eje. Franco envió la División Azul a combatir en el frente oriental contra la URSS. A partir de 1942, con las dificultades del Eje, España volvió a la neutralidad y estableció contactos con los Aliados. La dictadura se dotó de dos nuevas instituciones: las Cortes (1943) y el Fuero de los Españoles (1945).
Las Cortes estaban compuestas por 424 procuradores, la mitad designados directamente por Franco y la otra mitad elegidos por altas jerarquías afines. Las Cortes no controlaban al Gobierno, y Franco se reservaba la potestad de legislar.
El Fuero de los Españoles era una declaración de derechos, aunque limitada por el régimen.
2.1.2. El Aislamiento Internacional (1945-1950)
Tras la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista quedó aislado internacionalmente. En 1946, la ONU no admitió a España, y Francia cerró la frontera. La ONU recomendó la retirada de embajadores, excepto Argentina.
Franco presentó este aislamiento como una conspiración internacional. Tomó medidas para mejorar la imagen del régimen, como la eliminación del saludo fascista y la promulgación de la Ley de Sucesión, que convertía a España en un reino, aunque Franco seguía siendo jefe del Estado con poder para elegir sucesor. Se crearon el Consejo de Regencia y el Consejo del Reino.
En 1948, Franco acordó que el príncipe Juan Carlos, nieto de Alfonso XIII, se educara en España bajo su tutela, sugiriendo una posible restauración monárquica.
2.1.3. Intensificación de la Guerra Fría (1950-1959)
La tensión entre EE. UU. y la URSS otorgó valor al anticomunismo del régimen español. La posición estratégica de España le confería interés militar. En 1949, la banca estadounidense concedió un préstamo a España. En 1950, la ONU levantó el aislamiento diplomático. En 1952, España ingresó en la UNESCO. En 1953, EE. UU. firmó el Pacto de Madrid, estableciendo bases militares estadounidenses en España a cambio de ayuda. El mismo año, se firmó el Concordato con el Vaticano.
El franquismo quedó legitimado por Occidente y la Iglesia Católica. En 1955, España ingresó en la ONU. La visita del presidente estadounidense Dwight Eisenhower en 1959 consolidó el poder de Franco.
En 1958 se promulgó la Ley Fundamental de Principios del Movimiento Nacional, que mantenía la vigencia de algunos principios falangistas.