El franquismo se caracterizó, en sus primeros veinte años, por la reacción contra la obra modernizadora de la Segunda República y por la imposición de los valores del régimen, con un sistema político centrado en el poder dictatorial ejercido por Franco. A partir de la década de 1960, se produjo un proceso acelerado de modernización económica y social, que cambió la estructura de la población española.
Naturaleza y Apoyos del Franquismo
El Pensamiento Político de Franco
Franco era un militar africanista, católico, que profesaba un nacionalismo español agresivo y consideraba la disciplina y el orden como esencia de los valores nacionales. Sus sentimientos religiosos se intensificaron durante la Guerra Civil, gracias al apoyo de la jerarquía de la iglesia, que calificó la insurrección militar como una “cruzada”. Catolicismo y patria se convirtieron, para él, en la misma cosa. Se consideraba a sí mismo como un personaje elegido por Dios para salvar a la patria. Según el dictador, los enemigos de España eran los masones, los anarquistas, los judíos, los socialistas y los comunistas, junto con los liberales. Los separatismos vasco, catalán y gallego debían ser eliminados. Franco estaba en contra de la democracia y de la separación de poderes.
La Naturaleza de la Dictadura Franquista
Los rasgos propios del franquismo fueron tres: el carácter de dictadura unipersonal, por encima de grupos y estamentos; el unipartidismo, que impedía la existencia de cualquier tipo de partidos políticos y organizaciones sindicales libres; y la división permanente del país en vencedores y vencidos. El franquismo, especialmente en los primeros años, constituyó una versión del fascismo en España. Se trataba de construir un Estado nuevo antidemocrático, autoritario y antiliberal. Este Estado se defendía por la sumisión a un caudillo, la represión, la negación de las libertades básicas, la falta de garantías jurídicas y la celebración de grandes concentraciones de militantes uniformados, con sus organizaciones, sus saludos y gritos de corte fascista. Como el franquismo sobrevivió tres décadas a los otros fascismos europeos, tuvo que ir adaptándose a las nuevas circunstancias internacionales y sociales, adquiriendo un tono de tolerancia más aparente que real. No practicó los principios racistas característicos de los totalitarismos europeos, aunque apelaba a la “raza” y denostaba a los judíos.
Los Apoyos de la Dictadura
Franco distribuyó los cargos políticos entre las diversas “familias” del régimen, sin comprometerse con ninguna de ellas, y haciendo la vista gorda ante la corrupción, que no podía denunciarse por la falta de libertad de prensa.
- El ejército: Los militares fueron el apoyo más fiel del franquismo. Muchos ministros, gobernadores civiles y altos cargos del régimen provenían del ejército.
- La iglesia: La jerarquía eclesiástica y la mayoría del clero dieron su apoyo a la dictadura ante la opinión pública nacional e internacional. A cambio, la iglesia obtuvo importantes concesiones, como estar presente en las más altas instituciones del país. Algunos sectores católicos, especialmente en Cataluña y en el País Vasco, se mantuvieron siempre hostiles al franquismo. Y a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965), una parte de la jerarquía eclesiástica y del clero inició un distanciamiento progresivo del régimen.
- Falange y carlistas: La Falange, principalmente, y los tradicionalistas o carlistas, fueron los pilares ideológicos del sistema franquista. La Falange tenía funciones de propaganda y de organización en el sindicato vertical.
- Otros apoyos: El franquismo también contó con el apoyo social de los terratenientes, los empresarios, los pequeños y medianos propietarios agrarios y la clase media de las zonas rurales.
Evolución Política (Proceso de Institucionalización)
La dictadura franquista pasó por tres fases: totalitaria, tecnocrática y de descomposición.
La Fase Totalitaria (1939-1959)
En esta fase se pueden distinguir tres subfases:
- La Segunda Guerra Mundial: La evolución de la Segunda Guerra Mundial condicionó la política interior del régimen franquista. Cuando estalló la guerra, España se declaró neutral, pero, ante los triunfos espectaculares de Alemania, pasó de la neutralidad a no esconder su simpatía por las potencias del Eje. Franco envió a la División Azul a luchar en el frente oriental contra la URSS.
- El aislamiento internacional: Al final de la Segunda Guerra Mundial, la dictadura franquista quedó aislada internacionalmente. Las grandes potencias vencedoras (Francia, Reino Unido, EE. UU. y URSS) consideraban a España como el último reducto europeo del fascismo. La ONU no admitió que el régimen franquista formase parte de ella y el gobierno francés cerró la frontera con España. Además, los países miembros de la ONU retiraron los embajadores de España. Franco presentó este aislamiento como una “conjura internacional” de los enemigos de España. También tomó algunas medidas para mejorar la imagen del régimen, como la promulgación de la Ley de Sucesión. Según esta ley, España se convertía en un reino, pero el jefe del Estado continuaba siendo Franco. Franco nombró como sucesor al príncipe Juan Carlos, nieto de Alfonso XIII.
- Intensificación de la Guerra Fría: La tensión creciente entre EE. UU. y la URSS dio un valor político importante al anticomunismo del régimen español, ya que la situación estratégica de España le proporcionaba un alto interés militar. Esto produjo un cambio de actitud de EE. UU. hacia la dictadura franquista. En 1953, EE. UU. firmaba con el Gobierno español el Pacto de Madrid, por el que se creaban bases militares estadounidenses en España a cambio de ayuda militar y económica. En 1955, España era admitida en la ONU como miembro de pleno derecho.
La Fase Tecnocratica (1959-1969)
En esta fase se experimentó una modernización acelerada de la economía y de la sociedad españolas. Pero la modernización no fue acompañada de cambios significativos en el sistema político, a pesar de la promulgación de la Ley de Prensa. También se promulgó la Ley de Libertad Religiosa, que toleraba el culto privado y público de otras religiones.
En 1966 fue aprobada la Ley Orgánica del Estado en un referéndum con consultas que no eran democráticas. Se trataba de una especie de “Constitución” franquista con la que se quería asegurar la pervivencia del régimen después de la muerte del dictador. Con el fin del aislamiento internacional y los acuerdos con Estados Unidos, España dio un impulso a su presencia en el extranjero.
La Fase de Descomposición (1969-1975)
Un primer síntoma de la desintegración del régimen fue el evidente deterioro físico de Franco, que cada vez delegaba más poder de decisión en su hombre de confianza, Luis Carrero Blanco. Otros signos de esta descomposición fueron el distanciamiento de parte de la iglesia y la capacidad movilizadora de la oposición. La crisis de la dictadura también se agravó en los últimos años a causa de las acciones terroristas de ETA y del FRAP.
- Tensiones internas: La decadencia de la dictadura también se evidenció por las tensiones continuas entre dos sectores del régimen: los inmovilistas y los aperturistas. En 1973 fue asesinado el almirante Carrero Blanco, jefe del Gobierno, por ETA. Carrero Blanco estaba muy unido a Franco y tuvo que ser sustituido por Arias Navarro.
- El Gobierno de Arias Navarro: En los dos últimos años de la dictadura (1974-1975), dirigió el gobierno un hombre del entorno de Franco: Carlos Arias Navarro. Su política se caracterizó por una mayor represión. Las democracias occidentales terminaron por aceptar el régimen. Por su parte, la URSS se mantuvo siempre hostil hacia el franquismo. En 1975, el gobierno de Arias Navarro ejecutó cinco sentencias de muerte de militantes del FRAP y de ETA. En los últimos días del franquismo se volvió al aislamiento internacional y moral de los años cuarenta. El régimen reaccionó con una manifestación en la plaza de Oriente de Madrid, donde Franco pronunció su último discurso. El 20 de noviembre de 1975, Franco murió.
Represión y Oposición
El régimen franquista mostró desde el principio una de sus características principales, que no abandonó nunca: la represión contra los movimientos democráticos y de izquierdas, y ante cualquier manifestación nacionalista.
La Represión Política, Social y Cultural
La represión contra los movimientos democráticos y de izquierdas se articuló mediante dos leyes: la Ley de Responsabilidades Políticas y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo. Los principales líderes políticos, sindicales y culturales se exiliaron y miles de personas fueron encarceladas por sus ideas políticas. Un “terror frío” se creó entre el mundo cultural, administrativo y docente, ya que muchos de ellos tenían que demostrar su inocencia sin saber de qué se les acusaba. Decenas de miles de funcionarios fueron separados de sus puestos. La represión cultural para imponer los valores de los vencedores se practicó por medio de la censura y la manipulación de los libros de texto, en los que se enaltecía de manera desmesurada al general Franco.